Lucy González: “Los niños necesitan límites para sentirse seguros y cómodos”
El otoño supone la vuelta a la rutina y la adaptación a nuevos cambios. En el caso de los más pequeños, se trata de un reto todavía mayor. Pues, después de varios meses de vacaciones, tienen que volver a adquirir costumbres que, en mayor o menor medida, se habían perdido durante el verano. Todo ello, sumado a los retos del nuevo curso.
Tener una gestión estable de los horarios o instaurar ciertas rutinas son tan solo algunas de las prácticas beneficiosas para los más pequeños. Sin embargo, para asegurar un desarrollo íntegro del aprendizaje, debemos fijarnos en todas las áreas de su desarrollo: físico, emocional, social, intelectual y ético.
En la medida en que el niño vaya creciendo, además de la familia, otros contextos de referencia adquirirán cada vez más influencia. No solo en el aprendizaje de valores y normas, sino en todas las áreas del desarrollo. La escuela, los amigos o los medios de comunicación irán poco a poco cobrando importancia sobre la formación de nuestros hijos.
Por este motivo, se hace necesario que, padres y docentes presten atención a las prácticas de aprendizaje de los niños en todas las dimensiones del desarrollo. Pues, si inculcan ciertos hábitos en los primeros años de vida, conseguirán que los adquieran para siempre.
Es importante mantener una comunicación fluida, preguntar por sus compañeros y tener confianza
"¿Qué dimensiones debemos tener en cuenta a la hora de inculcar buenos hábitos?
—Para inculcar buenos hábitos en los más pequeños, debemos tener en cuenta todas las dimensiones de su desarrollo: intelectual, emocional, física, social y ético-moral. Solo de este modo puede tratarse de una Educación holística, que aborda todos los pilares fundamentales para un completo progreso individual incluyendo los distintos niveles de interacción humana.
¿Qué hábitos son beneficiosos para el bienestar físico?
—Dos principalmente: hacer ejercicio casi diario mediante juegos, deportes y actividades y comer de forma saludable. Para ello, se pueden hacer ránkings, explicarles abiertamente la importancia de ciertos alimentos y comer en familia. Es un terreno complicado para muchas familias, ya que en cada casa existen unas costumbres diferentes y algunos niños lo ponen muy difícil en el tema de la comida.
¿Y para su bienestar emocional?
—Para su bienestar emocional, debemos preparar el medio, cuidar sus rutinas de orden, higiene y sueño y reforzar su autoestima. En definitiva, prepararlos para que puedan gestionar sus propios cuidados.
¿Cómo ayudar al niño a desarrollar su dimensión social e intelectual?
—Para la dimensión intelectual podemos realizar actividades que desarrollen su creatividad o juegos didácticos, dedicar tiempo a la lectura y limitar, por ejemplo, el uso de aparatos electrónicos. Para el desarrollo social podemos ayudarles a reforzar sus relaciones positivas, para ello, debemos mantener una comunicación muy fluida con ellos, preguntarles por sus compañeros y amigos y tener confianza ene ellos.
Debemos preparar a los niños para que puedan gestionar sus propios cuidados
"¿Podemos influir en su desarrollo ético?
—-Por supuesto. Podemos explicarles las consecuencias de los actos, ponerles ejemplos y plantearles dilemas apoyándonos de historias y relatos.
¿Qué es lo más importante a la hora de establecer un buen hábito?
—Lo principal para conseguir establecer cualquier hábito con nuestros hijos es marcar rutinas, dar ejemplo y preparar el ambiente para ello. Intentar que todo esté a su alcance, que sea de su tamaño y esté adaptado para que se sienta cómodo.
¿Por qué son tan importantes para los niños los hábitos y las rutinas?
—El niño necesita orden y límites para sentirse seguro y cómodo. Establecer estas cosas en casa ayudan al niño en su desarrollo, también ayuda a la familia ya que supone evitar conflictos no deseados y rabietas.
Para conseguir establecer cualquier hábito en nuestros hijos debemos establecer rutinas
"¿Cómo pueden ayudar los padres a sus hijos?
—Modelando, motivando y estableciendo expectativas. Si el niño ve a sus padres con el móvil siempre va a querer utilizarlo, es importante que el adulto modele el buen hábito y el comportamiento apropiado.
¿Y desde el colegio?
—Lo mismo, sobre todo modelando. Es importante que el niño vea al adulto con buenos hábitos.
¿Cuándo es necesario empezar a enseñar hábitos a los niños y niñas?
—Desde su nacimiento. Es importante que estemos siempre pendientes y que no pensemos que son demasiado pequeños para entender algo. Por ejemplo, la dimensión moral de los niños comienza a desarrollarse desde el principio, incluso mucho antes de que sean capaces de comprender muchos conceptos, podrán ir desarrollando qué esta bien o mal. Por ello, es básico dar ejemplo desde el principio.
¿Ayudan los hábitos y rutinas adquiridos en la infancia en la vida adulta?
—Por supuesto, los hábitos que se inculquen desde la infancia serán mucho más difíciles de perder en la vida adulta. Así mismo, cuanto antes, menos cuesta a posterior adquirir dicho hábito.
¿Cómo trabaja el método Montessori estos hábitos?
—El niño desde su nacimiento absorbe todo de su alrededor. El método Montessori abarca todo y más, esto se trabaja como parte del día a día en todo lo que sucede en el aula. En un aula Montessori el niño elige sus propios trabajos según sus intereses, es independiente en lo que hace, tiene que prepararse su merienda de media mañana y al terminar es su responsabilidad limpiar el espacio de trabajo.
¿Cuál es la filosofía del método Montessori?
—Es una Educación para la vida, no solo en la escuela. El niño es el centro de su Educación y la guía está para apoyar este proceso. Se les orienta y se fomenta su fortaleza, independencia, autocuidado y capacidad de autonomía y autogestión, lo que les ayuda a aprender a adaptarse y a hacerle frente al día a día y a los retos de un futuro que se encuentra en constante movimiento. Además, se les prepara para que puedan alcanzar el éxito siempre acorde a su personalidad.
Inculcar buenos hábitos
- Bienestar físico. Atender a su dieta y procurar que hagan ejercicio físico, al menos, tres o cuatro días por semana
- Bienestar emocional. Preparar el medio, cuidar rutinas de orden, higiene y sueño y reforzar su autoestima.
- Desarrollo intelectual. Limitar el uso de la tecnología, realizar actividades creativas y dedicar tiempo a la lectura.
- Desarrollo social. Actividades en equipo, encuentros en casa y una comunicación fluida.
- Desarrollo ético. Recompensar comportamientos.