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El benjamín de la clase… ¿El mejor alumno?

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Tanto si en diciembre llegó a la familia un nuevo miembro, como si está a punto de hacerlo este mes, serán muchas las preguntas en torno a su vida escolar. Lo que para unos padres supone un beneficio como es el hecho de tener en casa al más pequeño de la clase, a otros les preocupa porque les ronda la idea de que su bebé tenga más riesgo de sufrir fracaso escolar en el futuro.

Al margen de polémicas sobre el fin del cheque bebé, los niños nacen cuando llega su momento y con el nuevo año llega también una nueva promoción escolar. Pero aunque el rendimiento académico pueda relacionarse con el curso en el que lo escolarizamos, éste no es el factor determinante del fracaso escolar. Eso sí, si nuestro bebé ha nacido en diciembre habrá que estar muy atentos y exigir un mayor esfuerzo y dedicación al más pequeño de clase para que consiga alcanzar las mismas competencias curriculares que sus compañeros y conseguir así superar los mismos procesos de evaluación escolar que el resto.

Un entorno familiar y socioeconómico favorable, el centro educativo, los amigos y hermanos y la propia evolución y madurez de cada bebé son claves para un buen desarrollo intelectual. Actualmente en nuestro país se escolariza en una misma aula a un bebé nacido el 11 de enero por ejemplo y a otro que nazca casi 12 meses después, es decir, en diciembre de ese mismo año, estando por tanto en un mismo aula dos niños con una diferencia real y física de muchos meses, ya que mientras uno apenas ha empezado a respirar el otro se posa en el suelo o incluso anda, come casi de todo y puede incluso decir balbucear.

El sentido común nos indica que habría que cambiar esta normativa, pero tampoco hay que alarmarse porque todos conocemos a personas nacidas en enero que han repetido curso o son vagas y perezosas a la hora de estudiar y a otros que suplen lo de ser el más pequeño, ser el benjamín de la clase, por un afán de aprender y esforzarse que pueden convertirles en el número uno de su clase, en el mejor número uno de su promoción.

José Gimillo Asensio, Jefe Unidad de Psiquiatría y Psicología Infanto-Juvenil del Hospital Quirón de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, explica que “las diferencias son grandes pero aunque a una edad temprana se nota más, no hay razón para preocuparse”. A la consulta del doctor Gimillo acudió recientemente una madre preocupada por si su hijo de cuatro años sufría un déficit de atención, ya que presentaba síntomas de ansiedad y miedo al aprendizaje académico, al cole. Resultó que el niño era el pequeño de la clase, por eso, Gimillo recomienda a los padres que “durante los primeros años no se obsesionen con el éxito escolar y procuren que los niños se diviertan, es decir, que aprendan jugando”, explica. Por su parte, los maestros “deberían tener la capacidad de ofrecer una enseñanza lo más personalizada posible”, afirma.

No obstante, los estudios al respecto son claros. El Institute for Fiscal Studies (IFS), corrobora en el informe “Cuando has nacido importa”, de los investigadores británicos Crawford, Dearden y Meghir, que las diferencias según el mes de nacimiento no son leyenda urbana o producto de nuestra imaginación. Más bien certifica distancias de rendimiento que sorprenden por lo abultado, del 15% a los 7 años, decrecientes a medida que avanzamos en edad y aún significativas (más del 5%) a los 16 años. A los 11 y 14 años, los chavales de enero superaban a los de diciembre en torno al 10% en cuanto al porcentaje de alumnos que alcanzaron el nivel mínimo exigido.

Por su parte Juan Carlos Rodríguez Pérez también certifica la hipótesis de que los mayores de la clase obtienen mejores resultados que los menores en el informe “Los orígenes del fracaso escolar en España”. La investigación afirma que los niños nacidos en los últimos meses "tienen un déficit evolutivo relativo en comparación con sus compañeros de curso". Ese déficit "parece tener efectos incluso durante la educación secundaria", afirma. Entre sus conclusiones asevera incluso que nacer a final de año implica "repetir más con una probabilidad hasta un 42% mayor".

En este sentido, Los padres deben ser conscientes de ello y ayudar al niño en su recorrido evolutivo pero sin traumas y para Gimillo “psicológicamente es tan posible que el niño mayor se aburra y repita curso, como que el pequeño de la clase repita porque no llegue al nivel”. Psicológicamente “un año no es tan importante en la vida de una persona”, afirma el doctor.

Además, nacer en diciembre aumenta (respecto a los que cumplen años en enero) hasta en un 70% las probabilidades de recibir la etiqueta de Necesidades Educativas Especiales. El IFS propone una serie de remedios para mitigar lo que el mundo anglosajón llama birth-penalty, como flexibilizar la fecha de los exámenes importantes, bien agrupando a los alumnos por meses o trimestres, bien ofreciendo la posibilidad de que cada uno se examine cuando quiera.

Edad y rendimiento

Al respecto, el estudio "Factores determinantes del Rendimiento educativo" (Documentos de Economía de La Caixa. María Gutiérrez Domenech, junio de 2009), que analiza la relación entre los factores socioeconómicos y el rendimiento educativo de los alumnos de primaria en Cataluña, se identifica precisamente una relación significativa entre el grado de madurez relativo de los alumnos y el rendimiento escolar. Entre los resultados principales de este estudio se apunta que "los alumnos más jóvenes de la clase obtienen peores resultados escolares y esta desventaja de madurez no desaparece en cursos superiores". Esta investigadora propone la organización de tutorías especializadas para los más jóvenes de clase para erradicar estas diferencias e incluso se inclina por la creación de un mayor número de cursos para que los intervalos de edad sean menores

Estudios internacionales

El Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), y otras evaluaciones internaciones como TIMMS o PIRLS, de la Asociación Internacional de Evaluación de Resultados Educativos (IEA), han sido el referente de otros investigadores para analizar los efectos de la edad cronológica de los estudiantes sobre su rendimiento. El catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Julio Carabaña, analiza en su informe "Las diferencias entre países y regiones en las pruebas PISA" la incidencia de la fecha de nacimiento del alumnado a partir de los resultados en las pruebas PISA de 2006. Entre sus conclusiones, afirma que las mayores diferencias entre los nacidos en el primer trimestre y en el cuarto rondan los 20 puntos y se detectan, en especial, en los países más desarrollados y con puntuaciones más altas en PISA: Austria, Australia o Canadá, entre otros. En las comunidades autónomas españolas se evidencian diferencias de 15 a 25 puntos entre los estudiantes nacidos en el primer trimestre y en el último, añade el informe.

Otro estudio realizado por el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa sobre los efectos de repetir curso en el aprendizaje concluye, a partir de los resultados de los estudiantes de 2º de ESO del País Vasco en la eval
uación TIMSS 2007, que el porcentaje de repetidores aumenta de forma progresiva en función del trimestre de nacimiento. Un 15% del alumnado nacido en los tres primeros meses repite curso, mientras que entre los nacidos en el cuarto trimestre la cifra se eleva al 25%.

En cuanto a las puntuaciones obtenidas en la prueba, los resultados de los mayores respecto a los pequeños son superiores, pero no con unos de nacimiento en los resultados de los alumnos en las pruebas de evaluación anuales que se efectúan en Gran Bretaña y concluye que la "fecha de nacimiento afecta a los resultados cognitivos". El estudio agrupa a los niños según el momento del curso escolar en el que nacen, es decir, de septiembre a agosto. De acuerdo a esta clasificación, establece que "los alumnos nacidos en septiembre (enero en España) obtienen, por término medio, unos resultados significativamente mejores en los exámenes académicos que los niños nacidos en agosto (diciembre en España)". La razón, afirman, es que se escolarizan y, por tanto, "realizan las pruebas un año antes". Otro aspecto que destaca el estudio es cómo un alumno nacido a final de año incrementa un 72% sus posibilidades de que le consideren un alumno con necesidades educativas especiales.

Según este informe, "las diferencias se atenúan de modo progresivo a medida que se avanza en el recorrido académico", aunque a los 16, e incluso a los 18 años, pueden resaltar algunas distinciones entre los grupos de edad en el aula. Así lo confirma el estudio internacional de las norteamericanas Kelly Bedard y Elizabeth Dhuey, de la Universidad de California, sobre la persistencia de los efectos de la edad en los escolares.

Tras el análisis de los resultados de los estudiantes de los países de la OCDE en PISA y en TIMSS, este informe evidencia que en 4º de primaria los resultados de los más jóvenes son entre 4 y 12 puntos más bajos que en el caso de los mayores y entre 2 y 9 puntos menos en 2º de secundaria. Por otra parte, los datos extrapolados de Canadá y Estados Unidos revelan que los miembros más jóvenes de una clase tienen menos probabilidades de ingresar en la universidad que los nacidos con anterioridad.

Ayudar al peque

1. Respetar el ritmo evolutivo del bebé
2. Ayudarle a aprender jugando
3. No darle importancia al hecho de que sea el pequeño de la clase
4. Adaptar su evaluación escolar a su edad real
5. Ofrecerle una enseñanza personalizada y estimulante

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