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La Psicomotricidad, una forma de educar bien

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Muchas personas piensas que está de moda; pero la psicomotricidad no es cuestión de modas; igual que no lo es el andar, entender, relacionarse o aprender todos los días cosas nuevas. Y esos son sólo unos pocos de los aspectos que desarrolla esta disciplina, fundamental en la vida de las personas y que debe empezar a aplicarse en los niños desde que son unos bebés.

El concepto de psicomotricidad no está claramente definido, puesto que poco a poco se incluyen más actividades y se va extendiendo a nuevos campos. Al principio eran un conjunto de ejercicios utilizados para corregir alguna debilidad, dificultad o discapacidad, pero hoy en día ocupa un lugar destacado en la educación infantil, sobretodo en los primeros años de la infancia, ya que existe una gran interdependencia entre los desarrollos motores, afectivos e intelectuales.
“El beneficio que la psicomotricidad puede aportar en la Escuela y tanto en la infancia como en la adolescencia es muy grande y en cualquier tipo de dificultad, problema o patología; ya que siempre están afectados los principales parámetros psicomotores: tono, espacio (lateralidad), tiempo y memoria con el nexo común de la relación psicoafectiva” asevera Lina Rubio, fundadora y creadora de la Escuela Internacional de Psicomotricidad, que es pionera en España.

La psicomotrocidad es fundamental en el desarrollo evolutivo del niño, y por eso, las actividades relacionadas con esta materia, ocupan gran parte de la educación que el niño recibe.
“En nuestra guardería, los niños con los que trabajamos tienen de 0 a tres años, damos clases de psicomotridad todos los días de la semana durante media hora y, después, hay cinco minutos de relajación”, afirma María Martín Garcia- Abril, profesora de Educación Infantil y que lleva dando clase de psicomotricidad tres años.

Ladillo: Teoría y práctica de la psicomotricidad
Dentro de esta disciplina se pueden diferenciar dos tipos de ejercicios: los motores y los perceptivos. Los primeros son una serie de ejercicios que se le presentan al niño donde él, a modo de juego, interactúa con el medio y con los materiales que se le presentan; y los perceptivos se engloban en un método en los que la profesora dirige una clase cuyo fundamento es el juego con unos objetivos a alcanzar, y estos objetivos son la búsqueda del conocimiento corporal y del entorno.
“Nosotros utilizamos la metodología del programa motor, que opta por el juego dirigido, donde la profesora organiza, propone y vigila, con el propósito de lograr el aprendizaje de los niños y obtener una serie de beneficios. Así, desarrollamos unos aspectos como el físico, donde se incluye la motricidad gruesa o fina. Al estimular la motricidad gruesa ayudamos a que coordine mejor y que conozca su cuerpo, y se realizan ejercicios como hacerles gatear, arrastrase, andar… y la fina es la que aglutina una serie de actividades que necesitan un elevado nivel de coordinación.

El segundo aspecto que se desarrolla es el cognoscitivo, que es el que desarrolla el tamaño y forma de las cosas y soluciona los problemas entre otras variantes; el tercero hace referencia a los aspectos sociales, en el que los bebés aprenden a relacionarse y respetarse; y por último los emocionales, en los que se les enseña a ordenar las emociones y la autoestima, entre otras muchas cosas” nos explica María Martín.

A través de la psicomotricidad se puede estimular y reeducar los movimientos del niño y para ello es muy importante que se realicen las actividades apropiadas y con gente lo suficientemente formada.

“Está claro que hay que fomentar este tem, pidiendo a los profesionales que trabajan con estas disciplinas y que se formen en ellas seriamente.

Sólo es con una buena formación como se pueden afrontar dichas dificultades. Y como siempre, tener claro que debemos abordar la globalidad del individuo, es decir: lo físico, psíquico, social y cognitivo” afirma Lina Rubio

Objetivos de la psicomotrocidad:

• Motivar la capacidad sensitiva a través de las sensaciones y relaciones entre el cuerpo y el exterior (el otro y las cosas).
• Cultivar la capacidad perceptiva a través del conocimiento de los movimientos y de la respuesta corporal.
• Organizar la capacidad de los movimientos representados o expresados a través de signos, símbolos, planos, y de la utilización de objetos reales e imaginarios.
• Hacer que los niños puedan descubrir y expresar sus capacidades, a través de la acción creativa y la expresión de la emoción.
• Ampliar y valorar la identidad propia y la autoestima dentro de un grupo.
• Crear una gran seguridad al expresarse a través de diversas formas como un ser único.
• Crear una conciencia y un respeto al espacio de los demás.

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