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Fernández Enguita cree que la escuela se resiste a la quinta revolución educativa: digitalizar

La quinta revolución o transformación educativa, la digital, aún encuentra resistencias en la mayoría de los centros del país debido, entre otras razones, a un déficit de formación y disposición del profesorado y de equipos directivos capaces de liderar el cambio. No es un problema de equipamientos y conexión.
Marina SeguraLunes, 24 de enero de 2022
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El catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Mariano Fernández Enguita.

«Hoy la escuela no lucha por introducir esta transformación, muchos centros luchan por pararla en la puerta», explica en una entrevista con Efe el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Mariano Fernández Enguita, con motivo del Día Internacional de la Educación de la Unesco, que este año se celebra bajo el lema «Cambiar el rumbo, transformar la Educación».

Fernández Enguita, de 70 años, que fue investigador visitante en las universidades de Stanford, Berkeley, Wisconsin-Madison o la London School of Economics, cree que la pandemia ha acelerado el salto «en unos pocos centros, experiencias sueltas», pero ha demostrado que, en su mayor parte, la escuela «no es capaz de usar el sistema digital más que de una forma mimética, reproductiva, para hacer lo mismo, pero a distancia y con pantallas».

«Ha mostrado lo muy lentos y atrasados que vamos, las enormes desigualdades que hay ante el medio digital, no la brecha clásica (falta de conexión y equipos), sino la que llamamos segunda brecha, en el uso, el grado de dominio» de la tecnología entre centros, entre sectores educativos (privada/pública) y entre países, añade Enguita, cuyas investigaciones se centran en las políticas educativas, el impacto del cambio social y la innovación tecnológica y la sociología de las organizaciones, en particular la escuela.

Entre los obstáculos para que la quinta revolución educativa penetre en los centros, el catedrático apunta a la formación y a la disposición del profesorado, mientras que el equipamiento, «en un país como España», es una cuestión «perfectamente abordable».

Entre los obstáculos para que la quinta revolución educativa penetre en los centros, el catedrático apunta a la formación y a la disposición del profesorado

El autor de una veintena de libros como La educación en la encrucijada (2016, Santillana), Del clip al clic (2017, Ariel), Más escuela y menos aula (2018, Morata) y La organización escolar (Anele, 2020) sostiene además la enorme importancia del papel de los equipos directivos en esta quinta revolución educativa, tras las del habla, la escritura, la imprenta y la extensión de la escuela secundaria a toda la población.

Digitalizar no depende solo del equipamiento, ni del apoyo técnico sino, sobre todo, «de las capacidades de las direcciones, de su liderazgo para sacar adelante un proyecto, actuar a escala de centro. Se puede hablar y debatir mucho, pero una vez que se ha adoptado una decisión, hay que hacerlo».

Un problema añadido, según Fernández Enguita, reside en saber utilizar de forma fluida algunas de las tecnologías que ya están disponibles, pero que para un uso eficaz y fluido requieren «bastante aprendizaje» por parte del profesor.

La digitalización «la podemos usar para hacer más pobremente lo que hacíamos en el aula, para tener un busto parlante en la pantalla en lugar de un profesor en vivo, o bien para recuperar muchas cosas que la escuela había perdido, por ejemplo la imagen y lo audiovisual, o estaban lejos de su alcance, como la retroalimentación y la personalización».

La digitalización "la podemos usar para hacer más pobremente lo que hacíamos en el aula, para tener un busto parlante en la pantalla en lugar de un profesor en vivo"

En estos momentos, opina el catedrático, otro de los problemas es que los alumnos están desmotivados y se aburren. «Ya no estamos en el momento de ‘La lengua de las mariposas’ en el que el niño se maravilla con el maestro. Hoy lo que uno puede aprender en la escuela lo puede hacer fuera y en muchos casos mejor». De hecho, «los alumnos están haciendo experiencias de aprender cosas fuera más difíciles y de manera más fácil», concluye.

De forma resumida, algunas de la tesis sobre transformación digital de Fernández Enguita:

  • Hibridación. Educación híbrida no es añadir una capa virtual a la escuela reinante sino aprender y enseñar indistintamente cara a cara y a distancia, de modo presencial y virtual.
  • Hipermedia. De la autolimitación del libro de texto se pasa al uso de los diversos medios que apelan a todos los sentidos (multimedia), de manera coordinada y complementaria y sin fricciones (hipermedia).
  • Hiperrealidad. Las recuperación de otros medios que el texto potencia la capacidad de representación y simulación en la enseñanza y la inmersividad en el aprendizaje. Realidad aumentada y virtual, 3D y hologramas, chatbots y metaverso…, que no han hecho más que empezar, son ya muy superiores a la mera narración (lección).
  • Hiperaprendizaje. Con la inteligencia artificial, de todos los niveles, llegan las aplicaciones interactivas, la trazabilidad y analítica del aprendizaje, la tutorización inteligente…
  • Hiperespacios. Libres de la lección y el cuaderno, podemos ya serlo también del aula-huevera y la inmovilidad del pupitre. Se impone cambiar hacia entornos abiertos y flexibles, (re)configurables ad hoc, espacios, tiempos y agrupamientos diversos y variables.
  • Codocencia. El docente/orquesta clónico, aislado en su aula, pudo servir para la rutinización de la enseñanza, pero una educación adaptativa y un aprendizaje personalizado, diversificados y creativos, requieren docencia colaborativa, sobre el terreno, en equipos que se complementan y aprenden, reagrupando para ello a los alumnos por ciclos, cursos o proyectos.
  • Inteligencia colaborativa. La inteligencia artificial domina tareas tediosas o inabarcables para la humana, que mantiene empero el monopolio de capacidades hoy impensables para aquella. Aprendizaje y enseñanza pueden y deben ser colaborativos no solo entre iguales sino, cada vez más, como simbiosis hombre-máquina.
  • Brecha digital. La desigualdad en el acceso existe y seguirá, pero es abordable con recursos públicos. La desigualdad en el uso, sin límites por el alcance de internet y la desigualdad cultural familiar, es el verdadero enemigo a batir y debe serlo desde la escuela.

Más información sobre estas tesis en https://blog.enguita.info/

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Comentarios

  1. Vaya vendedor de crecepelo
    31 de enero de 2022 16:28

    Para lento y atrasado el charrán socialista este…