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Cómo favorecer el lenguaje del niño

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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El lenguaje se inicia en el niño antes incluso del nacimiento. Aunque la mayor parte de los niños produzca sus primeras palabras entre los 12 y los 20 meses, sus capacidades perceptivas y cognitivas han ido desarrollándose meses antes.

El lenguaje es la capacidad que tiene el ser humano para comunicarse. Cuando hablamos de lenguaje oral nos referimos a la función que nos permite comunicar o expresar ideas a los demás, a través de un sistema convencional y arbitrario de signos hablados.

Dentro de lenguaje oral es conveniente distinguir entre lengua y habla. La lengua es la manifestación del lenguaje de una comunidad determinada mientras que el habla es la capacidad de articular y ordenar los sonidos para pronunciar palabras. Podemos dividir el desarrollo del lenguaje infantil en dos grandes periodos, el prelingüístico y el lingüístico.

En la etapa prelingüística (hasta los 12 meses), el niño realiza emisiones previas a las palabras, en la etapa lingüística (a partir del primer año), palabras y frases. Durante la etapa prelingüística las emisiones del niño comienzan con el llanto y los sonidos vegetativos, pasando por sonidos de felicidad y desagrado. Sobre los cuatro meses comienzan los juegos vocálicos (akgo), que serán los precursores de emisiones más semejantes a las adultas. A partir de los seis meses comienza el balbuceo (mamama), que es la producción de series silábicas, generalmente iguales. Desde los diez meses, el balbuceo es más corto y con cambios consonánticos entre sílabas (tama), ya se asemeja a las primeras palabras. Hay niños que utilizan la jerga, que se trata de una producción entonada en la que “parece que el niño habla”. Durante el último trimestre de esta etapa, el niño es capaz de comunicarse intencionalmente, sobre todo con los adultos con los que tiene más apego, a través de gestos que imita.

Durante el periodo entre el balbuceo y la primera palabra el niño utiliza las protopalabras, expresiones articuladas cuyo significado viene determinado por el contexto y los gestos que el niño realiza.

Etapa lingüística

En la primera fase de la etapa lingüística, entre los doce y dieciocho meses, el niño se encuentra en la etapa de la holofrase, una única palabra que hace la función de una frase. Entre las holofrases y las frases de dos palabras, hay un periodo en el que el niño realiza secuencias de palabras (esto-allí). Sobre los veinte meses aparecen las primeras frases de dos palabras (abre puerta) y es a partir de los dos años cuando incrementan la calidad y cantidad de los enunciados. La organización de las primeras frases queda al azar, aunque pronto comienza a asemejarse al lenguaje adulto. A los dos años y medio, el lenguaje sigue relacionado con la acción inmediata, el presente del niño.

El refuerzo de los padres en estas etapas es básico para la correcta evolución del lenguaje.

El lenguaje es uno de los comportamientos infantiles con más variabilidad en su desarrollo. Puede verse afectado por aspectos personales, sociales o de situación, como puede ser el bilingüismo. La espera de cambios madurativos que solucionen situaciones de retraso en el desarrollo del lenguaje hace que sea difícil diferenciar un retraso en el desarrollo, de una simple variación de la normalidad. Pero hay retrasos del lenguaje que no se solucionan por sí solos y necesitan de la ayuda de un logopeda.

Alteraciones más frecuentes.

Durante el desarrollo del lenguaje infantil debemos dar importancia tanto a la forma, como al contenido y uso del lenguaje. El lenguaje es una unidad global, por lo que los niveles no funcionan de manera aislada, todos tienen el soporte común de la propia lengua.

El retraso del lenguaje es la alteración más común durante las primeras etapas del aprendizaje. Se trata de la no aparición del lenguaje a la edad en la que normalmente se presenta o en la falta de desarrollo de éste. Tenemos que tener presente que el desarrollo del lenguaje debe ser continuo.

El tartamudeo es también una alteración común, ya que la mayoría de los niños pasa por una fase de tartamudeo durante la evolución del lenguaje. No tenemos que dar importancia a este periodo porque es evolutivo, a menos que el tartamudeo persista unos meses o veamos que el niño comienza a añadir conductas de esfuerzo (cierre de ojos, fuerza con las manos, etc.).

Las dislalias, que son las alteraciones en la articulación de los diferentes sonidos del habla sin que existan perturbaciones en los órganos bucofonatorios, pueden empezar a observarse en esta primera etapa.

La deglución atípica es una alteración que provoca en el niño la persistencia de una deglución infantil y que éste no siga la correcta transición hacia el patrón de deglución adulta. Esto puede deberse a muchas causas, pero la mayoría de las veces son niños que mantienen patrones infantiles, continúan con el hábito de succión (chupete, biberón,…) o no han desarrollado correctamente la masticación (siguen con papillas, triturados,…).

En cualquiera de estos casos y para cualquier duda relacionada con el lenguaje, debemos acudir a un logopeda. Habitualmente, las alteraciones del lenguaje están relacionadas con otros aspectos del aprendizaje, comportamiento o emociones, con lo que la relación entre profesionales (pediatras, otorrinos, profesores, dentistas, psicólogos,…) será imprescindible para el buen funcionamiento de la rehabilitación logopédica.

Pautas para favorecer el desarrollo del lenguaje en el niño:

1. Hablar al niño tan a menudo como sea posible, a través de actividades conjuntas, hablando de personas, objetos y hechos que estén presentes en el contexto del niño.

2. Hablar de forma clara y pausada.

3. Provocar la imitación para crear enunciados cada vez más correctos.

4. Imitar con corrección y expandir los enunciados infantiles para prolongar y fomentar el intercambio comunicativo.

5. Mantener un intercambio comunicativo y dar tiempo suficiente para que el niño responda.

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