Carmen Sanz: “La inteligencia no garantiza nada si no se sabe usar”
Carmen Sanz Chacón, psicóloga clínica sanitaria experta en superdotados y altas capacidades, nos da unas claves para orientar la educación de los niños más brillantes.
Por Ana Veiga
¿Y cómo estimular a los niños “más listos”, a los llamados superdotados? Carmen Sanz Chacón es Psicóloga Clínica Sanitaria experta en superdotados y altas capacidades. También es directora del Centro Sanitario y Fundación El Mundo del Superdotado y autora de libros como La Maldición de la Inteligencia. Y sí, superdotada. Hoy nos da unas claves para orientar la educación de los niños más brillantes.
¿Qué consideramos un niño inteligente, qué un niño con altas capacidades y qué un superdotado?
Siempre se ha hablado de niños superdotados para aquellos casos que superan el percentil 98 en inteligencia que se corresponde con un cociente intelectual (CI) de 130 o suerior. En España, la Ley de Educación habla de Altas Capacidades Intelectuales, pero no define qué se consideran niños con altas capacidades intelectuales. De esta forma, un niño puede ser considerado de altas capacidades en Andalucía y no serlo en Madrid o en Barcelona. En mi opinión, a partir de un cociente intelectual superior a 120 los niños necesitan Educación especial y deberían considerarse con altas capacidades intelectuales. La razón es sencilla: un niño o niña con un CI de 120 a los 10 años tiene una edad mental de 12 años… Va dos años por delante de sus compañeros y es muy posible que se aburra en las clases y pierda la motivación.
¿Cree que es bueno que un niño con altas capacidades sea elogiado por ello y sea consciente de su ‘inteligencia’? ¿Por qué?
Es bueno que un niño conozca cuáles son sus fortalezas y debilidades. Igual que alabamos a un niño por su habilidad para el fútbol o para la música, es bueno que conozca que tiene una memoria extraordinaria o una capacidad excepcional para las matemáticas, la física o la lengua. También es muy importante que entienda por qué es diferente para enfrentarse a las bromas o el rechazo de sus compañeros. Esas ‘bromas’ terminan en acoso escolar en casi un 50% de los casos si no se toman medidas, lo que afecta muchísimo a la autoestima de los chicos superdotados. Nuestra explicación sobres sus capacidades le permitirá entender qué ocurre y por qué es diferente.
¿Los elogios son el camino para motivar a un niño inteligente a esforzarse? ¿Y los reproches sobre sus áreas de menor éxito?
Todos necesitamos sentirnos valorados y por esa razón el elogio siempre funciona muchísimo mejor que el castigo, pero tampoco podemos premiar la falta de esfuerzo. Es tan perjudicial ser demasiado benévolos con los niños como tratarlos con excesiva dureza. Lo más difícil es ser justo, exigir el esfuerzo necesario y, en función de las capacidades de cada niño, premiar sus logros. Habitualmente los niños superdotados tienen que esforzarse muy poco para obtener buenas notas durante la Primaria y se les elogia, pero cuando en Secundaria, haciendo lo mismo comienzan a suspender se convierten en los malos de la película, decepcionando a padres y profesores. No es su culpa, nadie les ha enseñado a esforzarse y nadie les ha estimulado para que aprendieran a estudiar.
«Es tan perjudicial ser demasiado benévolos con los niños como tratarlos con excesiva dureza»
¿Qué papel juega la presión de grupo en los niños inteligentes? Por ejemplo, hay muchos casos de bullying a los niños que destacan por su buen desempeño.
Un 50% de los niños superdotados sufren acoso escolar, a veces muy visible con agresiones físicas y otras veces menos visible, como maltrato psicológico con exclusión social, bloqueo social, amenazas, burlas… lo que muchas veces no es detectado por padres ni profesores ni denunciado por los propios chi- cos, que se sienten culpables de recibir ese trato por sus compañeros. Las consecuencias son terribles, baja autoestima, depresión, fobia social, aislamiento social y, en los casos más graves, incluso intentos de suicidio.
“Si a un superdotado no le aportamos los estímulos necesarios es probable que no esfuerce”
¿Qué opina del estudio del que hemos hablado, donde niños que fueron elogiados por su inteligencia tuvieron un empeoramiento del 25% en sus resultados académicos en comparación con los niños elogiados por su esfuerzo? ¿Le sorprende este resultado?
La inteligencia es innata y no garantiza nada si no se sabe utilizar. Lo que tenemos que intentar es que cada persona obtenga lo mejor de sí mismo y, si es muy inteligente, debe esforzarse para que esa inteligencia florezca y se convierta en resultados. Por ello, siempre recomendamos elogiar el esfuerzo poniéndolo en contexto con las capacidades que se tienen. Pero, en el caso de los niños superdotados, no debemos llegar al extremo de exigirles que obtengan siempre matrículas de honor porque entonces les convertimos en víctimas de la exigencia de sus padres y pueden llegar incluso a dejar los estudios. Por otra parte, cuando a un niños superdotado no le aportamos los estímulos necesarios para que siga esforzándose y le obligamos a estar en un nivel educativo adecuado a su edad cronológica pero no a su edad mental, también es muy probable que deje de esforzarse.
“Los riesgos de acoso y fracaso escolar son reales para los niños con altas capacidades”
Al hilo de este tema, encontramos su libro La Maldición de la Inteligencia. ¿Por qué ser inteligente puede ser una ‘maldición’?
Los niños más inteligentes pueden ser víctimas de acoso durante su etapa escolar y, cuando son adultos, de mobbing laboral. A ello se une la dificultad para encontrar amigos o personas con las que se puedan sentir identificados, ya que solo dos personas de cada cien son superdotados.
Todos somos seres sociales y si tenemos dificultad para encontrar a amigos en la infancia, en la adolescencia, o incluso en la edad adulta, si nos encontramos con el rechazo de muchas personas por nuestra forma de ser, es bastante frecuente que nos echemos la culpa a nosotros mismos. Esto lleva a una disminución de la autoestima. Si a esto unimos la probabilidad elevada de fracaso escolar cuando no reciben la Educación que necesitan, nos encontramos con dos graves problemas que pueden determinar el bienestar psicológico de una persona durante toda su vida. En estos casos, la inteligencia es una auténtica maldición.
¿Qué podrán encontrar los padres en dicho libro?
La Maldición de la Inteligencia ayudará a los padres a identificar si sus hijos son muy inteligentes e iniciar el camino para que no se encuentren con los problemas que he comentado anteriormente. También les va a ayudar a comprender mejor, tanto a esos niños y su evolución, como a si mismos… porque la superdotación es genética. Si tenemos un niño superdotado, lo más frecuente es que sus padres o alguno de sus familiares también lo sean.
¿Qué consejos darías a los padres de hijos superdotados para motivarles?
En el ámbito emocional debemos estar muy pendientes de los problemas que puedan surgir en las relaciones con sus compañeros de clase, aislamiento… Y en el ámbito familiar debemos mantener muy claros los límites pero también el cariño. Un niño superdotado no es un enfermo, necesita apoyo pero también reglas de conducta claras y que el nivel de exigencia sea razonable y coherente con su desarrollo emocional. Si tienen dudas, es preferible que soliciten orientación a un especialista porque actuar sobre un problema puntual a tiempo es la mejor forma de evitar problemas mucho más graves en el futuro.
Hay granjas de todo tipo, y la de superdotados es una más. El adiestramiento es superior y sofisticado como lo son sus premios. Al final les construyen cadenas de oro con las que los atan para servir a un sistema a cualquier precio con un fin puramente conceptual y superficial. La inteligencia artificial es el resultado de esta granja de élite, un gran artilugio lógico atado a los implantes racionales programados en todas las personas que las movilizan conformando márgenes, fronteras, murallas y laberintos infranqueables con su propia naturaleza. El patrón de afectación se refleja en el desprecio de la mayoría de la población por su nivel intelectual(casta) siendo ésta una granja adiestrada que cumple con un propósito de gobernanza.
Gracias a esa dualidad bien formateada mediante la tergiveración de la palabra, se impone una lógica antinatural sobre los aspectos del espíritu, que son el logos, el juicio, el raciocinio y el humor, sintetizados en el sentido común. De esta manera condicionan la voluntad y creatividad a seguir patrones prestablecidos por una autoridad monolítica e invisible. Por esta razón se relativizan los valores reduciéndo la condición humana a productos y números en la mente, dejando una zona de confort ficcional en donde se aplique condicionalmente cualquier virtud. El resultado es la entrega de libertad a cambio de una falsa seguridad otorgada por el sistema.
La tergiversación de la palabra es un producto heredado de la conversión del libro de la vida(naturaleza) en un libro de papel en el que se insufló la autoridad de la idea de Dios sobre la palabra con la consecuencia de que al usarla se convirtiera en una palabra prestada sin poder, salvo el que otorgue la autoridad a su mandado.
Una ficción puede propiciar o interferir en la percepción de realidad, y es algo que sólo se constata en la realización siendo el mal el efecto distosionado y desarmónico al estrellarse contra la realidad.
Desde el papel, se escribió y se escribe una obra de teatro, guionizada, producida y dirigida por programadores mentales maestros en el uso de la palabra. Obra en la que actúan extras, actores secundarios y estrellas. El traje, la máscara y la letra(protocolo), son los márgenes en los que se permiten los desatinos sin el castigo.
Un superdotado puede convertirse en un súper necio ilustrado que nunca le morderá la mano a su amo, pero si la de su propia gente, y ese fractal se repite en toda la pirámide de esclavos mentales.
Al haber tres estados, existen tres palabras diferentes para describir lo mismo desde cada uno, por ejemplo, el ego, el juicio y la consciencia con subproductos como el conflicto, la tolerancia y el respeto, siendo el factor de afectación de la enajenación con la propia naturaleza un matrimonio conceptual del juicio en donde se conjuga subproductos lógicos binarios como culpa/perdón, crimen/castigo o guerra/paz, en donde uno demarca la existencia inequívoca del otro. Una parte puede jugar con el factor victimario y la otra de víctima, bipolaridad manifiesta en todas las personas afectadas.
Es con esto a lo que nos enfrentamos, con la tecnocracia, un sistema conformado por mentes confusas con su propia naturaleza, en un caos en donde se ejerce naturalmente la tiranía. Es decir, se desciende el estado desde la dictadura democrática al perder el discernimiento desde un juicio desnaturalizado. Ni la tiranía que es la esclavitud absoluta, ni la dictadura que es la libertad condicional tienen en consideración el autogobierno. Estos tres estados obedecen a una secuencia lógica y natural en donde en un principio se identifica y nombra lo desconocido, luego el discernimiento para comprender y saber, y al final la experiencia para aprender aplicando lo que sabemos.
El sistema(programadores) usa la palabra para alterar el cuerpo y propicia el ambiente(escenario) necesario para forzar y mantener un estado de gobernanza. Es así como el Estado funciona como maquinaria autónoma para sostener el poder incidiendo en la salud en el momento en que afecta con traumas en los aspectos espiriruales para vulnerar la voluntad y con ello direccionar el cuerpo físico. En definitiva, el Estado gobierna sobre lo vivo(realidad) desde lo muerto(ficción).