Gimnastas con artrosis precoz
El deporte es un aliado fundamental de la salud, también en los niños. Sin embargo, las actividades físicas, demasiado intensas a determinadas edades, pueden esconder riesgos que no compensan las ventajas de hacer ejercicio.
Hace un año, una investigación en la reunión anual de la Sociedad Americana de Radiología (RSNA, sus siglas en inglés) daba pruebas de que la gimnasia cuando se practica a un nivel de competición o casi, entraña riesgos para la salud.
Radiólogos de la Universidad de California estudiaron las resonancias magnéticas de 125 chicas de entre 12 y 16 años; 12 de las cuales eran gimnastas que practicaban la modalidad artística (barra fija, paralelas y asimétricas) que se quejaban de dolores crónicos en sus manos y muñecas.
“Las particularidades de los ejercicios que suelen hacer (girar a toda velocidad sosteniéndose con una o ambas manos, volteretas en las que se cae sobre éstas varias veces encima de una barra estrecha con la muñeca muy flexionada, estiramientos del hombro y de los antebrazos que soportan varias veces el propio peso…) están causando que las niñas acaben ejerciendo una enorme presión sobre sus articulaciones”, afirman los científicos.
EVITAR FUTUROS DAÑOS
De hecho, en las resonancias de las deportistas se observaron dos casos de necrosis (muerte) de la cabeza del metacarpiano, dos necrosis lunares en la inserción del ligamento escafolunar, así como procesos artrósicos inusitadamente avanzados en diferentes localizaciones de los nudillos, de las falanges de los dedos y de las muñecas.
Asimismo, se detectaron desgarros cartilaginosos, dolor crónico por movimientos de repetición, sobrecargas musculares y deformidades notables en el radio (el hueso que, junto con el cúbito, conforma el antebrazo) que resultaban en la afectación de todas las pequeñas piezas que integran la frágil articulación de la muñeca.“Nos llevamos una gran sorpresa porque muchas de estas lesiones no habían dado la cara en las radiografías y porque la mayoría iba camino de desembocar en un proceso artrósico precoz”, comentan.
Los autores creen que hallazgos como estos pueden ser útiles para adaptar los entrenamientos e, incluso, las normas de competición para niñas jóvenes dado que muchas lesiones y traumatismos tienen fácil solución, pero no así la artrosis. Por el momento, no se ha encontrado la manera de reparar este daño osteoarticular, de manera que si su deterioro comienza en la niñez, el futuro de estas chicas no es nada halagüeño.
Una señal de que propuestas como estas no van mal encaminadas es que ya se han adoptado algunas medidas al respecto y que posiblemente se ampliarán según avancen las investigaciones.
Así, por ejemplo, las bailarinas clásicas ya no hacen puntas antes de los 15 años y sólo si es estrictamente necesario. Por otro lado, en los entrenamientos de gimnasia no se hacen los giros en la barra a la misma altura que en competición para reducir la presión que ejerce el peso de la deportista sobre la articulación. También se protegen los dedos y muñecas con dispositivos de plástico.