fbpx

Escuela multicultural

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
0

Son ya medio millón. Los alumnos inmigrantes han aportado riqueza a nuestras aulas, pero también nuevos retos y situaciones conflictivas. Te ofrecemos la radiografía de un fenómeno habitual en Europa pero hasta hace pocos años inédito en nuestro país.

Autor: RODRIGO SANTODOMINGO

ASIÁTICOS ORDEN, DISCRECIÓN Y MISTERIO

La opinión es unánime: los alumnos asiáticos (que en España aún equivale a decir “chinos” en la inmensa mayoría de los casos) crean pocos o ningún problema. Esto no quiere decir que su integración esté garantizada, ya que la barrera del idioma y el carácter discreto y reservado de su cultura dificultan la relación con otros alumnos.

ESFUERZO
El alumnado chino, repartido por todo el territorio nacional, en especial en grandes ciudades, es esmerado y silencioso. Aunque resulta difícil generalizar, también suelen contar con ventaja en las asignaturas científicas, un campo donde los países orientales nos suelen superar.

LA GRAN MURALLA
Si hay un colectivo inmigrante que precise de atención lingüística previa a su llegada a la escuela española, éste es el asiático. Algo en lo que coincide cualquiera que conozca el día a día en un aula donde convivan varias culturas. Más aún, aunque dominen el castellano escrito, es probable que persistan problemas para hablarlo o entenderlo.

LEJANÍA CULTURAL

Es importante que los alumnos españoles conozcan el abismo cultural que separa a oriente y occidente.
Es una cuestión física (apenas se tocan), de lenguaje no verbal y de una forma de entender el respeto muy diferente a la nuestra.



LATINOAMERICANOS IDIOMA COMPARTIDO

Absolutamente mayoritarios. Heterogéneos en su composición, aunque destacan los contingentes de ecuatorianos, colombianos y peruanos. En ocasiones con grave desfase curricular debido a las exiguas infraestructuras educativas de sus países de origen.
correctos y respetuosos, al menos mientras permanecen en Primaria.

Diverso y en ocasiones contradictorio, el colectivo latinoamericano (presente en todas las regiones, aunque en especial en Madrid, Cataluña y Valencia) simboliza los escollos y aportaciones de los alumnos inmigrantes.

EN ESPAÑOL
Su gran ventaja: no precisan de adaptación lingüística. Hasta hace poco, en Madrid se les incluía en las llamadas aulas de enlace donde compartían pupitre con alumnos chinos o polacos. Un sinsentido que ya ha sido enmendado por las autoridades, separando a los estudiantes según necesidades de inmersión académicas o de idioma.

¿REYES LATINOS?
La banda Latin King ha calado hondo en los institutos de Cataluña y Madrid. Hace un par de años, el madrileño barrio de San Cristobal de los Ángeles vivió graves disturbios tras una pelea entre españoles y latinos germinada en un instituto. No es algo generalizado, pero tampoco un buen precedente. Algo está fallando para que alumnos con los que compartimos idioma, religión y fuertes vínculos culturales tiendan a formar grupos étnicamente selectivos.
 



ESLAVOS SOMOS EUROPEOS

Salvo el idioma, todo son facilidades. Europeos, con un nivel educativo cuanto menos aceptable (en muchos casos netamente superior al de los españoles de su misma edad, sobre todo en matemáticas) y –¿por qué no decirlo?– de raza blanca. Tienen un origen multinacional, aunque la mayoría procede de Polonia, Bulgaria y Rumanía.

ESCUELA RURAL
A diferencia de otros tipos de alumnado inmigrante, los estudiantes eslavos (no todos los son, tómese como una licencia para denominarles) abundan en zonas rurales, aunque tampoco escasean en las grandes concentraciones urbanas de nuestro país.

CONTRA EL GUETO
Un punto más a favor del alumnado del este de Europa es que no suelen sumar (como latinoamericanos o magrebíes) altos porcentajes respecto a la población de su centro, por lo que el riesgo de guetización disminuye. Siempre serán minoría (una minoría además heterogénea), así que es más probable que se diluyan y mezclen con el resto.

FP
En los sistemas educativos del este de Europa la Formación Profesional goza de una alta consideración. No es extraño pues que aquí opten por la FP, esquivando así el alto riesgo de fracaso escolar entre el colectivo foráneo.



MAGREBÍES TAN LEJOS, TAN CERCA

Los que más difícil lo tienen. Nos separan cuestiones lingüísticas, religiosas y culturales. En ocasiones pareciera que las única proximidad sea geográfica: un auténtico disparate. Para más inri, varias encuestas (Pérez-Diaz, 2002; Aja, 2000) ponen de manifiesto que las mayores actitudes de rechazo entre los alumnos españoles están dirigidas a los magrebíes, fundamentalmente de Marruecos y establecidos en Cataluña, Madrid y todo el sur de España, aunque estén presentes en todo el país.

DOS EN UNO
Lo habitual es que el alumnado inmigrante necesite adaptación lingüística (chinos, del este de Europa) o curricular (latinoamericanos). Los magrebíes precisan de ambas. La situación es especialmente delicada en la Secundaria, ya que muchos no están escolarizados en su país de origen y aquí recalan en el curso que les corresponde por edad.
Entonces cunde el desánimo, la desmotivación y las tensiones con otros alumnos y el profesor.

NIÑOS DE LA CALLE
Evidentemente, mejor en el instituto (aunque sea perdiendo el tiempo) que en la calle buscándose la vida. No hay más que pasear por el centro de Madrid para concluir que el absentismo hace estragos entre los alumnos magrebíes de Secundaria. Las chicas también pueden abandonar con el paso a la ESO, pero por otros motivos.
 



REDES Y RACISMO


Desde la irrupción masiva de inmigrantes en nuestras aulas, dos dudas sempiternas sobrevuelan el fenómeno de la escuela multicultural. Una tiene que ver con la distribución del alumnado entre los centros financiados con dinero público, y deriva en la pregunta genérica que sigue: ¿Escolariza a más inmigrantes la Pública que la Concertada? La segunda es inevitable e inquiere sobre el grado de racismo y rechazo al otro que muestran los escolares nativos.

PÚBLICA VS. CONCERTADA
En los últimos años, la guerra de cifras ha sido tan virulenta como inútil. Y es que los estudios que se han hecho sobre el asunto parten de premisas algo simplistas, del tipo “la concertada escolariza al 30% de alumnos, pero sólo al 20% de inmigrantes”, obviando así dónde están ubicados concretamente los centros de cada red escolar y la población inmigrante en esas zonas. Si la concertada tiene más peso en áreas con poca inmigración, resulta lógico que sus porcentajes de alumnos foráneos decaigan. También los propios colegios concertados recurren a triquiñuelas estadísticas para confundir a la opinión pública. Por ejemplo, contar como inmigrantes –término que para muchos tiene una clara connotación económica– a los pudientes ciudadanos de la Unión Europea o a los hijos de diplomáticos y empresarios extranjeros que viven en España.

Para hacerse una idea de por dónde van los tiros es mejor acercarse a una zona concreta con alta inmigración y comparar los porcentajes de sus colegios financiados con fondos públicos. Ejemplos no faltan de concertados que se sirven de estrategias más o menos sutiles (una habitual es pedir cuotas "voluntarias" asequibles para una familia de clase media pero que descuadran las cuentas mensuales de las economías más frágiles) con el fin de repeler un exceso de inmigrantes.

Pero sería injusto olvidar que también existen centros de esta red educativa que incluso animan activamente a las familias inmigrantes para que lleven a sus hijos allí. Visitado por el periodista hace un par de años, el “San Antonio”, en el madrileño barrio de Tetúan, se ha convertido en todo un referente con más de un 90% de alumnos de origen foráneo, no precisamente con pasaporte alemán.

¿RACISTAS?

Depende del contexto, del porcentaje de inmigrantes que haya en el centro, del ambiente familiar y, en última instancia, del propio alumno. Un informe de Caja Madrid concluyó que los marroquíes son los alumnos inmigrantes con peor imagen entre los alumnos de 11 a 13 años. La peor parte (el estudio hablaba de “minorías”) se la llevaban no obstante los gitanos españoles. Y la mejor, los chinos y los europeos del este. Entre medias, los estudiantes latinos.
 


 

0
Comentarios