Aulas de celuloide: la educación en la gran pantalla
No hay aspecto de nuestra sociedad
que no haya sido trasladada
al espejo deformante del celuloide,
y desde luego la educación
no podía ser una excepción. En
los más de cien años que cuenta el
séptimo arte, maestros y alumnos
han deambulado con mayor o menor
fortuna por la gran pantalla,
dejándonos
Autor: padresycolegios.com
CINE “DE INSTITUTO”.
Si de recaudación y número de títulos se trata, sin duda la comedia estudiantil norteamericana es el subgénero de cine de escuela por excelencia. Ya sea un musical para todos los públicos como High School Musical o un desparrame al estilo American pie, las películas “de instituto” han popularizado un universo de estereotipos sobre la educación americana fácilmente reconocible para los espectadores de todo el mundo: animadoras, bailes de fin de curso, segregación por nivel de popularidad, estudiantes europeas de intercambio… Aunque el colegio es el escenario del argumento, la educación en sí suele carecer de importancia. Se está en clase porque se tiene que estar, mientras se persigue el verdadero objetivo: el sexo opuesto, encontrarse a sí mismo y divertise lo más posible.
AULAS REPRESORAS.
La contrafigura de las animadoras y quarterbacks de Desmadre a la americana son los adolescentes desorientados de El club de los cinco y Movida del 76, que parecen culpar a la escuela de intentar dirigirlos ha replicar la vida de sus padres. Probablemente sea ésta la principal acusación que el cine ha dirigido en ocasiones contra la escuela, la de no dotar a los alumnos de los mecanismos necesarios para superar los problemas a los que deben enfrentarse, personales o sociales –la escuela pública francesa en Hoy empieza todo– o de actuar por acción, omisión o incapacidad como correa de transmisión de un conservadurismo que impide progresar al alumno y a la sociedad, como la moral cuasivictoriana de los internados de Cero en conducta y Picnic en Hanging Rock, o el elitismo de las escuelas privadas de la chilena Machuca y la británica If.
Si el protagonista no acierta a enfrentarse a su suerte o el sistema educativo fracasa, el resultado es la frustración de las espectativas (St. Elmo), el abandono escolar (Padre, patrón), la marginación (Los 400 golpes, Diario de un rebelde) o la violencia (If, Semilla de maldad, Elephant).
EL MAESTRO COMO HÉROE.
En el cine normalmente la solución a los problemas de la enseñanza no viene de un cambio del sistema educativo, sino de la acción individual del maestro. Armado de idealismo y de una noción de la enseñanza como misión social, el profesor-héroe se enfrentará a los defectos del sistema, la desidia de las autoridades, la realidad social de sus alumnos, el status quo de las bandas de pandilleros y la pérdida de vocación de sus compañeros para salvar un colegio (Las campanas de St. María), intentar sacar del agujero a sus estudiantes (Mentes peligrosas) o facilitarles la única posibilidad de redirigir su vida en la vía correcta (La ciudad de los muchachos). Quizás sea el Robin Williams de El club de los poetas muertos el más célebre de los maestros- héroe, contraponiéndose su visión basada en la estimulación del autocrecimiento del estudiante al rutinario sistema del colegio privado donde trabaja. Más próximos, y por realistas más heroicos, son los profesores franceses Daniel de Hoy empieza todo y López de Ser y tener, dos las mejores películas nunca realizadas sobre el mundo de la educación. Para otra ocasión, largometrajes patrios
LA LISTA DE PADRES Desde luego, no están todas los que son ni son todas los que están, pero no podíamos ponerlas todas. Aquí tenéis la lista de PADRES sobre cine, escuelas y educación. Seguro que cada lector tiene la suya propia… 1. Cero en Conducta. Jean Vigó (1933). 2. Las campanas de Sta. Maria. Leo McCarey (1945). 3. Semilla de maldad. Richard Brooks (1955). 4. Los cuatrocientos golpes. Francois Truffaut (1959). 5. Los chicos del coro. Christophe Barratier (2004). 6. Ser y tener. Nicholas Phillibert (2002). 7. El club de los poetas muertos. Peter Weir (1989). 8. Movida del 76. Richard Linklater (1993). 9. El pequeño salvaje. Francois Truffaut (1970). 10. ¡Esto es ritmo! Sánchez y Grube (2007). 11. La ciudad de los muchachos. Norman Taurog (1938). 12. If… Lindsay Anderson (1968). |