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Aulas hospitalarias: no sólo para enseñar

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Pasar una larga temporada en el hospital no debería frenar el progreso académico de un alumno. Bajo esta premisa nació hace una década una red de aulas distribuidas por instalaciones sanitarias públicas de varios países latinoamericanos.

No faltan expertos que insisten en que el cóctel TIC/Educación exprime todo su jugo ante circunstancias anómalas, por ejemplo cuando la asistencia a clase se antoja un reto poco probable, incluso imposible de alcanzar. Casos excepcionales en los que el universo virtual saca a relucir su increíble capacidad para romper barreras, permitiendo normalizar, sin grandes altibajos, la trayectoria académica de aquellos alumnos que han de ausentarse de su centro escolar durante un período más o menos extenso. Ejemplo cristalino de los beneficios que conlleva la inexistencia de límites espacio-temporales en las nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza son las hospitalizaciones prolongadas de menores. Un trance ya de por sí complicado para familias y pacientes que, desde 2001, EducaRed trata de hacer más llevadero gracias a su proyecto Aulas Hospitalarias.

Hablamos de una iniciativa extendida por cinco países de Latinoamérica y de la que, en el último 2010, disfrutaron más de 15.000 chavales en unas 50 aulas. Siempre ubicadas en hospitales públicos. Gestionadas en su mayoría por docentes que por la mañana trabajan en colegios de la zona y dedican la tarde a procurar sabiduría y ánimos a niños y adolescentes ingresados por motivos variopintos. Destinadas en esencia a alumnos con pocos recursos para los que, sin ayudas de este tipo, la enfermedad podría suponer un auténtico parón en su evolución formativa.

Pedagogía de la ternura. Así define Sergio León, jefe del proyecto desde Fundación Telefónica Perú, el enfoque didáctico que inspira el día a día en las aulas hospitalarias EducaRed. “Resulta fundamental tomar conciencia de las particularidades del niño hospitalizado”, explica. “La dinámica del aula se centra en una lección a aprender, pero de manera lúdica y sin la presión que puede existir en una escuela normal”.
Docentes tres en uno. Profesores de Lengua o Matemáticas, sí, pero con un algo de psicólogos y un mucho de tutores TIC. Los docentes con un aula a su cargo enseñan, divierten y transmiten pasión por la cultura digital. Multiplican sus tareas y adoptan distintos roles conscientes de que su labor escapa por fuerza a los cánones del profesor al uso. Profesionales, en definitiva, inasequibles al desaliento y solidarios por vocación, con tacto para combinar lo intelectual y lo afectivo en un equilibrio variable.

Afirma León que “un concepto básico en la pedagogía hospitalaria es el de resiliencia”. Según la Real Academia, esa aptitud del ser humano para “asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”. No es por tanto de extrañar que uno de los principales ejes de actuación del proyecto persiga “generar virtudes” y recursos psicoemocionales “para poder hacer frente a la adversidad a una corta edad”. En su vertiente más terapéutica, las aulas buscan también fomentar la sintonía y las actitudes empáticas entre alumnos aquejados de alguna dolencia. “En muchos sentidos”, continúa León, “son un espacio de socialización en el que el alumno-paciente comprende y asimila que otros niños están pasando por lo mismo”. Lecciones de madurez anticipadas en las que nunca “se deja de lado la alegría que generan los juegos grupales y la interacción con amigos por medio de las redes sociales o el correo electrónico, lo cual rompe con el aislamiento que puede provocar la enfermedad”.

Con el fin de que los profesores intercambien experiencias y de fortalecer vínculos entre padres y alumnos que están atravesando momentos difíciles, en 2009 el proyecto dio lugar a la conocida como Red Latinoamericana de Aulas Hospitalarias. Allí, los tres vértices del triángulo que conforma la comunidad escolar (familias, estudiantes y docentes) encuentran voces de consuelo e ilusiones renovadas, originales estrategias que aúnan didáctica y entretenimiento, quizá también almas gemelas de otras regiones y países a los que ha unido la enfermedad pero que comparten mucho más.

Más información: www.educared.org/global/aulashospitalarias

Pantallas táctiles y punteros láser

Con una superficie de unos 50 metros cuadrados, las aulas hospitalarias de EducaRed ocupan espacios cedidos a la Fundación Telefónica por las administraciones de los países participantes en el proyecto. Todas se encuentran en instalaciones sanitarias públicas y la fundación se encarga de acondicionarlas según un patrón decorativo común y dotarlas con el mobiliario escolar necesario, biblioteca rodante incluida.

Por supuesto, la infraestructura informática supone la parte nuclear del equipamiento. Hay ordenadores fijos y portátiles, impresoras… Pensando sobre todo en aquellos alumnos con mayores impedimentos psicomotrices, EducaRed ha instalado asimismo tableros inteligentes, pantallas táctiles y punteros láser. Última tecnología para garantizar que cualquier niño pueda sacar provecho del aula. Durante el pasado año, las aulas de Argentina acogieron a unos 9.000 internos en edad escolar. Le siguen Colombia, Perú y Venezuela con entre 3.500 y 4.000 pacientes que en 2010 gozaron de facilidades para continuar con sus estudios mientras permanecían ingresados.

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