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Navidad, algo más que luces y regalos

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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La Navidad para los bebés debe convertirse en un momento especial con mamá y papá para aprender cosas los más pequeños y para que los mayores descubramos cuáles son sus sueños. Aprovechemos las próximas fiestas para crear vínculos familiares más estrechos por medio del tiempo tan especial que compartimos más allá de las luces y los regalos.

En Navidad la atmósfera se transforma y aunque nuestro hijo sea muy pequeño seguro que ya puede respirar ese aire mágico de los últimos días de diciembre y de los primeros días de enero. Sólo es necesario tener en cuenta los ritmos y exigencias de los bebés para disfrutar las fiestas a tope en familia.

Y aunque los adultos solemos ser perezosos para el juego, una vez en faena tirados sobre la alfombra nos damos cuenta de que nos estamos riendo y disfrutando con los peques, que nos estamos relajando y olvidando de los problemas, que estamos siendo nosotros mismos, compartiendo unos momentos irrepetibles con los seres queridos. Por eso a veces hay que “perder tiempo” para intentar ver la navidad desde los ojos del bebé y “ganar tiempo” y jugar con nuestros hijos esos ratitos extra que nos permite la Navidad y que son ya de por sí un buen regalo para pedir a los Reyes Magos y para que se multipliquen para 2011.

Desde el nacimiento los bebés percibirán los estímulos de las luces y el ambiente de nerviosismo y de que “algo pasa” en Navidad, por lo que será muy importante mantener horarios de sueño y comida sobre todo para alejar de ellos todo el estrés posible. Lo ideal sería mantener intactas las costumbres en la medida de lo posible y por ejemplo, rechazar ir con un bebé de meses de una casa a otra durante las fiestas.

Precauciones

Otras medidas a tener en cuenta serían por ejemplo, evitar disfraces si el bebé es menor de dos años y comprender que es normal que se asuste ante Papa Noel u otros muñecos, objetos como pelucas o vestimentas raras o personajes navideños. Si la casa de repente se llena de gente a lo mejor el pequeño también se asusta y no es recomendable obligarle a sonreír o besar a los abuelos u otros familiares si no se siente seguro. Poco a poco el bebé se soltará y será un ser más social. Tampoco es conveniente obligarle a sentarse en las rodillas de los Reyes Magos para entregarles la carta aunque sí lo hagan otros hermanos más mayores.

A la hora de evitar peligros ni que decir tiene también que demasiados regalos bajo el árbol desorientan a los niños, sobre todo si son muy pequeños. Es mejor que ayude o vea como se monta el belén con su pesebre y sus figuritas o el árbol para que empiece a estar familiarizado con ellos.

Poner la decoración fuera de su alcance es básico para evitar accidentes domésticos con bolitas, luces, adornos o figuritas. Asimismo, es recomendable evitar las velas, tener cuidado con los cables eléctricos escondidos y es importante saber que las plantas ornamentales navideñas con las hojas rojas y verdes como la flor de pascua (la ponsetia) son tóxicas si se ingieren. Sucede lo mismo con el acebo y el rusco, cuyas bayas pueden causar naúseas y vómitos.

Adornar la mesa también es un bonito detalle en navidad y con un poco de imaginación puede ser muy estimulante para los bebés y los más pequeños de la casa, pero no olvides recoger frutos secos, palillos o todo aquello que pueda coger en un descuido y pueda traer consigo atragantamientos u otros problemas. Si dormís fuera del hogar, la cuna debe ser apropiada y será más fácil moverse con un bebé menor de seis meses que con uno mayor si decidís pasar la Nochebuena o la Navidad fuera de la casa familiar.

Juguetes y pistas

Para estimular sus sentidos:
Si el bebé no llega al año estimularás su oído en navidad gracias a la música o cantando los típicos villancicos. Enséñale fotos donde reconozca el pesebre, el árbol o los adornos y muéstrale las luces, que le encantarán.

Su tacto y su olfato los puedes estimular acercándole objetos para oler o manipular. Además de los cinco sentidos por los que percibimos el mundo exterior todos tenemos un sexto sentido interno, llamado propiocepción que informa a nuestro cerebro de la posición de nuestros músculos. Es el sentido que indica si el cuerpo se está moviendo así como la posición relativa de diversas partes del cuerpo con respecto a otras. Sin la propiocepción seriamos incapaces de movernos en la oscuridad o percibir la posición de nuestras extremidades. Ayudemos a los bebes a conocer su capacidad muscular. Jugar con luces, sonidos y movimientos será el reto para la próxima navidad.

Para reconocer un mal juguete:
1. No lleva etiqueta CE con la identificación del producto y la empresa.

2. Tiene piezas pequeñas
3. Parece poco resistente
4. No es adecuado para la edad
5. Transmite valones violentos, sexistas o no deseados
6. No estimula la imaginación y el protagonismo del niño
7. Parece poco manejable o con instrucciones poco claras
8. Su envase es engañoso o requiere otros elementos para poder jugar
9. No coincide con los gustos y preferencias de los más pequeños
10. Es sorprendentemente barato o caro o lo ofrecen en comercios sin garantías

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