“Es tontería intentar que el niño vaya vestido de adulto”
Ágatha Ruiz de la Prada ha abierto las puertas de su universo de colores a PADRES. Con dos hijos de 21 y 18 años, se considera una madre “muy poco permisiva y bastante histérica” que no pega ojo cuando salen por la noche.
P. ¿Crees que la moda tiene que ver con la educación y vistes de una forma u otra según la educación que hayas recibido?
R. Tiene mucho que ver. Mis hijos están acostumbrados a vestirse de colores, por ejemplo, y para ellos es una cosa habitual. Y yo agradezco que de pequeña me hayan enseñado a vestirme de una cosa y de otra, a que un día hay que ponerse un zapato o un traje más incómodo… a adaptarme a diferentes circunstancias.
P. ¿Cómo pueden manejar los padres el tema de la indumentaria de sus hijos? ¿Hay que ponerles límites a la hora de vestir?
R. Hay niños que tienen 16 años y nunca han tenido un zapato, que no saben lo que es ponerse otra cosa que no sean deportivas, y es una pena. Todo en esta vida requiere una educación y si un chico no ha usado en toda su vida más que deportivas, el día que vaya a trabajar va a estar muy incómodo. Por eso, a mis hijos desde pequeños les he educado a vestirse de muchas formas diferentes. Hay mucha gente que dice: “es que a la niña no le gusta el traje”, y la niña tiene tres años. Pues eso es una estupidez, porque si la niña de tres años es la que decide, creo que te estás equivocando mucho.
P. ¿A partir de qué edad crees que los niños pueden elegir su ropa?
R. Pues tardísimo, a los 18 o así.
P. Y antes, ¿ hay que guiarles o imponerles?
R. Es que cuando un niño es inteligente y educado, elige una cosa que está bien.
P. ¿Crees que ahora se está «adultizando» a los niños antes de tiempo con la ropa que se les pone?
R. Creo que eso es un error, porque la vida del adulto es cada vez más larga y es tontería intentar que el niño vaya de adulto desde que es un bebé, con Gucci y cosas así. Los niños tienen que ir vestidos de niños y lo más importante es que vayan cómodos y abrigados, y también alegres.
P. Hoy en día hay niñas de 10 años que visten como si tuvieran 18, ¿eso hace que pierdan parte de su infancia?
R. A mí me parece que lo divertido de un niño es que sea el máximo tiempo niño; es más, yo soy de la teoría de que hay que intentar ser niño toda la vida.
P. ¿Qué opinas de por dónde está yendo ahora la moda adolescente?
R. No la sigo mucho, pero creo que uno siempre reacciona frente a lo que ha tenido en casa y cuando los padres han sido hippies, los niños quieren ser más convencionales y al revés, y eso es lo normal.
P. Pero ahora los chavales están perdiendo un poco de personalidad y según al grupo o tribu que pertenezcan, visten de una forma determinada y todos iguales…
R. Yo nunca he sido de tribus por mi personalidad, no hay un grupo de ‘agathas’. Pero me joroban mucho los niños que sólo saben estar con gente de su edad. Creo que es muy importante el trato con mayores, cuando era pequeña me encantaba estar con ellos. Igual que es malo saber llevar sólo deportivas en tu vida, es malo que sólo hables con los niños de tu clase o grupo, porque eso hace que tengas poca personalidad.
P. ¿Qué objetivo persigues al hacer moda infantil?
R. A mí no me cuesta nada hacer ropa para niños porque si yo fuera niña me la pondría.
P. ¿Y crees que los niños se vayan decantando por una ropa u otra es bueno?
R. Hoy en día la gente tiene demasiadas cosas y demasiado poco tiempo. Lo bonito es tener una mochila y cuando se rompa, comprar otra, pero cada tres meses tener una nueva es de una mala educación increíble. Pero eso lo tienen que ver los padres, porque es mucho más educativo no tener regalos que tenerlos. En eso tiene mucho que ver la televisión, que es malísima para ellos. Yo soy antitelevisión.
P. ¿Y has sido antitelevisión con tus hijos?
R. Es que es incontrolable, pero me fastidia muchísimo. Yo no sé ni encenderla. En mi casa leemos muchos libros y tengo un hijo que es de libro al día de toda la vida. La niña es bastante televisera, pero al final, cuando te ven leer, acaban leyendo.
P. ¿Qué clase de madre te consideras?
R. Yo siempre he trabajado desde el primer día; una de mis mejores amigas es pediatra y piensa que para un niño es mejor una madre que trabaja que una que no. Mi madre no trabajaba y fue una madre fenomenal cuando yo era pequeña, pero creo que ahora hay muchas mujeres que piensan que en el único sitio donde está bien el niño es con ellas y la vida no es así, hay que enseñarles a adaptarse. Yo he enseñado a mis hijos a que sean muy sociables desde pequeños –a lo mejor por interés propio, porque yo viajaba mucho y se los colocaba a quien podía– y eso ha hecho que lo sean y estén comodísimos en todas partes. Lo de estar solamente en casa es hacer niños un poco racistas, porque parece que lo que no es de su familia es malo. A mí esos niños que sólo saben estar con su mamá me parecen un petardo, y eso lo fomentan los padres, que les convierten en antipáticos y maleducados. Me encantan los niños pero cada día agradezco más a los bien educados, que son pocos, porque hay que dedicarles muchas horas. A los niños hay que educarles a ir a museos, a conciertos, a saber estar callados… Creo que cuanto más rígido eres en la educación, mejor para ellos. Los niños agradecen muchísimo la estabilidad y la rutina con los padres, porque si no se vuelven histéricos.
P. Entonces, no te consideras una madre permisiva, ¿no?
R. La verdad es que estoy bastante aterrorizada con mis hijos y soy muy poco permisiva y bastante histérica. Creo que tienes que ver del niño que te puedes fiar y del que no, pero te puedes fiar de muy poquitos. Yo, por ejemplo, si mis hijos salen por la noche, estoy toda la noche mal. Trabajo muchísimo todo el año y llego al verano machacada, entonces empiezan a salir los niños y me digo: “¡Dios mío, pero si yo prefería trabajar!” Porque por lo menos por la noche duermo, pero con estos cabritos no pego ojo… Los adolescentes son pesadísimos, no se dan cuenta de que te amargan la vida, y eso que yo he tenido mucha suerte… En su día me compré todos los libros en plan ‘¡Socorro tengo un hijo adolescente!’ e intenté que se lo leyeran ellos también, pero no quisieron ni atados. Y hay gente que esta etapa es muy amiga de los amigos de sus hijos y tal, pero yo creo que es importante saber que cada uno tiene su edad y que tener 50 años no es lo mismo que tener 18.