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Emilio Urberuaga, Premio Nacional de Ilustración 2011

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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El ilustrador infantil nos recibe en su estudio plagado de luz y pinceles donde deja fuera al hombre y al padre y sólo deja entrar al niño que nunca ha dejado de ser. Allí juega con sus colores y sus pinturas y así ha logrado esa conexión especial con varias generaciones de niños que ha llevado al ministerio de Cultura a concederle el Premio Nacional de Ilustración por su trayectoria.

¿Qué supone un premio a toda una carrera?
Da cierto vértigo porque piensas ¡Que pasa, ya he terminado! y no es así, yo estoy empezando. Es un empujoncito más. Alguien se ha fijado en lo que haces y eso para el saco de la vanidad siempre viene bien. Hace treinta años, desde el año 82, y yo me dedique tarde a ilustrar libros para niños, porque llegué a esto por puro azar.

¿Cómo han variado en estos años los gustos de los niños, o de los padres, que al final son los que compran los libros?
Evidentemente el niño es un cautivo. Es el destinatario, pero el que paga los libros es el adulto, y rara vez hay padres que dejan elegir a sus hijos. A veces tengo la sensación de que los padres formados ven un libro y registran cosas en su cerebro que el niño no ve pero que a él le parecen estupendas. Todo se reduce a una sola cosa que es claridad. Yo creo que en el lenguaje y en la imagen si hay claridad es aprehensible por todo el mundo.

Han cambiado detalles, lo fundamental no ha cambiado. Es igual que al fondo aparezca un ordenador o una máquina de escribir, las historias siguen interesando las mismas, solo cambia el decorado.

¿Cómo realizas tus ilustraciones?
Me gusta trabajar sobre papel. Yo me pongo a trabajar y lo que surge. Comienzo a mezclar y, como decía Picasso “yo no busco, yo encuentro”. De pronto ves algo que interesa y sigues por ese camino. Es un juego, para mí es un divertimento por el que además me pagan.

Te atreves además a hacer ilustraciones en blanco y negro para niños.
Sí, por qué no. El más reciente, Piccolo y Nuvola, apenas tiene color, tan solo en el pico del pájaro. Fundamentalmente son grises y no tiene texto. Todo vale. Es una historia donde la imagen de Piccolo centra la historia.

Destacan de tus personajes su humor mezclado con un toque de ternura.
Uno es como es y cuando crea algo deja su huella. A pesar de mi aspecto osco y de mi voz y de que mucha gente piensa que soy un gruñón, que lo soy, dentro de mí hay todavía un niño. Yo no he matado nunca al niño que fui. Las edades no importan ni en la infancia, ni en la juventud, ni en el estado adulto, ni en la vejez. Somos siempre el mismo. Tú te miras al espejo por las mañanas y eres la misma niña que cuando tenías cuatro años. Algo has aprendido durante estos años pero eres la misma. Hay personas que se olvidan y se ciñen solo a lo que están viviendo en el momento y a preocuparse sólo de aspectos esencialmente materiales.

Además de ilustraciones también has escrito textos. ¿Qué personajes son obras completamente tuyas?
El que te he comentado antes de Piccolo y nuvola, es el más reciente. Pero también Coco que es un cocodrilo, en Coco y la Luna. Una niña que se llama Sara en la selva de Sara y otros como Una cosa negra o ¿Quién anda ahí?

Los adultos a veces utilizamos los cuentos para inculcar valores pero ¿los niños que ven?
Yo a la hora de crear no me planteo a priori inculcar valores, lo que sí sucede es que si tú tienes una norma vital honesta claro que lo vas a transmitir en tu obra. Creo que he conseguido un lenguaje lo suficientemente sencillo como para que un niño lo entienda y un adulto también.

He descubierto que me gusta hacer cosas para niños porque pienso que es la época más pura, con todos los defectos que puedan tener los niños, que los tienen. Es la etapa más pura porque tienen los ojos muy abiertos para ver todo y tienen una generosidad que el adulto va perdiendo por el camino.

¿Qué importancia le das a que los niños lean?
A mí me parece fundamental, pero por otras razones a las que nos cuentan en los medios. Descifrar el código de la lectura es complicado, pero es tan divertido… Yo quiero que el niño llegue a tener la dependencia del libro, que tenga ganas de terminar de hacer algo para seguir leyendo el libro que tenga entre manos y descubrir la historia que oculta. Es puro disfrute. Todas las artes en general son disfrute y nos hace mejores seres humanos. Son para disfrutar, ver el mundo de otra manera y entender cosas que de una forma seria no seríamos capaces de entender.

¿Crees que en España se le da a la ilustración infantil la importancia que se debería?
Cada vez más. Lo que sucede es que en general al ámbito infantil no se le da la importancia que realmente tiene porque no se le da ni a la infancia ni a la educación. Tenemos uno de los presupuestos en educación más bajos de toda Europa. Los adultos cometen el grave error, primero de creerse que son adultos, cosa que no es verdad, porque seguimos siendo niños. Y lo más importante, el adulto no se da cuenta de que un niño que tiene ahora cinco años, dentro de treinta, que en la vida de un país es un segundo, puede ser el presidente del Gobierno. Cuanto más y mejor les des, mejores seres humanos estarás formando. Si formas un buen ser humano es probable que sea un buen gobernante, un buen político, un buen escritor, un buen pintor, un buen mecánico, un buen fresador. Esto es tan simple como eso.

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