Movilidad: al cole en bici
A los beneficios habituales de desplazarse en bici al centro educativo, se suman ahora las ventajas que este medio de transporte aporta en la actual situación de pandemia: ofrece mayor protección que otros medios en los que no puede asegurarse la distancia física de seguridad y descarga de presión al transporte público. ¡Animaos a desplazaros de esta forma con vuestros hijos!
Por Eva R. Soler
Aumentar el número de niños y adolescentes que realizan desplazamientos activos, andando o en bici, a su centro de estudios es el objetivo de proyectos como STARS. Este programa europeo anima y premia a los centros educativos que fomenten entre sus alumnos y profesores los desplazamientos sostenibles, tanto a pie como en bici. Ciudades como Madrid llevan participando desde 2013 y en el curso 2019-20 ya sumaba 41 centros (28 de Primaria y 13 de Secundaria) públicos, concertados y privados. En toda España hay 199 colegios, 20 provincias y 13 comunidades apostando por los desplazamientos sostenibles. Y en Europa, el mismo proyecto se desarrolla en Londres, Cracovia, Milán, Bruselas, Bielfeld, Noor Brabant y Edimburgo.
Desde el Ayuntamiento de Madrid explican que, una vez finalizado el plazo de subvención europeo, han continuado con el desarrollo del proyecto con fondos propios y han firmado acuerdos de colaboración con el Ministerio de Interior, el de Medio Ambiente y la DGT. El papel de Madrid en STARS es decisivo por ser la primera ciudad española en implantar el proyecto y la responsable de formar a las otras ciudades involucradas, destacan las mismas fuentes.
Además de aumentar el uso habitual de la bicicleta entre los alumnos, el proyecto persigue otros objetivos como fomentar la autonomía de la infancia en la ciudad, promover el uso de los jóvenes con el espacio público y potenciar estilos de vida saludables.
Beneficios actuales
Para la ciudad supone grandes beneficios: aire más limpio, tráfico más fluido y la propia presencia la infancia en las calles que hace más amable y humana la ciudad. Para los niños y adolescentes estas modalidades de desplazamiento tienen un enorme valor pedagógico. La movilidad implica vivir experiencias personales, aprender el lenguaje de los sistemas de señalización, convivir con diferentes velocidades, aprender a ponerse en el lugar del otro, la exigencia de previsión y planificación de rutas oportunas… “Contiene todos los elementos necesarios para constituirse en escuela de ciudadanos, escuela que haga consciente sus derechos y deberes y que enseñe a gestionar los riesgos y las posibilidades que presenta la ciudad compartida”, sostienen desde la plataforma del Ayuntamiento “Educar hoy por un Madrid más sostenible”. Además, llegar al centro haciendo ejercicio físico aumenta la atención, concentración y, en general, todas las habilidades que procesan la información, por lo que mejora el rendimiento intelectual. Sin contar que reduce el riesgo de padecer obesidad, diabetes o hipertensión.
A esos beneficios que siempre han acompañado el uso de la bici se suman ahora los propios de la actual situación. Muchas son las voces que recalcan que la bici puede ser una gran aliada en este periodo, pues asegura una movilidad eficaz desde el punto de vista del contagio y ofrece mayor protección que otros medios que no pueden asegurar la distancia de seguridad. Si se promueve la bici, descargamos de presión al transporte público.
Inconvenientes
Dos responsables del Proyecto STARS de sendos centros de la Comunidad de Madrid resaltan todas estas ventajas y explican el desarrollo que ha tenido el programa en sus respectivos centros y a los inconvenientes a los que han tenido que hacer frente.
Dolores Almellones, responsable del Proyecto STARS de un colegio concertado del centro de Madrid, opina que la mentalidad de la mayoría de los padres ha hecho difícil hasta ahora que un proyecto como éste haya calado como debiera. “En otras ciudades como Sevilla o Barcelona, la movilidad en bici está mucho más extendida. No digamos ya si hablamos de otros países europeos, como Alemania, donde los desplazamientos en este medio son habituales entre los ciudadanos de cualquier edad. Sin embargo, aquí a los padres les suele dar mucho miedo. Pero, aunque el riesgo cero no existe, yo les animaría a que considerasen la bicicleta como un medio de transporte alternativo en el día a día (no como un uso excepcional para el fin de semana). Pueden empezar probándolo ellos personalmente para que vean que no es peligroso y si, finalmente, deciden que pueden ser un buen medio para que su hijo vaya al colegio, comprobarán que potencia su iniciativa y despierta su atención. Está demostrado que los niños rinden más en el colegio si se desplazan a pie o en bici”.
El Instituto “Antonio Domínguez Ortiz” es otro centro de Madrid inscrito al programa. Su director, David Izquierdo, es usuario habitual de bicicleta y así se desplaza habitualmente de su casa al trabajo. Junto a la coordinadora del programa bilingüe del centro, también usuaria habitual, decidieron sumarse a esta iniciativa implicando a otros profesores en su uso y extendiéndolo a los alumnos y, poco a poco entroncarlo con la práctica docente de Educación Física. Son ya tres años en el proyecto y destaca que han recibido el Premio Muévete Verde del Ayuntamiento en el curso 2018-19 y han desarrollado muchas actividades como préstamo de bicis, taller de mecánica básica de bicicletas, alumnos embajadores, cursos de capacitación ciclista… Entre los inconvenientes a los que se enfrenta un proyecto de este tipo, Izquierdo señala que el centro debe hacer frente a un espacio grande para almacenar bicis y el mantenimiento.
Además de la temporalidad del profesorado y la variación del alumnado participante. “Es normal que surja cansancio por parte del profesorado para mantener las propuestas a costa de esfuerzo extra personal y sin apenas compensación que el creer en ello”. Para mejorar el desarrollo y el éxito de un proyecto como STARS, el director opina que sería positivo que la organización aportase recursos materiales y que se otorgase algún tipo de reconocimiento al profesorado participante que se tradujera en tiempo para realizar su labor en los centros. “Además, se hace necesario dotar a la ciudad de infraestructuras que permitan a los progenitores animarse a conceder el permiso a sus hijos para que vayan en bici al colegio”.
Varias ciudades y municipios han empezado a tomar medidas en este sentido y la puesta en marcha de carriles bici o peatonales durante el confinamiento pueden convertirse en permanentes ahora.