Botiquín preventivo antes del primer chapuzón
Dentro de poco las playas y piscinas se llenarán de niños a los que sus colegios han
dado vacaciones. Sin duda, estos lugares son una de las mejores alternativas de ocio y
diversión para los más pequeños de la casa, pero también encierran numerosos peligros
relacionados con la salud si no se aplican ciertas precauciones.
Autor: ALEJANDRA RODRÍGUEZ
Estos contratiempos suelen diferir dependiendo de si se está cerca del mar o al borde de la piscina, pero en ambos sitios hay que defenderse de un enemigo común: el sol. En estas fechas, nos desprendemos de la pesada ropa de invierno y vamos dejando cada vez más centímetros de piel al descubierto.
El problema de aligerar el vestuario no es otro que la epidermis queda expuesta a los daños de la radiación ultravioleta del astro rey. Los más perjudicados en este sentido son los niños, ya que su piel no sólo es más fina y delicada sino que, además, almacena los efectos nocivos de cada quemadura y pasa la factura en la edad adulta en forma de carcinomas y, lo que es más grave, melanoma, el tumor de piel más agresivo. Según las investigaciones llevadas a cabo en Australia y Nueva Zelanda (donde el sol causa más estragos y donde más se ha estudiado cómo protegerse de él) revelan que los ciudadanos siguen acudiendo a playas y piscinas sin tomar las medidas fotoprotectoras adecuadas.
Por una parte, lociones y cremas solares siguen empleándose mal. Hay que asegurarse de que se extiende por todo el cuerpo una capa generosa del producto. De esta manera, un bote no debería durar más de 10 días, y no todo el verano, como suele ocurrir. Los niños no paran de moverse, jugar y bañarse. Esto hace que las reaplicaciones deban ser constantes, y no cada dos horas como se recomienda en el caso de los adultos, que suelen moverse menos.
NO SÓLO CREMAS
Por otra, es indispensable completar la acción de la crema con gorros (preferiblemente de ala ancha que cubra orejas, nariz y cuello), gafas (adecuadas y convenientemente homologadas) y camiseta de manga corta (mejor que de tirantes). A pesar de que el color blanco es la estrella del verano, conviene escoger tonalidades más oscuras, pues reflejan mejor los rayos solares. Por otro lado, la trama de dicha camiseta ha de ser gruesa para que las radiaciones no se cuelen por los huecos del tejido, que debe ser de algodón para absorber el sudor y evitar irritaciones.
En el agua es conveniente seguir usando las gafas de sol y, si se va a bucear, hay que asegurarse de que el pequeño lleva las gafas para ello convenientemente ajustadas. El agua del mar y, sobre todo, la de la piscina es muy irritante por su contenido en cloro. En cualquier caso, la del mar contiene arena y pequeñas partículas que se pueden introducir en el ojo y lesionarlo.
En la playa…
ARENA Las altas temperaturas hacen de desinfectante, pero las malas costumbres de los bañistas y los desperdicios que arrojan hace que haya que procurar no ir nunca descalzo ni tumbarse directamente sobre ella. Así se evitan cortes, pinchazos e infecciones.
ANIMALES Igual que en la piscina, éstos deben permanecer alejados de la zona de baños y de la arena. Defecan en cualquier parte y aunque se trate de recoger siempre quedan restos.
TOALLAS No debe usarse la misma para recostarse en la arena y para secarse. Es mejor reservar una para después de baño.
JABONES Las duchas de las playas están habilitadas para desprender la arena que queda adherida a la piel, no para asearse como en el cuarto de baño propio. No use gel, jabón o champú en estas zonas.
AGUA Aunque las mareas hacen que la renovación del agua sea constante, no hay que olvidar que el agua del mar es el hábitat natural de amebas, parásitos, medusas, cangrejos y ciertos peces que pueden causar picaduras, mordeduras o infecciones, bien por contacto directo, bien por tragar el agua en la que viven.
En la piscina…
DUCHA No se trata de una medida para aclimatarse al agua, sino higiénica. Este acto elimina las epiteliales, caspa, pelos, sudor, restos de crema… que enturbian el agua y que luego muchos, especialmente los pequeños, tragan.
DESINFECCIÓN Los animales no deben deambular por los alrededores de la piscina. Es imprescindible retirar hojas, insectos y restos vegetales que el viento o una tormenta veraniega puede arrastrar a la pileta.
PRECAUCIÓN Hay que guardar a buen recaudo los productos empleados para la limpieza y desinfección de las instalaciones (cloro, algicidas y detergentes) ya que muchas veces éstos son los causantes de intoxicaciones por inhalación de sus vapores, ingestión accidental o de irritaciones por contacto (dermatitis, conjuntivitis…).
MANTENIMIENTO Los conductos de las duchas o los recovecos de la piscina y de los lavaderos de los pies son un excelente caldo de cultivo para hongos, pseudomonas y legionela; unos microorganismos que puede provocar infecciones de diversa índole.
ENFERMEDADES Los niños con cuadros diarreicos o con vómitos no deberían meterse en el agua. Cuando las heces o el vómito ocurren de manera inesperada y accidental lo idóneo es vaciar la pileta y desinfectarla por completo.