Antonio Espinosa de los Monteros: “Coge eso que te gusta y te apasiona y conviértelo en tu forma de vida”
Antonio Espinosa de los Monteros será, el próximo miércoles, uno de los ponentes de la jornada de liderazgo #YouLead
Estudió Arquitectura y durante toda su carrera estuvo implicado en proyectos de cooperación viajando a países como Perú, Camboya, Etiopía o Burkina Faso. Fue en uno de esos viajes en los que decidió centrarse en el agua. Antonio Espinosa de los Monteros es CEO y cofundador de AUARA, una empresa social que embotella agua mineral en un envase 100% reciclado y reciclable, y que destina todos sus beneficios a desarrollar proyectos de acceso a agua potable para quienes más lo necesitan. Será uno de los ponentes de #YouLead, un encuentro que se celebra el próximo miércoles 24 de noviembre para que alumnos de Bachillerato descubran sus capacidades y se den cuenta de que pueden cumplir sus metas si se esfuerzan y trabajan duro.
¿Por qué decidiste centrarte en el agua?
En uno de mis viajes, concretamente a Etiopía, estuvimos construyendo un hospital y me di cuenta de que la mayoría de personas allí ingresadas lo estaban por algún problema relacionado con el agua. Había muchos casos de desnutrición infantil, fundamentalmente porque no llueve y no crecen los cultivos, o también muchas enfermedades estomacales y diarreas mortales como consecuencia de beber agua contaminada. Al no tener acceso al agua limpia, las heridas también acaban infectándose. Ahí fue cuando encontré el agua como una manera de generar impacto.
Una vez que ya sabes que vas a centrar tu proyecto en el agua, ¿cómo se convierte eso en una empresa social?
Fue todo por casualidad. Cuando volví de Etiopía, me encontré con un compañero que trabajaba como voluntario en una empresa social en Madrid. Le conté mi idea y decidimos crear juntos esta empresa social. Ya habíamos visto otros casos de empresas que vendían un producto y generaban impacto a través de un producto similar. Y fue eso lo que nos inspiró: si queríamos generar impacto a través del agua, tendríamos que vender agua.
En septiembre de 2016 vendimos la primera botella y nos convertimos en la primera marca en Europa en fabricar botellas con plástico 100% reciclado
"¿Os costó mucho al principio?
Nos costó dos años vender la primera botella, porque había pocas referencias España en cuanto a empresa social. Así que nosotros tuvimos que hacer camino prácticamente solos: estatutos, transparencias, auditorías, modelo de empresa… Tampoco nos resultó fácil conseguir financiación para una empresa sin ánimo de lucro. Y, para colmo, todo se complicó cuando decidimos entrar en el terreno de la innovación, porque para nosotros era fundamental tener coherencia entre la misión de la empresa y nuestro producto. Así que pensamos en fabricar la botella más sostenible del mundo, por lo que tuvimos que investigar profundamente todo lo relacionado con el plástico reciclado. Así que en septiembre de 2016 vendimos la primera botella y nos convertimos en la primera marca en Europa en fabricar botellas con plástico 100% reciclado.
¿Qué impacto tuvo la creación de la empresa? ¿Cómo fueron los inicios?
Al principio, cuando lanzas el producto, es todo muy progresivo. Llegas al mercado y está todo por hacer: competidores, distribución, convencer a clientes… Tienes que construir una marca y empezar a demostrar que tu modelo de impacto y de cambio son reales. Aquí el día a día es fundamental. Es una historia de trabajo progresivo y de intentar hacer las cosas bien cada día.
Es increíble el salario emocional que tiene un proyecto como este, la sensación de propósito y de que lo que haces tiene sentido
"¿Cómo se mantiene una empresa cuyos beneficios van íntegramente a fines sociales?
Como cualquier otra empresa o fundación, nosotros tenemos nuestros gastos de funcionamiento y mantenimiento (oficina, materia prima, transporte de productos, salarios de nuestro equipo…). Y cuando termina el año, los beneficios que da la empresa (el dividendo repartible, que normalmente esa para los dueños y accionistas), en este caso lo invertimos en proyectos sociales. Sobre todo al principio es muy difícil conseguir beneficios, y con el Covid ha sido especialmente complicado, de hecho casi nos lleva a la quiebra, pero ya estamos recuperados.
¿Cómo se puede despertar en los jóvenes esa predisposición hacia la cooperación y las iniciativas sociales?
Cuando trabajas en algo así, tienes que renunciar a muchas cosas, pero yo lo veo más desde el punto de vista de la lección de vida. Al final decides trabajar en algo que tiene mucho mas sentido para ti, no solo en sentido económico –que está claro que necesitamos cubrir–, pero también hay otros ámbitos importantes en tu vida. Y yo creo que el salario emocional que tiene un proyecto como este, la sensación de propósito y de que lo que haces tiene sentido, es increíble. Entonces, no es tanto una renuncia como una elección de algo que tiene mucho sentido.
Si tú siempre te quedas en tu propia ciudad y solo te relacionas con las mismas personas que tienen la misma forma de pensar, al final te estás empobreciendo muchísimo
"Muchas veces escuchamos que estamos ante la juventud más concienciada de la historia con el cuidado del planeta. ¿Tú lo percibes así o ves que falta algo?
Yo creo que la juventud está concienciada y tiene ganas de cambio. Pero también es verdad que somos una generación que lo ha tenido todo muy fácil y a veces un poco caprichosa. Así que cuando tienes que hacer un esfuerzo por cambiar tus hábitos de consumo o por cambiar otras cosas de tu vida que te son muy cómodas, es verdad que resulta difícil. Y de ahí también el choque entre lo que me apetece y me es fácil y lo que me gustaría, pero yo creo que la madurez te lleva poco a poco a tomar mejores decisiones.
¿Necesitan viajar más los jóvenes? No solo por ocio, sino también a países en los que la gente lo esté pasando mal, como has hecho tú.
Viajar, no solo por ocio, te enriquece mucho más porque te hace salir de tu burbuja y conocer gente, culturas y formas de vivir diferentes. Todo eso te hace más abierto y empático, te ayuda a aprender y te hace mejor persona. El mundo es muy grande, hay mucha gente muy distinta y muy buena por ahí, y si tú siempre te quedas en tu propia ciudad, si solo te relacionas con las mismas personas, con el mismo tipo de cultura, con los mismos hábitos y con la misma forma de pensar, al final te estás empobreciendo muchísimo. Viajar es una forma de abrir horizontes que te permite tener una actitud más abierta en la vida.
He conocido a emprendedores en países mucho más complicados con muchos más problemas económicos, pero que deciden que quieren hacer algo especial y lo consiguen
"Para todos aquellos jóvenes que se encuentren perdidos, ¿qué les recomendarías?
Que no se cierren la mente. Trabajar no consiste en ir a una universidad, hacer un grado y buscar trabajo en una empresa. Creo que el trabajo es mucho más que eso: primero hay que probar mucho, hay que descubrir y ser muy inquieto. Haz cosas que no tengan por qué ser evidentemente productivas. Hay una obsesión porque todo lo que hacemos tenga sentido en un currículum y yo creo que hay que hacer más cosas. Por ejemplo, yo he tenido un grupo de música, he hecho voluntariado, tengo un blog de poesía, he escrito un libro… He hecho mil cosas, algunas de las cuales parecen absurdas y parece que no aportan nada, pero son cosas que te forman. Sé activo, sé inquieto, ten curiosidad por todo y luego no esperes a que alguien venga a ofrecerte trabajo, no esperes que el mundo te ofrezca una oportunidad profesional. Muchas veces eres tú el que tiene que salir adelante, emprender, crear las oportunidades y buscar tu sitio. Tienes que coger eso que te gusta y te apasiona y convertirlo en tu forma de vida.
¿Crees, de hecho, que tiene que haber más orientación hacia el emprendimiento y la iniciativa propia para no tener que depender de los demás? ¿Hay que fomentarlo más a nivel escolar y familiar?
Sí, a nivel cultural en general. Yo creo muy necesario que fomentemos el empoderamiento de las personas. Yo no tengo por qué limitarme a una salida profesional por cuenta ajena, porque tengo mi propia capacidad para hacer cosas, para crear e innovar, aunque sea difícil, porque es verdad que España no es un país fácil para emprender. Pero también es cierto que es muy fácil encontrar excusas. Yo he conocido a emprendedores en países mucho más complicados, en situaciones mucho más difíciles y con muchos más problemas económicos, pero que deciden que quieren hacer algo especial y lo consiguen. Así que creo que es un tema que tiene que ver más con la actitud y la mentalidad.