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Las sombras de la adopción

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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La adopción de niños ha pasado de ser un asunto minoritario en nuestro país a convertirse en algo ya muy establecido, con una destacada visibilidad social que se manifiesta en las escuelas y en muchos otros ámbitos sociales. En pocos años, en España, han cambiado tanto la estructura familiar como la relación de filiación, que ya no es exclusivamente biológica.

Es cierto que en la mayoría de los casos, los procesos de adopción resultan satisfactorios y se consiguen los objetivos previstos. Pero conviene también saber que, por diferentes causas y motivos, no todos llegan a buen puerto. Según los datos proporcionados por Ana Berastegui, de la Universidad Pontifica de Comillas, un 15% de las familias que adoptan niños necesita ayuda psicológica en algún momento de un periodo que no termina nunca, pues el fenómeno de la adopción tiene sus lógicas particularidades.

Aunque se intenta preparar de la mejor manera posible a los padres para una decisión de tanto calado, no siempre están a la altura de la decisión que han tomado y, en algunos casos, a la mínima se desesperan, se sienten frustrados o fracasados y tiran la toalla. A veces las expectativas afectivas creadas con la adopción no se cumplen, y los padres adoptivos encuentran muchas trabas para educar a sus hijos en las mejores condiciones. El hecho de que un alto porcentaje de estas familias, un 15%, necesite ayuda, muestra a las claras que la adopción puede provocar a la corta o a la larga situaciones insospechadas, imprevistas, difíciles, que pueden ser el origen de nuevos problemas también psicológicos.

No siempre encuentran los padres, además, el apoyo que necesitan cuando aparecen los problemas. Y la reiteración de las dificultades acaba por abrumar a unos padres que quieren hacer las cosas de la mejor manera posible, pero que a veces ni aciertan ni tienen la respuesta esperada por parte de los hijos, sobre todo si éstos ya no son tan niños.

Quizás sea la adolescencia, como en tantas otras cosas, la etapa más conflictiva en la adopción. Los niños adoptados profundizan más en su personalidad, en su origen y en las causas de la adopción. De alguna manera, se sienten distintos y esta sensación puede afectar de muchas maneras a la relación que tienen con sus padres, ya de por sí complicada en la adolescencia, cuando los hijos empiezan a cuestionar a sus padres y sus valores.

No todos los niños reaccionan de la misma manera, ni los padres tampoco. Pero conviene estar alerta en esos años cruciales para enfrentarse, quizás, a situaciones novedosas originadas por el lógico deseo de los hijos adoptados de conocer mejor su historia personal, llena en muchos casos de agujeros negros. Si las familias necesitan ayuda psicológica, también los hijos la pueden necesitar para encauzar mejor su situación personal.

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