Los test, una buena estrategia
Es relativamente frecuente que muchos padres y madres, y hasta los propios alumnos, echen la culpa de sus malos o mediocres resultados escolares a que no saben estudiar de forma correcta. Un experimento revela que los test son un excelente método.
En parte, no les falta razón. No basta con echar horas y horas a las materias que hay que estudiar; hay que hacerlo con un cierto método. Y los métodos se enseñan. Por eso, una reivindicación muy habitual de muchos padres y madres en los colegios es que los profesores dediquen tiempo también a enseñar a estudiar a sus hijos, a aprender las famosas “Técnicas de Estudio”, que, sin que se trate de asuntos “científicos” (en este tema, el sentido común es capital), contribuyen a que los alumnos y alumnas reflexionen sobre su manera de estudiar y cómo aprovechan el tiempo.
También las Tutorías deben ir encaminadas a enseñar a los alumnos a organizarse su horario de trabajo y estudio, el tiempo que deben dedicar a cada asignatura, la preparación de trabajos y exámenes, etc. Para los que tienen experiencia en estos temas, no se trata de un asunto baladí, sin importancia. Muchas veces, el orden fortalece la disciplina que todos los alumnos necesitan.
Un experimento
En línea con estas reflexiones merece la pena comentar la noticia publicada en la revista Science sobre un experimento relacionado con la manera de estudiar de los alumnos. El experimento se ha realizado a 200 alumnos norteamericanos y tiene que ver con la preparación de los exámenes.
Lo habitual es que los alumnos piensen que lo mejor es repasar una y otra vez la materia que deben aprender, bien mediante resúmenes, esquemas o diferentes métodos de codificación; los hay también que tiran exclusivamente de la memoria y se aprenden todo como los loros, repitiendo hasta la saciedad lo más importante. Sin embargo, el experimento dice que los alumnos que se preparan los exámenes mediante el uso de test tienen mejores resultados y suelen recordar mucho mejor las cosas. El experimento se hizo sobre un texto científico, y los que recurrieron al test superaron en un 50% a los que repasan sin más o mediante los métodos de codificación.
Dedicación y método
Los resultados tienen su lógica pues el sistema de test contribuye de manera muy práctica y repetitiva a fijar los conocimientos básicos, que pueden irse sucesivamente incrementando.
Salvando las distancias, es lo que sucede cuando se preparan las pruebas teóricas del examen del carné de conducir. El consejo más repetido es que, tras una lectura detenida y atenta del manual teórico, se hagan constantemente todo tipo de test para fijar las respuestas clave. Al final, sin darse cuenta, uno acaba fijando los contenidos y aprovechando al máximo el tiempo invertido en el estudio.
Pero recurrir a los test exige también su dedicación y su método, algo que no debe faltar en la vida de cualquier estudiante.
¿Tipo test o desarrollo?
Los expertos recomiendan la utilización de diferentes tipos de exámenes con el fin de que los alumnos se acostumbren a estudiar de diferente manera. Si un profesor sólo hace exámenes de tipo test, se corre el peligro de que los alumnos tengan una visión muy parcial de la asignatura y sólo aprendan cuestiones concretas y simples, sin que guarden relación con el resto.
Las ventajas de un examen de “desarrollo” son evidentes, y más en un tiempo en que está descuidando la correcta expresión escrita. En estos exámenes, los alumnos deben relacionar ideas, exponer conclusiones, destacar lo importante de lo superfluo y exponerlo todo con claridad y corrección. Sin embargo, también pueden promover el rollo gratuito y la verborrea.
Los exámenes de tipo test facilitan la concisión y el mejor rostro de la memorización. ¿Exámenes de tipo test o desarrollo? Depende. Como siempre, la decisión debe tomarse en función de los intereses de los alumnos. z