“El conocimiento de música ayuda a controlar el tiempo”
“El gran juego de Verdi” es un espectáculo musical didáctico centrado en el compositor italiano, del que este año se cumplen 200 años de su nacimiento. Sin necesidad de efectos especiales, la compañía Ferro Teatro (www.ferroteatro.es) consigue que niños de Infantil y Primaria se conviertan en los protagonistas de un espectáculo interactivo diseñado para introducirles en el mundo de la ópera. Los próximos meses se podrá ver este musical en diversos escenarios de Madrid, como el Teatro Quevedo, y en A Coruña.
¿Por qué han elegido la ópera?, un género, aparentemente, tan complicado.
Tanto yo como el otro director del espectáculo, Carlos Fernández, estudiamos en la Escuela Superior de Canto, y nos hemos preparado en escenarios como los del Teatro Real o El Liceo. Nos gusta la música y esta labor educativa; es una forma de empezar desde abajo, desde los más pequeños, y así educarles en aspectos que no son tan a mano del público general.
¿Cómo consiguen transformar la seriedad de la ópera en un juego?
Basamos el contenidos pedagógico en el humor del absurdo, que divierte mucho a los niños, y porque, desde el principio, rompemos la cuarta pared. Desde el minuto cero ellos son partícipes de todo lo que sucede en la ópera. En la primera parte, Verdi presenta la ópera que va a componer, y en la segunda, cuatro niños hacen de actores, con vestuario y todo, y ayudan a Verdi en su primera ópera.
A estas edades ¿qué conceptos son capaces de asimilar?
Diseñamos el espectáculo para Educación Primaria, pero vimos que funcionaba muy bien entre los de Infantil. Este público más pequeño asimila conceptos como qué es una orquesta, las familias musicales y leves pinceladas sobre el autor, qué es componer y qué es la música de la ópera.
¿Cómo captan su atención?
Los niños funcionan con indicaciones, y cuantas les acotes lo que tienen que hacer, todo resulta más sencillo. Además, ellos se sienten súper importantes ya que debe solucionar los conflictos teatrales que se les plantean para ayudar a Verdi en su composición musical.
Generan mucha interactividad sin necesidad de tecnologías…
Es, básicamente, el contacto personal con el espectador. Interactuamos en directo, lo que nos gusta es comunicarnos y usar todo lo que nos van diciendo ellos para jugar. Además, nuestros personajes también escriben a los niños después de la función, como si fuéramos los personajes de la ópera, y les mandamos el vídeo de la obra.
¿Los niños echan en falta la tecnología en su puesta en escena?
Les produce cierto estupor cuando ven que somos reales; no se lo creen. Cuando nos ven, nos dicen: “Eres tú no una peli”, y te quieren dar un beso. Están acostumbrados a ver todo en una caja, y al ver que somos reales se les queda cara de sorpresa total.
¿Creen que se ha descuidado en la escuela la formación musical?
En Educación Infantil, empiezan con buen pie. Al hacerles preguntas durante la función, muchas veces nos sorprendemos de los conceptos que tienen asimilados; como el pentagrama, las notas musicales, las corcheas, los silencios… Desgraciadamente, luego se abandona. En Primaria y Secundaria está muy abandonada la actividad musical. Creo que en España lo que se busca es la especialización. Los niños empiezan en el colegio una formación musical mínima, y si los padres ven que les gusta algún instrumentos, les apuntan al conservatorio o a extraescolares. En otros países se fomenta la actividad musical desde pequeñitos, y cuentan con actividades relacionadas con ella.
¿La musical ayuda, de alguna manera, al desarrollo intelectual del menor?
En primer lugar, es una formación en Humanidades, que realmente ayuda a formar la persona y la enriquece; también resulta importante en el desarrollo de la psicomotricidad y el juego. Luego está su relación con las matemáticas.
¿A qué se refiere?
Las matemáticas y la música son complementarias; en realidad la música son números. Son escalas de músicas, con tiempos… es contar. El conocimiento de la música ayuda mucho a controlar el tiempo y a tener una mente abierta, porque hace volar la imaginación y permite ser más creativo.
¿Son más profesores o artistas?
En la compañía tenemos siete espectáculos de ópera o lírica para niños (con guías didácticos y talleres dirigidos a colegios) y ocho para adultos. Si bien es verdad que, el teatro de adultos es más placentero a nivel de realización personal; el infantil nos da muchísimas satisfacciones, y vemos muchos resultados que nos trasmiten los padres. Por ejemplo, que un niño de 4 años, después de ver “La flauta mágica” (en castellano) le pidió a su padre escucharla en alemán.
Espectáculo con valores
A parte de la música, en “El gran juego de Verdi” también enseñamos cómo debe ser un buen público, siempre desde el respeto, les decimos que hay divertirse y cuándo aplaudir; pero que hay momento para hacerlos pero que esto es un trabajo. No paramos de mandar mensajes educacionales de cómo tienen que ser respetuosos al ver una espectáculo; con momentos para divertirse y aplaudir y otros en silencio, hábitos saludables, conceptos musicales… Otros espectáculos nuestros introducen la animación a la lectura y el cuidado del medioambiente. Así, con motivo del año internacional de la biodiversidad crearon el espectáculo “En un país perfecto ¿o no?”, en el que se trata la ecología. En otra de su propuestas se centra en el fomento de la lectura..