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Mamá, ¿por qué (no) voy a clase?

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Comprarles la ropa dos tallas más grande es algo habitual en los padres precavidos. Sin embargo, cuando hablamos de niños menores de tres años, ¿es la escuela infantil otra medida con vistas al futuro o sólo una forma de que los cuiden mientras trabajamos?

"La gran mayoría de los padres ven la educación infantil como la antesala de primaria, sin ser del todo conscientes de las bondades de esta etapa". Habla Juan Sánchez Muliterno, Presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles AMEI-WAECE. Él es la cabeza visible del recién publicado estudio de opinión de la Asociación en el que 69% de los maestros de infantil critican el escaso reconocimiento social de esta etapa. Mientras, ven con pavor como aumentan los recortes en esta etapa educativa.

"El Gobierno no para de hacer campañas sobre la seguridad vial pero ¿por qué apuestan por la educación desde sus inicios?". Los niños son el futuro y esta etapa puede ser la semilla de su éxito pero ¿somos conscientes de por qué debemos darle importancia? "Se está introduciendo la incongruencia pedagógica de las competencias básicas de esta etapa cuando, como mucho, habría que hablar de desarrollo de capacidades y preparación de la personalidad infantil de los niños. A veces, tenemos más prisa por las evaluaciones y calificaciones que por el desarrollo integral de la mente infantil", comenta Francisco José Silvosa, profesor de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Santiago de Compostela.

Por su parte, Sánchez coincide también en la relevancia de este momento para "la formación de la personalidad y la socialización, un momento clave para que el niño encuentre su lugar". Somos seres sociales y, como tales, necesitamos entrar cuanto antes en la sociedad de la que formaremos parte. "Confrontar su personalidad con la de otros niños es lo que les hará crecer como personas", explica Sánchez.

Es una parte de su crecimiento que no pueden desarrollar en casa. Según el artículo 29 de la Convención de Derechos del Niño, la educación debe propiciar el desarrollo máximo de las posibilidades del niño, tanto físicas como mentales. Es decir, el crecimiento personal es igual de importante en esta etapa que los conocimientos adquiridos. "A partir de los 12-18 meses, es una buena edad para llevar al niño a clase porque empieza a ser muy importante la interacción. No se puede generar personalidad sin interacción", comenta Sánchez.

Entonces ¿debería ser obligatoria?

En España, tanto la primera (de cero a tres años) como la segunda etapa (de tres a seis) son opcionales. No obstante, cada vez son más los pedagogos que apoyan la obligatoriedad de la educación infantil -al menos, desde que el niño ronda los dos años-. Actualmente, más del 90% de los padres ya llevan a los niños a la guardería desde el primer ciclo.

"Al no ser una enseñanza obligatoria pero contar con tan alto grado de asistencia, lo que conseguimos es condenar al fracaso escolar a la minoría que no asiste", comenta Sánchez, "todos los que pueden pagar la educación privada, tienen a sus niños escolarizados desde los tres años, sino antes. Así, el resultado es la exclusión de aquellos niños cuyos padres no pueden pagarlo y que, en consecuencia, irán por detrás del resto de alumnos cuando alcancen primaria".

Por ejemplo, Lorena García, madre de la pequeña Loia -de cuatro años- tiene claro que "buscar la mejor educación para ella es fundamental pero evidentemente el precio también influye en la decisión". ¿Qué supondría hacerla obligatoria? "El Gobierno pagaría lo que ya es una mayoría e integraría a ese 10% de niños no escolarizados sin necesidad de que sus padres inviertan dinero en ello", sentencia el presidente de la AMEI-WAECE.

Enseñanza en casa

Frente a esta corriente que apoya la obligatoriedad, otros optan por la enseñanza en casa para disfrutar del tiempo con los niños a la vez que intentan mantener un nivel de aprendizaje. No obstante, y aunque la intención es buena, el proceso elimina el factor de interacción y no tiene claros los objetivos educativos de esta edad. "No hay una concienciación de cuáles son las metas a alcanzar. La finalidad es el desarrollo del niño físico e intelectual pero sobre todo de la personalidad; la gente no es consciente de esto.

Algunos padres intentan acelerar la evolución del niño en casa e impartirle conocimientos para los que no está preparado aún". Por ello, jugar con otros niños es casi tan importante como aprender el alfabeto. Pedro Martín, psicólogo infantil del Centro de Psicología Integral, resalta la relevancia de estudiar fuera de casa. "Hay que llevarles lo antes posible para romper esos vínculos de dependencia con los padres. Socializarlos a una temprana edad es muy beneficioso, les ayuda a evolucionar.

La diferencia entre los niños que han ido a la guardería y los que no es enorme; los segundos se encuentran en desventaja porque su capacidad de relacionarse se desarrollará más lentamente".

Cómo escoger centro

La mayoría de los padres de niños de 0 a 3 años son jóvenes y tienen mucho trabajo o mucho estrés por buscarlo. A día de hoy, es aún más difícil por las condiciones laborales del contexto social. Necesitan que alguien cuide a los niños y suelen dejarse guiar por recomendaciones de amigos o familiares pero ¿cuáles son los criterios clave para tomar la decisión correcta? Proximidad al domicilio.

Además de hacer más fácil llevarlo, facilita la interacción con los demás niños, que desarrollan espacios comunes fuera del centro como el parque o el barrio. Nivel educativo. Conocer el programa es muy importante, tanto como saber qué principios éticos transmite dicho programa. Hay una obsesión por que aprendan a leer y escribir rápido pero a veces es más importante que aprendan a compartir los juguetes. La formación de la personalidad es intrínseca al crecimiento pero es importante no dejar que se forme espontáneamente sino orientarla a los valores que consideramos correctos.

Eso sí, todo esto puede hacerse llevando al niño cuatro o cinco horas por la mañana; no es necesario que esté en la escuela todo el día -por lo menos, no desde el principio-. Confianza. Creer en la seguridad del centro es, por supuesto, fundamental para que los padres dejen a los niños con tranquilidad. Sin embargo, no es conveniente dejarse llevar por recomendaciones de amigos. ¿Un consejo? Los padres pueden solicitar una cita con un profesor o coordinador del ciclo para que les explique en persona cómo se imparte su programa tutorial.

Conocer directamente a la persona, ver las instalaciones y hacer todas las preguntas que sean necesarias no sólo nos confirma cómo va a estar el niño sino que reduce la ansiedad de la separación que se provoca en algunos padres.

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