Adolescentes: cómo evitar el conflicto
Olga Fernández
Contestaciones airadas, miradas desafiantes, oposición a las normas… es una conducta típica de los adolescentes. Hablar con ellos puede convertirse en una batalla campal si no se aplica la negociación. La adolescencia, el periodo que más conflicto provoca entre padres e hijos, no tiene una duración exacta: “Cada niño/a tiene su propio proceso madurativo, por lo que no podemos poner una edad cronológica exacta, pero la estimación que podemos hacer es que empieza aproximadamente entre los 11 o 12 años; es decir, cuando los niños están finalizando 6º de educación primaria y puede durar hasta los 20 años”, explica Laura Aut, psicologa infantil de Isep Clinic Barcelona.
¿Por qué cambian?
El niño bueno, educado y estudioso de repente cambia y se convierte en un “grandullón” contestón, desidioso y alterado. No es niño y tampoco adulto. Todo ello cuenta con una explicación biológica. Según la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente, existen imágenes del cerebro adolescente que muestran que funciona de manera diferente al de los adultos: “Cuando toman decisiones y resuelven problemas, sus acciones son guiadas más por la amígdala, una zona del cerebro que se desarrolla temprano y es responsable de las reacciones instintivas incluyendo el temor y el comportamiento agresivo, y menos por la corteza frontal, la zona que madura más tarde y ayuda pensar antes de actuar”.
“Uno de los cambios que observamos en la adolescencia, es como el hijo requiere diferenciarse de sus padres y del niño que ha sido hasta ese instante, recordemos que están formando su propia personalidad»
Es decir, todo es cuestión de madurez. Pero saber que las reacciones rebeldes tienen una explicación científica puede ayudar a los padres a ser pacientes con sus hijos. “Uno de los cambios que observamos en la adolescencia, es como el hijo requiere diferenciarse de sus padres y del niño que ha sido hasta ese instante, recordemos que están formando su propia personalidad. Veremos cambios en la conducta, en su imagen… que chocarán y serán causa de conflictos entre padres e hijos. Pero debemos recordar que es un proceso normal, son cambios lógicos que permiten a que el niño llegue a madurar”, anticipa Laura Aut.
La psicóloga Laura Aut explica cómo actuar en determinadas situaciones para evitar el conflicto:
* Cuando contesta mal: Buscar un lugar tranquilo para hablar con él a solas y explicarle el motivo por el que no os gusta que hable mal. “Hay que dejar que se explique y escucharle atentamente. Y es muy importante saber ponerse en el lugar del adolescente, y ser conscientes de que en la mayoría de las ocasiones no es un ataque hacía los padres, sino una situación que les provoca una emoción que ellos no saben gestionar”, apunta la psicóloga.
* Tiene un ataque de ira: Cuando el conflicto no se puede gestionar en ese momento, se deben utilizar frases como: “Si no te importa, podemos seguir discutiendo esto más tarde”. Nunca ponerse a su nivel.
* Se salta las normas: “El adolescente debe participar en las creación de las normas que le influyen directamente, conocerlas y opinar sobre ellas, pero eso no significa que los padres las tengan que modificar. Han de dejar claro cuáles son las normas innegociables.
* No quiere estudiar: Tener una conversación con él sobre sus responsabilidades, pactar unos horarios y ser realista.
* No encaja los castigos: Antes de aplicar un castigo se debe negociar con el adolescente las consecuencias de realizar una mala conducta.