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22 consejos para aprender a estudiar a distancia

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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¿El telestudio ha llegado para quedarse? Lo que está claro es que ya nada será como antes de la crisis del coronavirus. Los colegios van a tomarse más en serio los recursos a distancia y las familias, todas, tendrán que asegurarse de poder acceder a las plataformas digitales con todas las garantías de rapidez y calidad… y saber usarlas.

Por Javier Peris

1. UN SALTO CUALITATIVO. La experiencia del confinamiento ha puesto en evidencia el uso limitado y amateur de las TIC en el entorno escolar. Hasta ahora se contaba con la Red para realizar trabajos y compartir tareas, plazos, calificaciones y poco más, aunque eso se hiciera con flamantes tabletas compradas al propio colegio. Ahora se trata de adaptar la docencia y el aprendizaje al mundo digital con todas sus consecuencias.

2. DISPUESTOS A APRENDER. En un futuro muy próximo se generarán más contenidos y tareas específicas para este medio, se incrementará la comunicación personal y colectiva del aula en red y se ensayarán evaluaciones a distancia. Y hay que estar preparados. Sobre todo los padres, no tanto para hacer los deberes a los hijos como para ayudarles a sacar el máximo rendimiento y evitarles distracciones y pérdidas de tiempo.

3. HARDWARE SUFICIENTE. Asegurarse de que los equipos son más que suficientes para el trabajo concreto. Manejar imágenes pesadas no es lo mismo que trabajar con archivos de Excel. Ir justos de recursos y memoria se traduce en pérdidas de tiempo y productividad. Además, hay que tener en cuenta si el equipo lo comparten el estudiante y su familia.

4. SOFTWARE NECESARIO Y AUTORIZADO. La escuela debe proporcionar la plataforma y los programas necesarios dotados de la misma seguridad y garantía que los d el centro. Hay que evitar, por comodidad o rapidez, descargarse cualquier tipo de software aunque sea de uso libre. Y, por supuesto, no fiarse de programas y aplicaciones novedosos que están proliferando para ‘ayudar’ a los escolares.

5. SEGURIDAD DOMÉSTICA. Prevenir que ningún otro miembro de la familia tenga facilidad de acceso a los programas de la escuela, sus contenidos y comunicaciones. Unos pueden, inadvertidamente, ocasionar problemas o pérdidas de información. Otros, los padres, deben evitar curiosear y, mucho menos, participar en ellos de cualquier forma. La responsabilidad, para lo bueno y lo malo, es de los hijos.

6. SEGURIDAD INFORMÁTICA. Si se trabaja dentro de una plataforma de la escuela, no serán necesarias medidas de seguridad especiales. Sin embargo, si los equipos se usan para otros fines, la plataforma puede acusar los errores o ataques que sufra el equipo por otras vías. La escuela debe orientar sobre los antivirus, testar la seguridad de la red y formar a los chicos en las cautelas necesarias.

7. NO IMPROVISAR. Sí, más trabajo para los docentes, pero sobre ellos recae el grueso de la responsabilidad de que el telestudio resulte eficaz. Debe programar las tareas, vigilar su cumplimiento, programar reuniones y que estas sean operativas y útiles, detectar errores y ser ágil en los inevitables cambios en la planificación. Los padres, por su parte, pueden ayudarles a testar la eficacia de los recursos; incluso tener su propio espacio en la plataforma.

8. CUIDAR EL MATERIAL ESCOLAR. Es una batalla tan antigua como la escuela: educar en el cuidado de los libros y materiales. Pues bien, las pantallas, los cables, esas tabletas que van de un lado a otro son material escolar y hay que cuidarlos. Cuesten mucho o poco, pertenezcan al colegio o a la familia. Y no sólo lo que se ve: hay que vigilar los espacios de memoria disponible, ordenar los archivos, no mezclarlos con otros contenidos…

9. AUSTERIDAD.No se estudia mejor ni se aprovecha más el tiempo con más ‘gadgets’, aplicaciones y accesorios. El mundo digital, sobre todo entre los jóvenes, promueve motivaciones aspiracionales e incluso alguna competencia entre compañeros. Ni lo uno ni lo otro se traduce en más rendimiento; más bien todo lo contrario. Crea distracciones y hace perder una enormidad de tiempo descargando, configurando, ensayando… y comentando.

10. CONTROLES. Igual que en el trabajo presencial, respetar el horario escolar es básico. En el mundo laboral hay multitud de aplicaciones y recursos que favorecen el orden, la puntualidad… Sólo es cuestión de tiempo que estas rutinas y aplicaciones se trasladen al telestudio y, como cualquier otra imposición, no serán bien recibidos. Los padres sí deben conocer estas obligaciones e integrarlas en el seguimiento del estudio.

11. INCIDENCIAS TÉCNICAS, CAMBIOS Y AMPLIACIONES. La asistencia informática en remoto es una práctica ya habitual y contrastada en el teletrabajo, pero en los centros escolares… Si desde el colegio se planifica bien la plataforma sólo en muy contados casos será necesaria la presencia de un informático en el hogar. Una plataforma lenta y con demasiadas incidencias producirá pérdidas de tiempo y estrés en el estudiante.

12. LA IMAGEN Y LA VOZ. La búsqueda de concisión, el apresuramiento o la torpeza en las explicaciones por escrito son demasiadas veces fuentes de malentendidos y fallos en la comunicación. Una conversación que se alarga por correo o u otro medio escrito con el docente o con un compañero puede resolverse con una simple videollamada. Las reuniones virtuales pueden resultar, por otra parte, necesarias y motivadoras, aunque deben tener su horario determinado.

13. ¿DÓNDE LO HE LEÍDO? No multiplicar innecesariamente los canales de comunicación: Whatsapp, correo de la escuela, correo personal, teléfono fijo, móvil… Hay que elegir por qué canales se van a compartir o comentar los contenidos. Redes como Instagram o Facebook no tienen por qué contener mensajes ni información relacionadas con los estudios. Y el Whatsapp, aunque algunos docentes lo usan con sabiduría, tampoco parece el canal más idóneo.

14. ACUSES DE RECIBO. En teoría del lenguaje se le llama función conativa: ¿sigues ahí? Establecer fórmulas breves y sencillas para acusar recibo de todas las comunicaciones. Así todos saben en qué punto se encuentran a la hora de hacer una consulta, poner una tarea o programar una evaluación. Demasiadas veces, las fechas de entrega se pierden en la memoria y en los dispositivos.

15. Y TODO BIEN PRESENTADO. En la escuela se valoran y se transmiten las buenas formas a la hora de expresarse o de presentar un trabajo, e incluso unos mínimos en el aspecto personal. El telestudio no es una coartada para abandonar estas exigencias. En la comunicación no personal también existen cortesías y cautelas relacionadas con la imagen, el lenguaje y la expresión y presentación escritas.

16. CONCILIACIÓN, ORDEN. En el teletrabajo se recomienda evitar la tentación de mantener la comunicación casi las 24 horas. El caso de los estudiantes es el mismo, aunque se trate más de una cuestión de orden, también en el uso del tiempo.

17. INTERFERENCIAS… Las distracciones hoy en día no proceden del televisor ni del ruido que llega del parque sino de los móviles. Reservar el smartphonepara lo personal, lo social y lo lúdico. Durante el estudio, con Internet o sin él, hay que mantener alejados los dispositivos que no se necesiten para estudiar, hacer las tareas, trabajos….

18. DESCANSAR LA VISTA. Ya estábamos preocupados por la vista de los niños y adolescentes (y también de los adultos) y todo indica que la cosa va a ir a peor. Los tiempos de descanso, o esos pequeños incentivos que se aconsejan para evitar la procrastinación, deben tener lugar, a ser posible, al aire libre, o en espacios diferentes al que dedicamos a estudiar.

19. LOS BUENOS COMPAÑEROS. Hay que aprovechar las TIC para solventar dudas, comentar las dificultades e, incluso, para motivarse. Trabajar en equipo, sin abusar y con unos objetivos muy concretos, es hoy más fácil y cómodo que nunca… El problema –en esto no ha cambiado nada– es el compañero. Si nos distrae, si no tiene ni idea o, peor aún, si no pone interés… más vale estudiar solo.

20. APRENDER Y COPIAR. Durante el confinamiento muchos colegios han probado por primera vez las ventajas e inconvenientes del teleestudio. Además de la capacidad de aprender de los propios errores, hay que estudiar con mente abierta las ideas de otras escuelas que puedan ser útiles para adaptarlas.

21. SÍNDROME DEL COSMONAUTA. Esta expresión nació en el entorno de las empresas con delegaciones locales para señalar algunos problemas que crea trabajar a distancia de los jefes o del lugar donde se toman las decisiones. Esta separación suele producir malentendidos, confusión de objetivos y prioridades, excesivo espíritu crítico e incluso desafección. En el ámbito escolar es un riesgo menor pero que hay que considerarlo.

22. SÓLO ES UN MEDIO, Y NO EL MÁS IMPORTANTE. Se suele decir que, en cuestiones de tecnología, todo lo que se puede hacer… se acaba haciendo. La tecnología actual permitiría hacer muchísimas más cosas en el ámbito del telestudio pero ¿son todas necesarias o convenientes? Aunque parezca obvio, hay que resaltarlo: la educación es mucho más que la mera instrucción. Se educa también con el roce, con la forma de estar, en los pasillos, en el recreo, en el comedor… La educación es eminentemente presencial.

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