Los pediatras hacen público un documento con recomendaciones para la vuelta a las aulas
La Asociación Española de Pediatría (AEP) hizo pública esta semana su propuesta en relación a la apertura gradual de las áreas de educación infanto-juvenil. Para los pediatras, las medidas de educación a distancia promovidas durante las semanas de confinamiento «han permitido una cierta continuidad de la educación en modo “emergencia” pero no serán sostenibles a largo plazo; sobre todo una vez los adultos vuelvan a sus actividades profesionales rutinarias».
En ese sentido, desde la AEP se proponen una serie de medidas por grupos de edad para que la apertura del sector se instaure «lo antes posible» (para evitar el gran impacto que ya ha ocasionado el cierre de las aulas), pero de manera gradual y minimizando el
riesgo de nuevas infecciones. En ese sentido destaca una de las recomendaciones: que los alumnos de las escuelas infantiles no se incorporen hasta el control total de la epidemia. Según los expertos, las escuelas infantiles «son las áreas de máximo riesgo por la enorme dificultad de cumplir las medidas de aislamiento. Por la necesidad de contacto físico estrecho entre el profesor-cuidador y los niños, este grupo de edad (0 a 3 años) es el de mayor nivel de riesgo de cara a un posible contagio o transmisión del coronavirus».
Educación primaria: Como norma general, se recomienda flexibilizar el horario de entrada y salida, y reducir el tiempo presencial en la medida de lo posible, establecer horarios por turnos y combinar períodos de actividad académica presencial con la no presencial.
- Clases niños de corta edad, 3-5 años: deben seguirse recomendaciones muy similares a las de las guarderías (número de alumnos, comedores, juegos en patios…) ya que el riesgo de contagio sigue siendo elevado. Se recomienda además suspender las actividades extraescolares no incluidas en la enseñanza reglada. Ya que a esta edad es muy difícil seguir las normas de distancia y medidas protectoras, en este periodo que incluye los dos años de educación preescolar, no se recomienda el uso sistemático de mascarilla ya que es difícil que se pueda cumplir, pero se extremará el distanciamiento social en lo posible. Al ser igualmente potencialmente infecciosos, estos preescolares deben de ser estrechamente vigilados para diagnosticar precozmente su posible infección y proceder a su aislamiento. Durante los periodos tanto escolares como vacacionales debe considerase prioritario preparar a estos preescolares de la mejor manera posible para la transición al siguiente periodo.
- Mayores de 5 años: podrá incrementarse el número de alumnos y la actividad similar, pero con mayor vigilancia de las medidas de distanciamiento social, higiene y de vigilancia de casos y diagnóstico-aislamiento-cuarentena. La apertura debe ser gradual y debe iniciarse con grupos reducidos de niños, para poder cumplir la normativa del distanciamiento social. Puede ser recomendable en grupos de no más de 15 niños para las materias clave a esta edad en la educación primaria. Pudiendo organizarse dos turnos de clases en mañana y tarde, incluso días alternos durante la semana y/o cuatro turnos escalonados, o reduciendo el periodo de la jornada global y minimizando el periodo de patio, para evitar contagios. El uso de mascarilla en estos alumnos de primaria puede ser ya implementado con mayor seguridad, en periodos de mayor riesgo, así como mantener en el distanciamiento social.
En ambos grupos de edad se recomienda desarrollar actividades de información y entrenamiento en medidas de protección frente a la infección por coronavirus, potenciando la “educación para la salud” y hacerlos sujetos activos en la adopción y mantenimiento de las normas mediante la designación de delegados o referentes. En estos grupos de corta edad será preciso, si la escolarización finalmente fuese intermitente o fraccionada, proponer actividades en las que puedan participar otros agentes sociales (museos, bibliotecas, ayuntamientos…) que puedan asumir parte del horario escolar con actividades formativas más lúdicas. Este periodo es igualmente crítico, como el de las escuelas infantiles para prever ayudas sociales para la conciliación.
Educación secundaria: Se estima que en este periodo el nivel de riesgo de contagio puede ser más bajo porque el alumnado ya habrá aprendido la responsabilidad de las mediadas de distanciamiento, higiene y protección, pero deberán de reforzarse. La distribución de alumnos, horarios partidos y clases presenciales debe ser similar a la Educación Primaria, pero priorizando como presenciales las materias más esenciales y considerando en este periodo muy importante incluir la jornada educativa alternativa en domicilio, de mañana o tarde para trabajo online. Es necesario considerar que los menores de 14 años no pueden permanecer solos en el domicilio y habrá que prever un acompañamiento de padres/adultos, adecuando también su jornada laboral, o incluso con profesores desplazados a domicilios para grupos reducidos de varios alumnos y como en la etapa anterior organizar parte del horario escolar a desarrollar en actividades lúdicas que puedan asumir desde la Comunidad (museos, bibliotecas, ayuntamientos…).
La prevista mezcla de contenido presencial con contenido online debe organizarse de forma adecuada para no incidir en las inequidades actuales en relación al nivel socioeconómico, sobre todo considerando la ya existente brecha digital. En ocasiones los apoyos adicionales deberán particularizarse en situaciones de especial carencia social para un soporte añadido de recursos.