Coles de élite: cuando lujo y estudio se dan la mano

Pistas de equitación, un museo arqueológico, galerías
de arte, televisión por satélite, clases de windsurf…
Son sólo algunas de las facilidades que ofrecen a sus
alumnos los colegios más caros y selectos del mundo.
¿Queréis morir de envidia? Seguid leyendo…

Autor: RODRIGO SANTODOMINGO

«¿Quién dice que no debería mezclarse placer y formación académica?», inquiere el Colegio Surval Mont-Fleuri, en Suiza, a aquellos que acceden a su página web. Desde luego, recursos para aunar estudio y hedonismo no faltan en esta deliciosa villa encaramada en lo alto de la localidad de Montreux.
Antiguo hotel de lujo fundado a finales del siglo XIX, el centro respira el aire puro de las montañas que lo circundan, mientras sus pistas de tenis gozan de amplias panorámicas sobre el lago Ginebra. En el interior, coquetos salones floridos y habitaciones con terraza, baño privado y televisión por satélite. Como una recreación de los antiguos colegios de señoritas con algunos atrezzos contemporáneos.
¿Asignaturas optativas? Equitación, piano, etiqueta o, cito textualmente, «Análisis de los colores y estilos de moda». Precio básico: entre 12.000 y 20.000 euros al trimestre y otros 2.000 por un curso de esquí obligatorio de tres semanas.
Enseñanza pasada por nieve… Aquí el no va más se lo lleva el Institut Le Rosey, situado también en el país helvético. Este colegio mixto posee dos campus. El de invierno –una docena de chalets de estilo alpino– está ubicado a pie de pista en la estación de esquí de Gstaad y hospeda a los alumnos de enero a marzo.
El resto del curso lo pasan en la localidad de Rolle, alojándose en elegantes residencias rodeadas por una desbordante naturaleza. Entre otras facilidades, establos propios, dos pistas de equitación, club privado con servicio de catering, piscina climatizada y un centro de deportes acuáticos en un cercano lago, tablas de windsurf y todo tipo de embarcaciones ligeras incluidas.

«PUBLIC SCHOOLS»

Si los colegios suizos más elitistas no ocultan su vocación sibarita, la extensa red de prestigiosas instituciones educativas repartidas por el mundo anglosajón se esfuerza en aparentar una cierta contención.
Es un decir, ya que todas ellas (algunas con cuatro, cinco o más siglos de historia) dejarían a la altura del betún al centro privado más ostentoso de nuestro país. Pero también es cierto que en este histórico formato de colegio interno –casi inexistente en otros ambitos culturales– la tradición y la excelencia académica cuentan tanto o más que sus innegables alardes paraeducativos.
En Gran Bretaña, Harrow e Eton llevan cientos de años disputándose la primacía entre lo que allí llaman, vaya paradoja, public schools (a los públicos de verdad se les denomina state schools).
El primero ocupa un gran complejo en el noroeste del Gran Londres. Su signo más reconocible son los sombreros tipo marinero que todos los alumnos deben vestir en horario lectivo. Entre prados y arboledas, vetustos aularios conviven con residencias victorianas. Cata de vinos para alumnos mayores y cursos de golf son algunos de los divertimentos fuera de clase.
Qué decir sobre Eton. Cercano al castillo de Windsor, a él han acudido desde hace siglos insignes representantes de la corona británica, siendo el príncipe Guillermo y su hermano Harry los últimos de una larga lista. También han pasado por allí 19 primeros ministros, el Duque de Wellington o el actual rey de Nepal. Una auténtica virguería de tradición y glamour.
Con precios más modestos que sus homólogos suizos (en torno a los 35.000 euros por curso más una larga nómina de extras), el podio de grandes colegios británicos también lo ocupan, entre otros, el club de la W(Westminster, Winchester y Wellington), el Rugby School (ver foto arriba) o el sólo-chicas Roedeans

MUSEOS Y GALERÍAS

Al otro lado del Atlántico, la dicotomía Harrow-Eton encuentra su equivalencia en el tándem Exeter- Andover, algo así como los hermanos pequeños de las excelsas universidades de Harvard y Yale.
Las similitudes entre ambos colegios saltan a la vista: fundados a finales del siglo XVIII, autodenominados «academias», campus de casi 500 hectáreas en Nueva Inglaterra (la cuna de la intelectualidad progre y pudiente norteamericana, como la gauche divine al estilo norteamericano), arquitectura georgiana…
Los dos atesoran también instalaciones deportivas que parecen un centro olímpico de alto rendimiento, teatro, auditorio y una galería de arte. ¿Diferencias?
Andover acoge un museo arqueológico y un observatorio astronómico. Exeter, un lago para practicar remo y la mayor biblioteca escolar del mundo con más de 145.000 ejemplares.
No hay duda. Los 35.000 dólares por curso que cuestan están bien invertidos. Gracias a las múltiples donaciones privadas que reciben, los dos mejores colegios de Estados Unidos manejan presupuestos estratosféricos: más de 600.000 dólares por alumno al año. Apetece ¿verdad?