fbpx

Cuándo no llevar a los niños al colegio

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
0

A menudo dudamos si debemos o no enviar a nuestro hijo al colegio cuando tose un poquito o nos dice que se encuentra mal. Tomemos la decisión que tomemos será esencial extremar la higiene para evitar contagios e incluir la medicación del niño en la mochila.

Autor: Alejandra Rodríguez

Si usted ha llevado a su hijo, o lo hace en la actualidad, a una guardería o escuela infantil, le habrán advertido que el crío no puede asistir al centro escolar cuando padezca alguna enfermedad infecto contagiosa. Asimismo, seguramente habrá pasado por la experiencia de que le llamen para que vaya a buscarle cuando la fiebre sobrepasa los 38 grados en el termómetro.
Sin embargo, una revisión publicada en el último número de la revista Ambulatory Pediatrics ha revelado que ni los padres ni los responsables de los centros educativos tienen demasiado claro en qué casos los chavales deben permanecer enclaustrados en casa y cuándo pueden asistir a clase con total normalidad, incluso aunque estén enfermos.
Para elaborar el estudio, se envió un completo cuestionario a 132 familias y a 36 pediatras. En él se recogían preguntas acerca de la salud infantil y se preguntaba, además, si pensaban que sacar al niño del colegio mientras esté enfermo es una medida pertinente y eficaz para evitar que el resto de los compañeros se vea contagiado.
Pues bien, según parece, el 60% de los encuestados desconocía con cierta precisión los motivos por los que los escolares deben quedarse en casa por enfermedad. Por otra parte, la gran mayoría de los progenitores se mostró partidario de la exclusión del menor en caso de sufrir cualquier enfermedad. Sólo un 33% cuestionó la eficacia de esta medida con el argumento de que la mayoría de las enfermedades suele incubarse durante un periodo de tiempo (varios días e, incluso, semanas) en el que, a pesar de ser transmisible, no da ningún síntoma aparente que permita adoptar medidas profilácticas con respecto a los demás alumnos. De esta manera, los autores del seguimiento aconsejan seguir un viejo consejo para tratar de evitar, en la medida de lo posible, la expansión de los microorganismos patógenos que amenazan la salud de nuestros pequeños: lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño. «Emplear las medidas higiénicas es mucho más eficaz que el aislamiento a la hora de evitar la transmisión de patologías», afirman en su investigación, al tiempo que recuerdan que, en muchas ocasiones, este comportamiento no se sigue todo lo estrictamente que sería deseable.

Sí con hepatitis

Por otra parte, aclaran que, al contrario de lo que muchos sanitarios y progenitores creen, un alumno puede asistir perfectamente a clase aunque tenga hepatitis B, sida o una infección ocular, siempre que ésta no segregue un fluido purulento. También puede acudir a su centro educativo con trastornos en la micción provocados por virus o bacterias, ya que éstos no son fácilmente transmisibles. Por el contrario, es mejor que permanezca en el hogar siempre que la conjuntivitis sea purulenta, si ha tenido tres o más episodios de diarrea en las últimas 24 horas (este factor eleva considerablemente el riesgo de transmitir episodios de gastroenteritis, incluso aunque se extremen las pautas higiénicas), rubeola, sarampión o varicela; así como hepatitis A, tuberculosis, gripe o infecciones respiratorias.
Para concluir, los investigadores recuerdan que los motivos que realmente impiden que un chaval acuda al colegio con normalidad no llegan a 30 y que tanto los progenitores, como los pediatras y los responsables del centro, deben hacer un esfuerzo por conocerlos bien para poder aplicarlos con buen criterio. Además, recuerdan que en caso de duda siempre se debe consultar al médico antes de tomar una decisión al respecto de enviar o no al niño al colegio.
En todo caso, las circunstancias que rodean a las familias españolas actualmente (ambos progenitores trabajan y no disponen de ayuda para cuidar a su pequeño enfermo de un día para otro) hacen que las guías pediátricas no siempre puedan aplicarse a rajatabla. Por este motivo, los centros educativos se convierten en más de una ocasión en pequeños hospitales de campaña, sobre todo en esta época del año, en la que los resfriados constituyen el pan nuestro de cada día.
Por este motivo, los pediatras aconsejan enviar al pequeño con la medicación que le haya recetado su facultativo y adjuntar instrucciones precisas en cuanto a su administración para que los fármacos le sean administrados durante el horario lectivo. Esto es especialmente importante en el caso de los antibióticos, ya que el seguimiento estricto de la terapia condiciona el éxito de la misma. Por estas mismas razones, muchas escuelas infantiles ya incluyen entre sus servicios la asistencia pediátrica; una garantía de tranquilidad tanto para los padres como para el propio centro.

0
Comentarios