Guillotina para los libros de texto
¿Cómo rebajar de diez a tres kilos el peso de una mochila escolar? La pregunta surgió hace dos años entre los profesores del IES “Ginés Pérez Chirino”, en Caravaca de la Cruz (Murcia), los cuales alumbraron, con un poco de ingenio y mucho sentido común, lo que podríamos bautizar como dieta de la guillotina.
Se trata de dividir, afilado metal mediante, cada libro de texto en tres fascículos trimestrales. A 35 euros por alumno –“los padres lo pagan encantados”, explica Ángeles Carmen Sánchez Gil, jefa de estudios del instituto, un taller ocupacional para disminuidos psíquicos de la localidad guillotina y encuaderna los manuales. Milagrosa estrategia de adelgazamiento drástico que se completa utilizando “un único archivador de anillas clasificado por asignaturas en lugar de cuadernos específicos para cada materia”, apunta Sánchez Gil.
La iniciativa corrió como la pólvora, primero entre los centros del noroeste murciano y luego por toda la región. Hasta que el pasado mes de mayo la Consejería de Educación recogió el testigo y firmó un convenio con la Anele (Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza) para extender la medida a todos los alumnos de 5º y 6º de Primaria. Sin coste adicional, las librerías murcianas han vendido los libros de Lengua, Matemáticas y Conocimiento del Medio para el nuevo curso fraccionados en tres volúmenes.
Más allá de los innegables beneficios para la salud de los chavales, un estudio de la editorial SM concluye que la división “ayuda al profesor a estructurar el curso y transmite menos agobio al alumno”. Además, el innovador formato “supone un menor deterioro de los libros”, ya que cada fascículo sufre las idas y venidas hogar-escuela (y el maltrato de sus propietarios) durante sólo tres meses.
Los planes de la consejería contemplan una posible ampliación de la medida al resto de la Primaria. A Sánchez Gil le da “rabia” que, siendo su instituto pionero en el guillotinado de manuales escolares, nadie haya hablado por ahora de la ESO: “no olvidemos que en 1º o 2º los alumnos siguen siendo niños”, recuerda la jefa de estudios.