Empresarios a los 10
Cuando llegan malos tiempos para la economía no conviene deprimirse, e imaginar un futuro negro y austero. Es mucho más positivo enseñar a las nuevas generaciones desde pequeños a convertirse en emprendedores y poner en marcha su propio negocio.
Los organizadores del certamen Niños Emprendedores pueden estar satisfechos con su labor, porque los chicos que participen tienen muchas posibilidades de no sufrir el paro en el futuro. Antes de quedarse inactivos, tratarán de materializar sus propias ideas, pues tendrán ciertas nociones del proceso a seguir.
Tras el enorme éxito de la primera edición, organizada por Gears Company, este año se ha celebrado la segunda. En una primera fase, los participantes deben constituir su sociedad de forma ficticia, pero rellenando un papeleo muy similar al real, que los organizadores han puesto a su disposición en su web. Por ejemplo, deben decidir entre constituir una sociedad anónima o una sociedad limitada. Además de constituir los estatutos de la empresa, han de imaginar los productos que van a comercializar, y tomar decisiones relacionadas con su fabricación, comercialización, el precio de venta al público, etc.
Los cincuenta niños que ponen en marcha los mejores proyectos participan en la fase final del certamen. Este año tiene lugar los días 5, 12 y 19 de febrero, en el Centro Comercial Sexta Avenida de Madrid. Si bien es importante crear una empresa a partir de una idea bien pensada, aquí los chicos se darán cuenta de que en el éxito final intervienen otra serie de factores.
En el Centro deberán vender sus productos, controlar el stock, y hasta emitir las facturas a sus clientes por cada venta que realicen.
Los chicos deben estar cuatro horas atendiendo sus negocios, sin ayuda de los padres (sí que está permitido que les acompañen para transportar la mercancía). Allí ocupan el puesto que les ha correspondido en una especie de mercadillo, y hasta escriben en una pizarra el nombre de la empresa, que debe estar siempre relacionado con el producto que venden. Por ejemplo: Velas La Luciérnaga.
Cada empresa sólo puede vender un producto, por ejemplo galletas, que pueden ser de todos los colores y tamaños. Pueden estar fabricados por el propio participante, y aunque también es posible adquirírselos a proveedores, en ese caso no podrían ganar el tercer premio, al producto más original. En la parte trasera, los concursantes almacenan el stock, para reponer en caso de haber realizado muchas ventas.Están permitidos todo tipo de productos, a excepción de algunos que puedan ser peligrosos como explosivos, objetos cortantes, o falsificaciones de música, DVD y videojuegos.
De cara al futuro
Las recomendaciones de la organización a los chicos son muy útiles, no sólo para este concurso, sino para los posibles negocios que abran en el futuro. Por ejemplo, se les penaliza por llegar tarde, pues “en la vida real abrir tarde un negocio con un horario establecido conllevaría la reclamación por parte de clientes a la vez que una mala imagen para tu negocio. A diferencia de un trabajador, el empresario ni siquiera puede excusarse con un justificante médico” argumenta la organización.
“Mantén durante todo el ejercicio una actitud activa y enérgica, no te sientes en el suelo ni sujetes las paredes, esto da muy mala imagen a tu negocio”, explican. Y, recuerdan: “Échale morro e intenta empatizar con tus posibles clientes en el momento preciso, no los asaltes, deja que ellos cotilleen tus productos durante un instante y en cuanto veas la mas mínima oportunidad cuéntales lo que haces, haz que se sientan cómodos en tu negocio, recomiéndales que prueben tus productos, que son muy buenos y exclusivos, hazles ofertas y no te cortes pero tampoco los pongas en un compromiso”. A partir de aquí muchos niños descubrirán su vocación empresarial.