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Alojamiento en un piso o en una residencia

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Mi hija se irá probablemente a estudiar Veterinaria a Madrid el curso que viene (si saca la nota claro, que yo creo que sí…). Nos ha dicho que le gustaría vivir en un piso compartido con unas amigas de su hermana que ya están allí estudiando. Me planteo que a lo mejor esto podría distraerle de sus estudios (no digamos ya el riesgo de beber o incluso tomar drogas, porque me han dicho que por los pisos de estudiante pasa mucha gente y de todo tipo).

Su padre y yo preferimos una residencia, donde al menos hay un cierto control. ¿Qué podríamos hacer para convencerla? Ella se niega…
Carmen (Soria)

Estimada Carmen, parece que tenéis por delante un proceso de negociación en toda regla, quizás podéis intentar acercar posiciones pactando la estancia en residencia universitaria durante el primer o primeros dos años para que luego, cuando tu hija se haya adaptado a la vida universitaria, pueda optar por el piso compartido. Ambas opciones aportan aspectos positivos al alumno en términos de convivencia y autonomía; no obstante, en la residencia universitaria el tránsito se atenúa, manteniendo ciertas reglas de control, de orden u horarios que durante los años previos han ejercido los padres en casa.

Otra ventaja de la vida en residencia es que permite al alumno centrarse en su adaptación a los requisitos de trabajo de la enseñanza universitaria y despreocuparse de aspectos de ‘orden doméstico’, prosaicos pero fundamentales, como el orden, la limpieza o la alimentación que requieren dedicación y tiempo. En los últimos años, una vez que el alumno ha crecido como universitario, la convivencia en piso compartido puede ayudarle a seguir madurando, acercándole un poco más a la responsabilidad adulta, ya que desaparecen los controles externos y uno mismo quien debe autocontrolarse para organizar su vida. Otra de las ventajas de tomar esta opción en los últimos años de carrera es que, en muchos casos, el alumno elige convivir con personas que ya conoce, con sus amigos, y esto puede evitar algunos de los problemas de convivencia que surgen en los pisos compartidos.

En cuanto a tus miedos sobre el consumo de alcohol o drogas, lamentablemente, son riesgos presentes en nuestra sociedad. Sin embargo, debemos tener presente que el control de ambiente externo que podemos ejercer sobre nuestros jóvenes es siempre limitado y, por ello, las mejores armas para defenderse son las que tu hija haya adquirido a lo largo de su vida y de su convivencia con vosotros: sus valores, su autoestima, su reflexividad, su autocontrol, su valentía para mantener sus posturas, para decir ‘no’, para no depender de la aprobación externa, etc. Si reforzamos estos aspectos en nuestros jóvenes les estaremos ayudando a crecer y posibilitando que tengan mayores recursos para enfrentarse a un mundo, aunque queramos, no podemos ‘diseñar’ para ellos a medida.

Confiamos en que logréis acercar posiciones y tomar la decisión que más convenga al futuro universitario de tu hija que, esperamos, sea brillante.

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