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La Educación Temprana en la Escuela Infantil

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Actualmente, los padres y madres de niños con edades comprendidas entre los 0 y 6 años deben dejar antes, y durante más tiempo, a sus hijos en manos de otras personas que los cuiden y atiendan.

Por esta razón, cada vez, se hace más necesaria la especialización de esas personas que atenderán a estos pequeños, porque, como bien sabemos, numerosos neurólogos y psicólogos, han aportado suficiente evidencia científica, sobre la importancia que tiene para futuros aprendizajes, y experiencias adultas, las experiencias educativas y afectivas, y en definitiva todas las situaciones estimulares que hayan recibido estos niños, durante sus primeros años de vida.

A través de un programa de educación temprana, las capacidades y habilidades de un niño, alcanzarán mayor y mejor desarrollo, porque se le ofrecerán y facilitarán numerosas situaciones estimulares en los momentos de mayor plasticidad neurológica y psicológica, o sea, entre los 0 y 6 años.

Cualquier aprendizaje a esta edad, se hace con más naturalidad, agrado y efectividad, si la metodología empleada respeta el ritmo individual de cada niño, es decir:
• nunca debemos forzar capacidades
• ni adelantar cronológicamente etapas del desarrollo infantil.

Estas dos premisas nunca debemos olvidarlas, pues de ellas dependerá también la armonía en el desarrollo integral de nuestros alumnos.

La estimulación temprana de cualquier habilidad o capacidad debe hacerse en un entorno altamente afectivo, que es el más adecuado para aprender en todas las etapas del desarrollo, pero especialmente en la que nos ocupa, pues si no somos capaces de transmitir a nuestros alumnos, amor en el sentido más amplio y hermoso de la palabra, éstos no serán capaces de aprender.

No debemos olvidarnos de que la metodología de trabajo, debe ser, sin lugar a dudas, el juego, ya que es la forma natural de aprender del niño.

Estas afirmaciones, tienen su apoyo neurofisiológico: Una neurona, puede estar conectada con otras 10.000. Pero estas conexiones no están predeterminadas, pueden ser alteradas, reforzadas y variadas mediante el aprendizaje y la repetición. De esta forma aprendemos a hablar, a andar, a jugar al ajedrez o a hablar idiomas extranjeros, dependiendo de las oportunidades que nos ofrezcan las personas que interactúan con nosotros, básicamente durante los seis primeros años de nuestra vida. Siguiendo a Vygosky, podemos afirmar que “el aprendizaje precede al desarrollo, despertando así procesos evolutivos que de otra forma no podrían ser actualizados”.

Por otra parte, morfológicamente, el desarrolla del cerebro se inicia en el útero y continua hasta que el niño tiene 6 años. A los 6 meses el cerebro habrá crecido hasta un 50% de su futuro peso adulto, a los 2 años se habrá desarrollado en su mayor parte y a los 6 años será similar al de un adulto.

Con nuestro proyecto educativo, fomentamos el desarrollo físico, emocional, intelectual y afectivo de nuestros alumnos. Hacemos la propuesta educativa partiendo de lo anteriormente expuesto y nos distinguimos por tener un currículo dinámico que comprende actividades como ajedrez, pintura, música, psicomotricidad e inglés, entre otras, con actividades adaptadas a las edades de nuestros alumnos, tanto dentro como fuera de nuestro centro, pues consideramos muy importante acercar a los niños a su entorno más inmediato.

Nunca serán demasiadas las propuestas educativas que ofrezcamos a nuestros alumnos, ellos siempre querrán más. No tengamos miedo de darles información en exceso pues como bien afirma Rabelais: “El niño no es un vaso que se llena sino un fuego que se enciende”

En los programas de estimulación temprana, lo importante no es el resultado inmediato de una acción pedagógica, sino el terreno fértil que el educador crea y que permitirá nuevos descubrimiento y nuevos aprendizajes, en etapas posteriores.

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