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Educando a los futuros empresarios

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Hoy son niños en edad de aprender. Mañana podrían ser empresarios al frente de sus propios negocios. La labor de organizaciones educativas como Junior Achievement o de ADEFAM (Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid) pasa por fomentar el espíritu emprendedor de estos jóvenes complementando la educación con programas prácticos de manera que los valores que se les trasmiten les sirvan para cualquier cosa a la que se dediquen en la vida.

¿Cómo se puede enseñar a emprender a los niños para que en el futuro ejerzan sus responsabilidades aplicando los valores que se les han inculcado de pequeños? La directora general de la Fundación Junior Achievement España, Lucía Zavala Cendra, responde que “a través de programas educativos, de distinta índole y temática según el nivel del alumno, que se aplican en colaboración con los centros educativos y que tienen un alto componente de educación financiera, inserción laboral y aprendizaje propiamente dicho. Son programas que fomentan un acercamiento entre la escuela y el ámbito laboral.

Están, además, basados en el ‘aprender haciendo’, adaptados a la realidad concreta del sistema educativo español y con ellos se potencia una red de voluntarios compuesta por profesores, padres, profesionales y alumnos que estén dispuestos a servir de mentores que inspiren a las nuevas generaciones”. A través de estos programas los alumnos aprenden, por ejemplo, a conocer el entorno social y económico en el que viven; a valorar la importancia de continuar con sus estudios y de establecer metas propias o a prepararse para participar activamente, estimulando su capacidad crítica, en la vida social y cultural.

Espíritu emprendedor

Tan sólo el 5% de los jóvenes europeos tiene actualmente acceso a una educación emprendedora antes de cumplir los 18 años. Para Lucía Zavala “el éxito de las próximas generaciones dependerá del acceso que éstas tengan a la educación emprendedora, fomentando habilidades que les servirán a lo largo de su vida. Para conseguirlo los valores más importantes son: trabajar en equipo para resolver problemas reales, aumentar la motivación y autoestima con logros y objetivos concretos y el contacto estrecho con personas del mundo empresarial para aprender más acerca de los retos a los que se enfrentan”.

El papel de la familia

La educación en el seno de la familia juega también un papel clave en el desarrollo de los niños a la hora de afrontar sus responsabilidades, en este caso profesionales. Chus Pérez-Crespo, psicóloga y mediadora familiar, miembro del Instituto Complutense de Mediación y Gestión de Conflictos, y colaboradora de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid (ADEFAM), destaca “de entre los valores fundamentales que cualquier familia debería trasmitir a sus hijos (el valor de trabajo, del respeto hacia uno mismo y los demás, etc.), cuando hablamos de familia empresaria destacamos principalmente dos: en las primeras etapas del crecimiento, la capacidad de disfrutar del juego y por extensión con sus tareas en general asumiéndolas de manera alegre y responsable.

Si lo logran, habrán iniciado el mejor camino para sentirse bien consigo mismos, aceptarse y se encontrarán motivados para aprender y crecer. Y el segundo sería la autonomía y la independencia, sobre todo para poder pensar por sí mismos y tener iniciativa”. Chus Pérez-Crespo subraya además que la mejor manera de enseñar a los niños es a través del propio ejemplo, “siendo coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos y por qué lo hacemos, induciendo a la reflexión acerca de estos valores y principios desde los ejemplos más cercanos de nuestra vida y trabajo”.

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