La escuela ya no es solo un lugar

No sabemos si este año se les habrá ocurrido a los Reyes Magos incluirlo en la carta que les hayan enviado a equipo los Equipos Directivos de los centros educativos y de las Fundaciones o Instituciones educativas. Pero ojalá que Melchor, Gaspar o Baltasar hayan tenido el detalle de dejar en las casas una foto de Shackleton y el Endurance, su barco.

La pandemia no ha hecho más que intensificar los lazos del liderazgo de la escuela con los de grandes expedicionarios como Shackleton. Por si a alguno os faltan datos para saber por qué hemos establecido este puente, os los damos. Es muy posible que os parezca que está hablando de vosotros.

A lo mejor, mientras lo estáis leyendo pensáis que os hemos propuesto como referencia a un tipo demasiado estupendo que no sabe lo que es lidiar de lunes a viernes, al timón de una escuela. Pero, en el caso de muchos de vosotros, los que no limitáis vuestro trabajo a gestionar sino que lideráis, a veces conviene ser conscientes de que la escuela ya estaba inmersa en una gran expedición antes del 14 de marzo de 2020:

• Paralelismo 1

Desde hace más de 8 años estamos inmersos en una gran expedición que nosotras resumimos en 6 estaciones del cambio en nuestro libro La escuela ya no es un lugar:

• Paralelismo 2

La ruta de la escuela, a diferencia de la de Shackleton, no estaba claramente trazada pero tuvo su efecto dominó: enriqueciendo los métodos de aprendizaje se movieron las herramientas de evaluación, la gestión del currículum, la organización del espacio y el tiempo, el edificio digital. Y nos pusimos a investigar y descubrir todo lo que la Metodología nos descubría sobre cómo aprender.

• Paralelismo 3

Shackleton se fue a la Antártida. Nosotros iniciamos el viaje en un escenario tan complejo como el continente Antártico: Tiempos complejos que resume la palabra VULCAN: Volatilidad – Incertidumbre (Uncertainty)  – Líquidez – Complejidad – Ambigüedad – Ruido (Noise).

A Shackleton la vida le cambia el 19 de Agosto de 1915. El hielo inmoviliza al barco como un anillo. El Covid también inmovilizó nuestro barco el 14 de marzo de 2020. Y colocó a la escuela al otro lado de la pantalla. Y, como les pasó a Shackleton y a Wild, tuvimos que dejar de ser gestores para transformar la Dirección en Liderazgo.

Tal vez no seamos conscientes, pero estamos inmersos en el mayor curso de formación de la Historia reciente, como afirma Carlos Barrabés. Y antes los grandes retos, se movilizan distintos modelos de respuesta que describen 4 tipos de escuelas:

1. No sabemos qué hacer
2. A ver si nos cabe lo de antes
3. Mantengámonos mientras vuelve la normalidad o me jubilo
4. Y las que han elegido hacerse preguntas, aprender, no abandonar el territorio que habíamos conquistado (métodos, evaluación, currículum etc.) y construir soluciones y mejoras

Esa escuela es la que merece desde 2020 –sus claustros, los Equipos Directivos, alumnos y padres– un aplauso enorme. No ha dejado de aprender y construir en medio de la galerna.

Como Equipos Directivos, ¿qué estamos haciendo para transformar todo lo que se ha movilizado en estos 2 años? ¿En qué perfil creéis que estáis ahora en la gestión de ese aprendizaje profesional de vuestros equipos?

A ver si todo vuelve todo a la normalidad y ¿ya cómo siempre? 

Tenemos que hacer algo que hacer

¿Qué podemos hacer

¿Qué hemos aprendido? ¿Cómo incorporarlo y mejorar?

Para que una crisis se convierta en aprendizaje necesita 2 liderazgos paralelos en los que el Equipo Directivo necesita desdoblarse:

• ACCIÓN ejecutiva para la buena coordinación de los equipos educativos. Retomar rumbo, priorizar. Soltar lastre. Clarificar las vías y los objetivos de cada canal de comunicación.
• OBSERVACIÓN: este lado del liderazgo está muy poco desarrollado. Pero es clave para que una organización y un equipo aprendan. Plantearse 3 preguntas:
  • a) ¿Qué funciona?
  • b) ¿Qué no funciona y por qué?
  • c) ¿Qué nos falta?

Como formadoras, hemos visto que la pandemia ha puesto en examen 5 escenarios de nuestro trabajo que, si los analizamos desde las 3 preguntas del liderazgo de observación, aportarían a este periodo tan duro en el que aún estamos líneas de crecimiento y mejora que harían la escuela aún más valiosa y eficiente:

• Vías de Comunicación: objetivo de cada una de ellas, claridad y eficiencia
• Gestión del Currículum
• Sacar partido a todo lo descubierto y desarrollado para desarrollar y humanizar el Edificio Digital
• Las herramientas de Evaluación y su finalidad
• Seguir avanzando en el enriquecimiento de métodos y técnicas de aprendizaje

Para nosotras el salto que la escuela necesita hacer subir un peldaño la interdependencia y relación entre los profesionales. Necesitamos que la Colaboración como modelo de respuesta dé el salto hacia la Coordinación. La única forma de que todo el talento y profesionalidad que hemos movilizado en estos dos últimos años nos permita dar un salto de calidad y sentido de servicio. Que nos haga flexibles y mantener rumbo en los tiempos VULCAN.

Por eso consideramos clave en el liderazgo de un proyecto tan apasionante y complejo como el que nos está tocando vivir, que los Equipos Directivos de escuelas, Instituciones y Fundaciones, sepan conjugar los 3 verbos que nos parecen clave en Liderazgo:

• CONECTAR retos, objetivos y profesionales
• FACILITAR que los hagan reales
• ACOMPAÑARLES en el proceso

¿Cuál es el objetivo de esta ventana que nos ha invitado a abrir la revista MAGISTERIO? Encontrarnos una vez al mes en sus páginas para compartir con vosotros, en los próximos artículos, cómo conjugar cada uno de estos verbos. Qué habilidades y estrategias desplegar para que estos verbos se conjuguen y no queden en infinitivo.

Ojalá que compartamos viaje los próximos meses. Las Arcix procuraremos, como siempre, poner las ideas en zapatillas. No dejar de soñar y construir. ¿Nos vemos en marzo? Seguimos pedaleando

Lourdes Bazarra  / Olga Casanova. Experta en Metodologías Innovadoras / Certificada en Liderazgo para la Innovación por el MIT. Formadoras y socias fundadoras de ArcixFormación.

1. Objetivo: Cruzar la Antártida, el lugar de la Tierra donde se registra la temperatura más baja, donde uno puede ser engullido  en cualquiera de sus grietas y simas.
2. Ruta elegida: Londres – Buenos Aires – Islas de Georgia del Sur – Mar de Weddell – Cruzar a pie la Antártida – Salir por el Sur donde les esperaría su barco.
3. Perfil solicitado: ‘Se necesitan hombres para viaje peligroso. Salarios bajos, frío extremo, meses de completa oscuridad, peligro constante, retorno ileso dudoso. Honores y reconocimiento en caso de éxito’.
4. Por si alguien no lo sabe, se presentaron miles. Fueron seleccionados 27.
5. Eligiendo la embarcación: El elegido fue el Endurance. Un barco noruego ligero y versátil. Capaz de navegar a vapor y vela. Construido con maderas seleccionadas para resistir los embates del hielo.
6. Y dirigiendo la expedición: Ernest Shackleton y Frank Wild. Dos perfiles heterogéneos y complementaros en los que Wild aportaba tranquilidad y sosiego; y Shackleton iniciativa, organización y capacidad para para acompañar y movilizar lo mejor de su tripulación.

La mala suerte del explorador Shackelton y sus hombres se cebó con ellos cuando su barco, El Endurance, quedó atrapado en una banquisa de hielo que lo fue aplastando lentamente y lo acabó hundiendo durante la llamada Expedición Imperial Transantártica (1914-1917). Los exploradores estuvieron aislados más de dos años, pero gracias a la habilidad de su líder consiguieron regresar todos con vida del continente helado, una hazaña que llevó a Shackleton a ser considerado un héroe.