El armario
Autor: padresycolegios.com
Cuando Rafael era pequeño le
encantaban las visitas de su tío
Antonio. Se pasaban horas peleándose
de broma y también
tenían la costumbre de jugar al
escondite. Rafael se ocultaba
en el armario empotrado de la
alcoba de sus padres y su tío
–aunque sabía de sobra donde
se ocultaba– fingía buscarlo por
toda la casa, hasta que lo encontraba
con grandes gritos de
alegría por parte de ambos. Un
día, al enterarse de la llegada de
Antonio, Rafael se fue directamente
al armario sin saludar ni
nada. Sus padres pensaban que
estaba en la calle jugando con
sus amigos, así que su tío no se
puso a buscarlo. Acurrucado
entre la ropa, el niño se quedó
dormido y no salió del armario
hasta horas después, ante el alivio
de su familia, que creía que
se había perdido. Avergonzado,
mintió para justificarse: «Alguien
cerró por fuera y no podía salir».