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Gimnasia rítmica de base

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Mónica Fornié, entrenadora nacional de gimnasia rítmica, explica a PADRES los beneficios, tanto físicos como psicológicos de la gimnasia rítmica en las niñas. Desde hace 25 años trabaja con niñas de entre 3 y 16 años.

La que fuera directora de la Escuela Nacional de Gimnasia Rítmica de la Real Federación española y juez internacional de gimnasia rítmica, Mónica Fornié, trabaja y promociona, desde hace 25 años con su empresa, la gimnasia rítmica de base en los colegios. Ella insiste en diferenciar la gimnasia de competición de la gimnasia de base. “El trabajo de competición lleva al límite la movilidad articular, que no tiene por qué ser patológico si se hace con un control y con un trabajo compensado”.

Con la gimnasia rítmica de base, por su parte,“se lleva a la niña a una movilidad articular que siempre es beneficiosa, porque le produce muchísima movilidad y flexibilidad, que en un futuro le va a resultar muy positiva”, aclara Mónica. En los colegios se trabaja mucho la coordinación ya que se manejan aparatos como aros, cintas, cuerdas, o mazas. “Incluso con niñas pequeñas utilizamos aparatos de repuesto como pañuelos, sombreros o paraguas”, explica. Algo que favorece la coordinación oculomotriz ya que lanzan y recogen y tienen que hacer una serie de movimientos mientras el aparato está en el aire, trabajar a una velocidad determinada controlando la trayectoria del aparato.

Beneficios

Fornié afirma que la gimnasia rítmica permite realizar en la niña un trabajo de colocación corporal postural, lo que quiere decir que una anomalía pélvica o de cadera se puede corregir. “La gimnasia puede corregir el problema de pies para dentro al trabajar pies, rodilla y pelvis”. Asimismo, al ser un ejercicio que estira los músculos, favorece el crecimiento. Psicológicamente, mejora la autoestima porque las niñas aprenden a bailar y a controlar su cuerpo, a hacer muchos movimientos que le dan mucha seguridad.

Cuándo empezar

“Hasta los seis años recomiendo algo que se acerque más a la danza, que no tenga normas, que no sea estricto ni repetitivo, porque si no, lo dejan y se cansan, pero que les ayude al control de su cuerpo, trabajar ritmo, coordinación y colocación postural”, nos responde Mónica. Entre 6 y 7 años, si se motiva y tiene estímulo externo para conocerlo, se puede comenzar, siempre que la niña lo pida.

Rítmica y matemáticas

Durante nuestra conversación, Mónica nos sorprendió con una teoría muy personal fruto de 25 años de experiencia. “Lo estoy haciendo como experimento”, nos confesaba. Ella ha observado que las niñas que hacen gimnasia rítmica y que saben trabajar bilateralmente, es decir, que trabajan igualmente con la derecha y con la izquierda, lo cual es obligatorio por código, desarrollan la parte cruzada del cerebro y por tanto están desarrollando muchísimo la capacidad espacial.

El resultado: son niñas con buenas notas en matemáticas. “Lo llevo observando hace años. Mejoran mucho en ciencias abstractas como matemáticas o geometría, porque cuando se trabaja en rítmica en equipos hay que trabajar haciendo figuras, colocarse en un fila perfecta o hacer una diagonal o un círculo. Estas formaciones deben ser claras con lo cual se trabaja con mucha precisión y esto les ayuda a tener un esquema y un control del entorno espacial que les favorece mucho para estas materias.”

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