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El 80% de los niños con problemas de ojo vago o refracción no lleva corrección óptica

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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El Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) ha llegado a esta conclusión tras examinar a 750 niños y encuestar a 500 padres, y ha descubierto que el 41% de los niños de 2 a 10 años no han visitado nunca al oftalmólogo.

El problema se acentúa cuando el equipo de optometristas descubre que el 80% de los niños con problemas de refracción o ambliopía nunca se había hecho una revisión ocular, pese a que a partir de los 7 años es difícil solucionar algunos de estos defectos. Según el Departamento de Oftalmología Pediátrica del IMO “la exploración realizada ha sido muy básica y ha servido sólo para orientar a los padres sobre posibles problemas visuales de sus hijos, a los que se aconseja una revisión más completa”.

Para este estudio se ha utilizado el retinoscopio, un sistema de lentes que proyecta una luz sobre la retina, y que permite descubrir posibles ambliopías (ojo vago), que se desarrollan por una diferencia importante entre la agudeza de uno y otro ojo, o defectos refractivos, como son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Aún así, algunas hipermetropías pueden pasar desapercibidas, ya que los niños suplen este defecto forzando la acomodación, es decir, la capacidad de enfoque del cristalino. Un buen diagnóstico requiere un control más a fondo y con gotas dilatadoras, según recomiendan desde el IMO.

Si el primer escalón es la consulta del pediatra, el 53% de los padres admite que en algún momento el pediatra les ha recomendado la visita al oftalmólogo. Pero sin embargo, en las revisiones pediátricas, el 38% de los padres encuestados afirma que la visión no se ha revisado en los controles generales, por lo que piensan que se le da menos importancia al control visual que al resto de la salud de los niños.

Conceptos claros

Los problemas más comunes en los niños son la ambliopía u ojo vago, del que ya hemos hablado, que se produce cuando el cerebro anula la visión de uno de los dos ojos, por ser inferior o peor a la del otro ojo, ya sea por estrabismo, defecto refractivo u otro problema ocular. “Cuando un defecto visual afecta exclusivamente o de forma más aguda a uno de los dos ojos, el cerebro selecciona la mejor imagen, anulando la otra e impidiendo que la visión de ese ojo se desarrolle.

Para recuperarla, es imprescindible tratar el problema en la infancia, edad en la que aprendemos a ver”, explica la doctora Ana Wert, especialista en oftalmología pediátrica.

Según la doctora, para detectar la asimetría visual, que se produce cuando un ojo ve peor que el otro, se pueden realizar sencillos controles en casa por parte de los padres, haciendo que los niños miren una imagen con un ojo tapado y después con el otro. El estrabismo, problema en el que uno o ambos ojos están desviados de su eje central, es el que más diagnosticado está, ya que al ser sintomático se detecta antes por los padres.

Factor hereditario.

Según la doctora Wert, “muchos padres desconocen que los problemas oculares, incluyendo los defectos de refracción, tienen un componente hereditario o de predisposición genética importante”. Pese a que el 79% admite tener problemas o defectos visuales en la familia, sólo el 36% lo ha considerado un factor a tener en cuenta a la hora de cuidar la salud visual de sus hijos, aunque a la hora de la verdad sólo el 3% admite haber llevado a su hijo al oftalmólogo por tener antecedentes en la familia.

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