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La letra con Internet entra

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Expertos del mundo académico y de la literatura han analizado en un congreso de la Fundación SM cómo pueden las nuevas tecnologías mejorar el nivel de las clases de Lengua.

“k dsastr n tngo time x na t dbo 1 llmd!bso” Un mensaje en el móvil, rápido como marca el signo de los tiempos. Eficaz. En principio, sin más problema. En principio… Filtrado desde la pantalla del teléfono a la vida real de las aulas, la frescura de este mensaje se traduce en un profesor desmoralizado que intenta leer las redacciones de sus alumnos sin que le tiemble demasiado el pulso.

Nadie niega la evidencia del deterioro que el (ab)uso de las nuevas tecnologías provoca en la expresión verbal de los estudiantes. Sin embargo, una actitud positiva sabe ir más allá, hasta encontrar en los cambios posibles mejoras. La Fundación SM organizó el pasado mes de abril un congreso en Toledo dirigido a profesores de Lengua de Educación Secundaria. El objetivo: compartir el uso de las nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje y abrir nuevas perspectivas de trabajo para renovar los proyectos curriculares. El método: el intercambio de ideas entre personalidades del mundo académico y expertos en literatura.

Así, el filósofo y escritor José Antonio Marina destacó en una mesa redonda que “se está haciendo una ideología de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)” con la que hay que tener cuidado, porque los tecnólogos están propagando una idea del trabajo y la educación en la que “la inteligencia está en el sistema, cuando en realidad la inteligencia reside en el individuo”. Marina admitió que las TIC “permiten presentar los materiales de forma más dinámica” y ayudan a “la asimilación del aprendizaje”, pero advirtió del peligro de “diálisis” del alumno, en la que “fuera de la conexión al ordenador se convierte en un analfabeto” y pierde creatividad, porque no piensa desde su propia memoria.

Más específica respecto a la labor educativa fue la intervención de Carles Sigalés, profesor e investigador del Instituto Interdisciplinario de Internet de la Universitat Oberta de Cataluña. Sigalés destacó que las TIC sirven para “representar mucho mejor lo que uno sabe” pero existen “distorsiones”: obstaculiza la delimitación de los contenidos al contar con una herramienta como Internet, incomoda la autoridad del profesor, y, aunque incrementa la comunicación, convierte el trabajo de cada alumno en una actividad independiente e idiosincrásica. El problema es que “el profesorado utiliza las tecnologías para hacer lo que ya estaba haciendo antes de utilizarlas”.

Contra el ciberestrés

Por su parte, el lingüista, editor electrónico y experto en TIC José Antonio Millán explicó que las nuevas tecnologías ofrecen aspectos muy valiosos para la educación y la cultura, pero las cosas se han disparado: “La escuela está frente a una presión que le está provocando ciberestrés o tecnoestrés; a cada rato sale algo nuevo, pero las prisas son del mercado y no nuestras”. Por eso, Millán cree que lo importante en estos momentos es tener claro “adónde queremos ir y tener grandes cautelas frente a las avalanchas”. En este sentido, dijo, la web 2.0 ofrece una serie de instrumentos, como redes sociales o blogs, que dan soporte a obras o escritos en colaboración: “Existe un respeto por lo que escribe el otro, lo que supone una buena forma de educar en la convivencia”. z

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