Dificultades específicas de aprendizaje: Contacto y acompañamiento personal para aprender desde casa
Los niños con dificultades específicas de aprendizaje como la dislexia pueden seguir aprendiendo desde casa en esta situación de confinamiento siempre y cuando la metodología que se emplee se adapte a cada alumno y se centre en ellos como seres únicos, con sus debilidades y potencialidades, porque no todos aprendemos de la misma manera.
Esa necesidad de personalización es una de las bases del modelo Helix, desarrollado por la Fundación Aprender en 2011 y que debido a la situación generada por el coronavirus sigue en marcha, aunque ahora de forma virtual. La Fundación Aprender nace en 2007 de la necesidad de un grupo de padres y profesionales por atender las mal llamadas dificultades específicas de aprendizaje, mal llamadas porque las dificultades lo son para aprender con un sistema obsoleto, no para APRENDER.
Las diferentes Comunidades Autónomas han pedido a los centros escolares que hagan un esfuerzo para atender a los menores con dificultades específicas de aprendizaje, realizando las modificaciones, adaptaciones y seguimientos de las adaptaciones significativas o de los planes de apoyo y refuerzo que se consideren necesarios. Pese a esas buenas voluntades, la situación de confinamiento que vivimos supone un reto ya que modelos como el citado Helix se basan mucho en el contacto y acompañamiento personal, lo que supone un reto en una situación como la actual.
En Fundación Aprender consideran que el confinamiento cambia el lugar, pero no la esencia de lo que debe ser la educación de estos niños. En ese sentido, proponen que los alumnos no se limiten a escuchar, estudiar, memorizar y examinarse; y que los profesores no sean simples recipientes que vuelcan contenido sobre los alumnos. Todo lo contrario, los profesores deben planificar, desde el interés y la vida, subcentros o proyectos que guíen y posibiliten el proceso completo del método científico. Es decir, el profesor traza la ruta, pero son los alumnos quienes la transitan, la descubren y la hacen suya a través de la investigación, la observación, la experimentación y la expresión de lo aprendido. D esta forma, cuando hacen el recorrido completo, no solo han aprendido los contenidos curriculares, sino que desarrollan destrezas y habilidades que les preparan para la vida.
Lo que sí sigue siendo muy importante y no debe faltar durante estos meses de encierro es el contacto, el compartir, por eso desde Fundación Aprender aconsejan la realización de videoconferencias para que los alumnos tengan tiempos de trabajo con sus profesores y tiempos de trabajo personal sabiendo que siempre hay algún profesor al otro lado de la pantalla que puede guiarle en su tarea, aclararle dudas o simplemente estar con él mientras trabaja.
“Todos sabemos que cuando aprendemos a montar en bicicleta ya nunca lo olvidamos. ¿Por qué? Nadie aprende a montar en bicicleta escuchando una explicación, memorizando las normas y consejos técnicos, y pasando un examen escrito de cómo se tiene que montar en bici. La clave está en que aprendemos subiéndonos a una bici”, explica Irene Ranz, presidenta de Fundación Aprender, que afirma parafraseando uno de los principios de las investigaciones en neuroeducación que «lo que se aprende haciendo se aprende de verdad y no se olvida».
Al respecto, considera que cuando un alumno descubre un contenido curricular al final de una tarea, «esa sensación de disfrute y alegría hará que ese contenido se quede grabado porque lo multisensorial y lo emocional van asociados”, concluye.