Desperdicio alimentario: La comida no se tira
Ocho de cada diez familias reconocen desechar alimentos sin haberlos elaborado. ¿Es esta práctica un buen ejemplo para los más pequeños? ¿De qué forma se les puede educar contra el desperdicio alimentario?
Por Terry Gragera
Cada familia tira a la basura 76 kilos de comida al año, lo que supone un total de 7,7 millones de toneladas desperdiciadas en España, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Se trata de un gran problema, puesto que hasta un 30% de alimentos deja de consumirse sin motivo. Tras esta realidad están unos malos hábitos de compra y de consumo, así como una inadecuada planificación en la gestión de esos alimentos ya adquiridos. El ejemplo no es bueno para los más pequeños. ¿Cómo cambiar esta tendencia para educarlos en el respeto a la comida?
Programas para educar
En la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) conocen de primera mano el problema de muchos sectores de la población que no tienen recursos para acceder a una alimentación básica; por ello se encargan de distribuir alimentos entre los más necesitados. Pero, además, llevan a cabo una labor de concienciación entre los más jóvenes para luchar contra el problema desde el principio. “Participamos en debates y organizamos charlas y coloquios en escuelas, colegios e institutos para concienciar a los escolares de la gravedad del problema del desperdicio de alimentos, cuando son muchas personas las que tienen necesidad de ayuda alimentaria y, en consecuencia, en cómo colaborar a reducirlo”, explica Miguel Fernández Rodríguez, director general de FESBAL. Esta organización impartió 49 cursos durante el pasado año académico en distintas localidades en los que casi 2.000 escolares pudieron entender cuáles son los buenos hábitos a la hora de alimentarse y que ayudan a no despilfarrar alimentos.
“Aunque generalmente los niños reciben la formación en el colegio, la mejor educación es siempre predicar con el ejemplo y empezar por no despilfarrar los alimentos en casa, ya que es en los hogares donde más se tiran alimentos a la basura en nuestro país”, indica Fernández Rodríguez.
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Hay algunos consejos que pueden ayudar a que desde cada familia los niños entiendan la importancia de este problema:
–Hacer la compra con planificación, comprando solo los alimentos necesarios, especialmente frutas, verduras, pan y lácteos, que son los que acaban con mayor frecuencia en la basura.
–Congelar y/o aprovechar las sobras en otros platos y no desecharlas directamente en el cubo de la basura. n Enseñar a los niños a no dejarse nada en el plato y a servirse únicamente lo que se vayan a comer.
–Utilizar alguna aplicación como Too Good To Go, que permite aprovechar comida en buen estado que va a ser tirada por establecimientos como los supermercados.
–Realizar voluntariado en organizaciones como los Bancos de Alimentos, donde se permite, sin límite de edad, que los niños y jóvenes participen clasificando alimentos o en las campañas de recogida de alimentos que se realizan periódicamente.
–Invitarlos a reflexionar sobre el problema y a participar en iniciativas como el concurso nacional de dibujo que FESBAL convoca anualmente para escolares entre 6 y 12 años con lemas relativos al despilfarro de alimentos.
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