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Los colores de la infancia

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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El rosa y el azul han sido tradicionalmente los indicadores sociales del género del bebé. Pero ¿sabes realmente por qué y qué significa cada color? ¿No hay más tonalidades en nuestro arcoiris que ceder a nuestros hijos?

Si vemos una cuna totalmente adornada de azul entendemos que es un niño. Pero ¿por qué relacionamos el rosa y el azul con el sexo del bebé? Curiosamente, esto responde a una construcción social que, en un principio, era totalmente opuesta.

Debido a la religión cristiana, se representaba tradicionalmente a la Virgen con un manto azul como símbolo de pureza. No es el único lugar donde se aplicaba esta distribución de color. La revista norteamericana para mujeres Ladies Home Journal (allá por 1918) afirmaba que "el rosa es un color mas fuerte y decidido, lo cual lo hace más apropiado para un niño; mientras que el azul es un color más delicado y le queda mejor a una niña". Y aunque muchas brújulas apuntan a principios del siglo XX, no se sabe con seguridad cómo ni dónde empezó la tradición.

Años después se produjo un cambio que, según algunas teorías, vino con la llegada de las grandes guerras cuando se empezó a asociar el azul -propio de los uniformes de los soldados- con la valentía, destreza y masculinidad, dejando el rosa como el color delicado propio de las flores, el rubor de las mejillas y las niñas.

En pleno siglo XXI, esta es una de las tradiciones que aún sigue viva en gran parte de los hogares españoles. ¿Por qué seguimos compartiendo esta tradición?¿Son los colores tan importante como para plantearnos con cuáles rodeamos a nuestro bebé?

Y tú, ¿qué ves?

La importancia del color depende de quién lo mire. Algo así le hicieron ver a Newton -y su círculo cromático-, quien sólo creía en el color desde el punto de vista físico. Curiosamente, fue un poeta, Goethe, que le dio una vuelta de tuerca y planteó con su propia Teoría del Color con un gran componente subjetivo: la percepción del espectador.

Esto apoyaba también el pintor abstracto Wassily Kandinsky quien en su libro De lo espiritual en el arte habla del valor psicológico de los colores: "Los objetos que percibimos por primera vez nos producen una impresión psicológica. El niño, como todo es nuevo para él, percibe así el mundo. Ve la llama y se siente atraído por ella, al querer tocarla se quema y entonces le producirá miedo y respeto en lo sucesivo (…)

Cuando se alcanza un alto nivel de desarrollo de la sensibilidad, los objetos y los seres adquieren un valor interior y, por último, hasta un sonido interno. Lo mismo sucede con el color", indica el artista, llegando a atribuir unos valores ( rojo como fuerza, pasión) por asociación a un objeto o elemento (fuego). Y sentencia: "El color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma".

En casa

La pregunta es ¿qué sensaciones queremos que influyan sobre nuestros hijos? El Feng Shui -sistema ancestral de estética china- nos da pistas sobre qué colores conviene tener cerca y qué provocarán en ellos.

  • ROSA. Aunque está tradicionalmente asociado a la feminidad, es un color relajante que ayuda a despejar la mente de pensamientos negativos y conduce a la ingenuidad y ternura.
  • NARANJA. Color tonificante que puede expresar regocijo y es el color de la vitalidad, la alegría y del sol. En cromoterapia, se emplea para deshacerse del miedo, favorecer las relaciones e incluso abrir el apetito.
  • ROJO. De efecto muy poderoso, atrae la atención del bebé rápidamente. Transmite energía, estimula y dramatiza pero también es el color de la agresividad y del peligro. Puede estimular en pequeñas cantidades.
  • VERDE. El color de la naturaleza. Transmite seguridad y anima el crecimiento emocional. Calma y actúa como desintoxicante, por lo que es el color de la relajación por excelencia. El Feng Shui lo señala como una de sus apuestas para el cuarto de los niños, sobre todo si tienen luz natural.
  • AZUL. Aporta serenidad y ayuda a conciliar el sueño además de reducir los dolores de cabeza y los trastornos del estómago. Suele asociarse con la seguridad física y la fuerza. Debido a su efecto calmante, reduce las pulsaciones y el apetito.
  • AMARILLO. Es el color del optimismo; por ello, parece ampliar los espacios además de estimular la capacidad intelectual. Sin embargo, los tonos intensos pueden producir ansiedad y no es recomendable para la habitación de los bebés ya que suelen llorar más en habitaciones amarillas.
  • VIOLETA. Está poco presente en la naturaleza y expresa misterio e intuición. Puede significar calma y autocontrol por lo que es buen color para el cuarto de un adolescente pero no es recomendable para los más pequeños.
  • GRIS. Color sutil que aporta seguridad pero que puede expresar aburrimiento y desanimo. Sin embargo, es un color tranquilo que se puede combinar con otros sin alterar sus características.
  • NEGRO. Color de la disolución, la separación y la tristeza, aunque también implica nobleza y seriedad. Este color debe evitarse en cualquier ambiente, especialmente en las zonas infantiles, ya que aumenta el cansancio del cuerpo y el estado depresivo.
  • BLANCO. Purifica y estimula. El blanco expresa inocencia y estimula la imaginación y la actividad intelectual; no obstante, puede llegar a suponer frialdad para las zonas infantiles.
  • COLORES NATURALES. La paleta se llena de maderas, crudos o beige, transmitiendo tranquilidad. Muy recomendables en pequeña cantidad para niños muy nerviosos.
  • COLORES NEUTROS. Tonos piedra, lino o blanco roto, entre otros. El Feng Shui recomienda estos colores -hasta el año 2023- para lograr el equilibrio de energías y armonía que buscamos.

Para facilitar la tarea de selección, Inés Silvalde, decoradora y Licenciada en Bellas Artes, nos da unas recomendaciones: "Los primeros años se buscan colores suaves, que creen un ambiente apacible y de descanso -tonos pastel-. Los siguientes años se aplican colores que resulten más estimulantes, como pueden ser los primarios o incluso aquellos con los que ellos se sientan identificados". Sobre todo, aconseja tener en cuenta las habitaciones según su función, así "debemos diferenciar entre los espacios de descanso -con colores más diluidos- y los espacios de juego -donde podemos apostar por tonos más fuertes-". Inés reconoce que "en muchas ocasiones, la moda prevalece sobre el efecto que los colores provocan en los espacios" pero anima a tener en cuenta una serie de factores para la elección del color: las dimensiones -los colores oscuros harán que percibamos el espacio más pequeño-, la entrada de luz -los colores claros reflejan la luz y percibimos más claridad- y los ritmos visuales que se crean para que los pequeños crezcan en un ambiente adecuado.

Más allá del arcoiris

La teoría deja claras las preferencias para una habitación más armónica. Sin embargo, ninguna de estas ideas deben ser una dictadura y por ello se recomienda dejar un espacio para que el pequeño explore sus gustos y así fomente su creatividad; incluso si su elección reta las fronteras de lo que creemos conveniente.

  • Más información:

Escuela Europea de Feng Shui
www.fengshuieuropa.com< /b>

De lo espiritual en el arte, W. Kandinsky:
http://www.librosgratisweb.com/html/kandinsky-wassily/de-lo-espiritual-en-el-arte/index.htm

Entrevista a C. Kilodavis:
http://www.youtube.com/watch?v=Dfkb0kdo0sQ

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