“El divorcio es una experiencia muy dolosora en la vida de un niño”
Mª Jesús Mardomingo es pionera en abrir una unidad de Psiquiatría Infantil y Juvenil en nuestro país y en conseguir que esta rama se convierta en una especialidad más de la Medicina. Un logro que está a punto de conseguir porque ya cuenta con la aprobación del Ministerio de Sanidad.
Su sintonía con los niños se refleja en su obra “Tiempos cortos” y su vocación profesional para ayudar a comprender los problemas psiquiátricos de los jóvenes en el libro “Psiquiatría para padres y educadores”.
P. ¿Cuándo tendremos en España la especialidad de Psiquiatría Infanto-juvenil?
R. Ya está aprobada la creación de la especialidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente o Psiquiatría Infanto-Juvenil. Aunque no sé al final cual de las dos terminologías se adoptará, es lo mismo. Esta medida será extraordinaria para la buena atención de los niños y de los jóvenes. España es de los pocos países de la UE que no dispone de esta especialidad.
P. ¿Cuáles son los trastornos psiquiátricos más frecuentes entre los niños?
R. Los trastornos del comportamiento, luego los de ansiedad y la depresión. Ya en la adolescencia, los vinculados con la alimentación también son muy importantes. En otros más graves como la esquizofrenia o el autismo, las tasas de prevalencia son más bajas.
P. ¿Qué factor es el que más impacto causa en un menor?
R. En muchas enfermedades, y en las psiquiátricas también, hay un componente genético muy importante. Además de esta predisposición, luego son claves los factores ambientales que, si en los adultos son importantes, en los niños lo son todavía más. La familia es el básico y luego estaría el colegio y el ámbito sociocultural.
P. Muchos padres se sienten desorientados para educar a sus hijos, hablarlos o entenderlos, ¿qué deben hacer?
R. Este es un tema que plantean muchos padres jóvenes en la consulta. Ahora lo tienen más difícil que hace 20 años cuando el desarrollo económico era menor. La incorporación de la mujer al mundo laboral ha sido uno de los acontecimientos históricos más importantes del S.XX. Pero éste gran logro, también ha tenido contrapartidas no tan positivas. Los hijos se han quedado más solos en la casa. Tienen menor contacto con los padres. Y éstos, al sentirse culpables de dedicarles poco tiempo, les compensan con una actitud muy permisiva. A veces en los hogares no están claros los criterios educativos y las normas de comportamiento.
P. Pero si dedican poco tiempo a sus hijos, ¿cómo luego se les acusa de que son hiperprotectores?
R. Precisamente como les dedican poco tiempo, luego les sobreprotegen para compensar, intentan suplir. También los padres temen por sus hijos y algunos, para que sus pequeños no sufran malas experiencias, prefieren evitárselas o hacer las cosas por ellos y esa no es una actitud correcta. Para que los niños vayan teniendo recursos y fortalezas que les permitan enfrentarse con la vida tienen que empezar a hacerlo desde pequeños. En el grado que corresponde a cada edad.
P. ¿De qué forma afectan las separaciones y divorcios a los hijos?
R. Afectan muchísimo. Hasta el punto de que la separación o el divorcio de los padres es una de las experiencias más dolorosas que se pueden producir en la vida de un niño. Todos los hijos sueñan con una familia unida y feliz; pero si es necesario, el divorcio es un mal menor porque disminuye la conflictividad en el hogar. Para prevenir que los hijos sufran ansiedad, depresión y trastornos de conducta, que son las patologías más frecuentes que suelen sufrir en las separaciones de los padres, es preciso que este proceso se haga con la menor conflictividad posible.
P. ¿Qué influencia tienen la TV o los videojuegos en la conducta?
R. Hay bastantes estudios acerca de la influencia de la TV en la conducta de los niños, en sus emociones y en el modo de percibir la vida. Hay que tener en cuenta que ellos van descubriendo la realidad y elaborando sentimientos, emociones, ideas, conceptos, principios éticos y morales… acerca de la misma. De ese modo se van educando y haciendo como personas. El influjo de la TV, salvo rarísimos programas, es muy negativo. La mayoría de los espacios tienen contenidos violentos, morbosos, frívolos, etc. El número de horas frente al televisor también se correlaciona con problemas de conducta cuando los niños ya son mayores.
P. Y ¿qué nos recomienda?
R. Primero seleccionar qué programas pueden ver los niños, que no estén demasiado tiempo frente a la televisión. Vigilar los contenidos y por otro el tiempo de exposición. La otra recomendación es que cuando vean la TV estén acompañados de un adulto que opine y critique sobre lo que se está viendo.
P. ¿La banalización de la violencia es uno de los mayores riesgos que ahora tienen los jóvenes?
R. Es uno de los problemas más serios que tenemos. De hecho, los trastornos de comportamiento en los adolescentes han aumentado y uno de los factores a los cuales es atribuible es precisamente a esta banalización de la violencia. Muchos jóvenes se desenvuelven y viven en un ambiente donde la agresividad está aceptada, la presión sobre el otro se considera un modo idóneo para conseguir los objetivos, hay una despersonalización de los otros y lo que prima son las necesidades o los intereses personales.
P. ¿Ante qué síntomas iniciales debemos llevar a un niño al psiquiatra?
R. Ir al psiquiatra infantil tiene que acabar perdiendo el sesgo peyorativo que tiene. En una sociedad avanzada, civilizada y culta deberíamos ir todos al psiquiatra cuando consideramos que nos pasa algo motivo de consulta, como cuando nos duele la cabeza o tenemos cualquier enfermedad. A un niño le debemos llevar al psiquiatra cuando se produce un cambio que no se explica y no se justifica, por ejemplo, en su comportamiento o en sus emociones y sentimientos.
P. ¿Las repeticiones y manías ya conllevan un Trastorno Obsesivo Compulsivo?
R. No necesariamente. En la infancia, y en la vida adulta también, el repetir es un modo de aprendizaje. Además es normal tener ciertos rituales hasta los 5-7 años. Por ejemplo para irse a la cama. Éstos son transitorios, pero cuando persisten e interfieren en la vida del niño ya hay que controlarlos porque pueden ser Trastornos Obsesivos Compulsivos(TOC). Por ejemplo un adolescente, como hay muchos que tienen TOC, que tarde en ducharse hora y cuarto porque deben hacerlo de una determinada manera o un niño que tiene pensamientos repetitivos con un contenido obsesivo que le ocupan la conciencia, le molestan y que no lo puede evitar.
P. ¿Cree que hay trastornos como el TDAH que se “han puesto de moda”?
R. En medicina hay un aspecto fundamental que es el diagnóstico correcto. Y hacerlo bien también significa decir: `no lo tiene´ porque tan erróneo es no detectar una enfermedad como diagnosticar algo que no se tiene. Por ejemplo, decir que un niño tiene TDAH cuando lo que hay es una mala educación en la familia y, en consecuencia, tiene problemas de conducta por la falta de normas y límites. Y luego hay niños que desde los 3-5 años ya van mal en el colegio y acaban repitiendo curso porque el periodo de atención sostenida es muy corto y no funciona bien el hicocampo y la memoria. Fracasan en el aprendizaje teniendo una intel
igencia normal.