Joaquín Ortega: "Criar y educar de manera consciente es hacerlo disfrutando cada momento de su desarrollo"
Entrevista a Joaquín Ortega, autor de La edad invisible.
¿Cómo alguien licenciado en Económicas ha acabado en el mundo de la educación?
En el año 2007 tenía una empresa de dirección financiera junto con unos amigos, pero no me satisfacía y vivía con estrés. Entonces decidí poner fin a esa etapa e irme a Guatemala para participar en un proyecto de cooperación. Allí me di cuenta de que los niños, que vivían junto a un vertedero donde íbamos a repartir comida, jugaban con un palito y estaban contentos, alegres; mientras que los hijos de la gente más rica tenían una expresión más contraída y triste.
¿Fue entonces cuando decidiste montar una escuela?
Sí, cuando llegué a Madrid decidí que quería contribuir a disminuir la presión de las madres, los padres y de la sociedad. Lo quería hacer y lo hice desde el mundo del niño, porque… ¿cuántas proyecciones tienen los niños de nuestra forma de vivir? Prácticamente, todas: los problemas en el trabajo, los problemas de pareja, los económicos, etc. Sin embargo, debemos ser maduros y no proyectarles nuestros problemas a ellos.
«Casi siempre, cuando un niño está en una etapa, el adulto que le acompaña está ya pensando en la siguiente o en su futuro y así no se puede disfrutar ni es fácil criar y educar».
Su proyecto se sitúa en el concepto de crianza consciente.
Adopté este término para definir mi proyecto cuando me di cuenta de cómo cuidamos cuando estamos en nuestro ser, es decir, cuando estamos equilibrados, cuando hacemos cosas que nos convienen y nos gustan. Criar y educar de manera consciente es hacerlo disfrutando cada momento del niño y de su desarrollo, es eliminar y afrontar los miedos del adulto que vienen de las prisas, de las comparaciones y del control. Casi siempre, cuando un niño está en una etapa, el adulto que lo acompaña está ya pensando en la siguiente o en su futuro, y así no se puede disfrutar ni es fácil criar y educar.
«Criar y educar de manera consciente es hacerlo disfrutando cada momento del niño y de su desarrollo»
¿Podría hablarnos de las pedagogías activas?
Hay muchas pedagogías activas como Montessori, Reggio Emilia, Waldorf… Todas se basan en acompañar en lugar de intervenir. Ofrecemos nuestra ayuda al niño solo si lo pide o da muestras de que la necesita. Es una crianza responsable porque nos ocupamos, nos hacemos cargo de nuestra responsabilidad con la criatura que depende de nosotros; y es consciente porque también nos observamos a nosotros mismos y nos cuidamos de no intervenir.
«Acompañamos a nuestro hijo desde su necesidad, no desde nuestros deseos, que vienen formulados por la presión social y le causan sufrimiento».
¿Por qué el título de su libro?
Lo llamo edad invisible porque no vuelve, es una de las más bellas características de la infancia, hay que disfrutar en todo momento y de todo en general. En la sociedad en que vivimos, tenemos mucha presión sobre cómo va a ser mi hijo de mayor, cómo le va a afectar este problema de hoy en el futuro. Y desde ahí, no es. Es solucionar el problema de hoy disfrutando de ese proceso de acompañamiento y no preocuparse por el futuro. Acompañamos a nuestro hijo desde su necesidad, no desde nuestros deseos, que vienen formulados por la presión social y le causan sufrimiento.
¿Qué papel tiene el juego durante la infancia?
Cuando el niño no tiene hambre o sueño, debe estar jugando, de ese modo maneja sus ritmos. Cuando un juego ya se ha acabado, probamos a cambiar a otro; si el juego es muy largo y observamos que necesita una pausa para comer, descansar, moverse en otro entorno… trataremos de facilitarlo desde la observación y el acompañamiento. Cuando es muy pequeño depende físicamente de nosotros, por tanto, los ritmos de comida, sueño, etc. debo tenerlos en cuenta y no permitir que se pase de rosca y acabe alterándose.
¿Y el aburrimiento?
El aburrimiento es muy útil para nuestras criaturas. Cuando está mirando al techo, eso está bien, no debemos intervenir jamás ofreciéndole otro estímulo. ¿Cuántas veces molestamos a un niño para que esté entretenido? Cuando intervenimos sin pensar en ellos, lo que conseguimos es variar el ritmo del niño.
«Cuando tienes un hijo, no puedes dejar de ser persona. Debemos encontrar un equilibrio en nuestra vida entre nuestros seres queridos, nuestro trabajo, nuestra pareja, nuestros afectos o estar con uno mismo…»
¿Qué es el triángulo benéfico del que habla usted?
Es un triángulo equilátero sobre el que debería planear nuestra vida cuando estamos criando y educando a un hijo. En uno de los vértices estaría la familia; en otro el pediatra que hemos elegido; y en el tercer vértice estaría el pedagogo de referencia que también elegimos, y que puede ser perfectamente el tutor o maestro de nuestro hijo. El triángulo benéfico debe estar en equilibrio para que el niño o la niña no sufra.
¿Qué hace diferente El sitio de tu recreo de las otras escuelas o centros de cuidado?
Lo más importante en El sitio de tu recreo es jugar y cubrir las necesidades básicas del bebé con la mayor calidad posible en el momento que lo necesite. Se para todo cuando un niño tiene sueño, hace una deposición o tiene hambre; en lo que no pueden hacer por sí mismos, se les acompaña con calidad. La higiene es muy importante, con respeto; la comida en el centro es ecológica; el descanso es con mantas de lana y un masaje de lavanda en los pies en muchos casos, y siempre respetando el ritmo de cada niño. Y una vez que no necesitan nada, juegan libremente.
¿Y una vez cubiertas las necesidades básicas del bebé?
Escuchamos con atención lo que nos dice la familia y mediante la observación del niño, intentamos que todos los juegos tengan un sentido. Es importante que cada familia se sienta libre en cómo educar a su hijo, respetando también a los educadores, a su propio hijo y al espacio. Hay únicamente unas normas básicas que siempre respetamos: los niños no pueden jugar a más de un juego a la vez, no debe haber dispersión, ni desinterés y el educador debe estar siempre atento. Solo jugamos a lo que sabemos jugar, no tenemos que demostrar nada.
¿Hay muchas presiones sociales entorno a la educación?
Lucho por el bienestar de todos, no permito que ningún educador de mi escuela se sienta presionado, es intocable; como los niños, ningún niño se siente presionado, ni yo tampoco. Intento trasladar esa calma a las familias y el mensaje de que todos somos responsables de nuestras funciones. Los padres delegan su responsabilidad en mí y yo, con esa responsabilidad, actúo. Pueden preguntar todo, intentamos que no tengan dudas, que se queden satisfechos cuando delegan en nosotros.