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Niños felizmente adaptados. 2º parte

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Retomamos el tema de la adaptación escolar una vez que nuestro alumno ya está adaptado a la escuela pero aun llora cuando los padres le llevan al centro.

El llanto del niño es una manifestación de desagrado que puede producir un sentimiento de dolor. El origen de este llanto es, sin duda, la separación de su núcleo familiar.

Percibir que ya no es él el centro exclusivo de atención; que tiene que relacionarse con otros; que debe compartir a su profesora con sus compañeros es un proceso que le va a enriquecer y le va a ayudar a madurar.

A veces el niño supera esta tristeza manipulando la conducta del adulto de manera que satisfaga sus deseos y en el momento de la entrada rompe en un llanto desconsolado. Esto provoca que el papá o la mamá se marchen a sus trabajos con el alma en vilo, preocupados, hasta a veces angustiados con la última imagen de su hijo llorando.

Sería conveniente que las escuelas infantiles hagan partícipes a los padres de la adaptación del niño, informándoles de cómo ayudar a su hijo en este trance:

Orientaciones para los padres

Es importante que papá y mamá hablen de la escuela de forma positiva, de la profesora y compañeros y de lo bien que lo pasará y lo mucho que allí aprenderá.

Sería muy conveniente llegar por la mañana a clase a una hora que no perturbe las actividades de acogida y, sobretodo, no acaparar a la profesora en el momento de la entrada porque se pasará la mañana atendiendo a los padres en lugar de volcarse con los niños.

Es fundamental que la despedida del niño se realice con rapidez, favoreciendo así que no inicie un llanto continuado y que posteriormente tarde más en calmarse. Despedirse con una sonrisa y un “hasta luego mi amor” aunque al niño se le caiga alguna lágrima le dejará una sensación positiva de la seguridad de sus papás.

Es necesario informarle siempre de donde va y quién será la persona que le recogerá por la tarde, así evitaremos frustraciones y disgustos inútiles.

Y, sobre todo, es imprescindible hacer sentir al niño la seguridad de que papá y mamá están felices y seguros de que el lugar donde han decidido llevarle es un sitio divertido y donde él se sentirá feliz.

Por otro lado, la escuela deberá ofrecer a los papás un informe completo de lo acontecido en el día ayudando a los padres a tomar confianza y a establecer un vínculo entre la escuela y su hijo aportándoles seguridad al conocer diversos aspecto de lo que el niño hizo durante el día.

Nuestra experiencia nos dice que cada vez son más las madres y padres que aceptan con agrado involucrarse en la adaptación de sus hijos, siguiendo las directrices que el centro les sugiere y así lograr superar la frustración de la separación familiar y conseguir cuanto antes estar “felizmente adaptado” para comenzar, ya sin trabas, ese camino lleno de vivencia, sentimientos, experiencias compartidas, ilusiones, frustraciones y aprendizajes que les enseñarán a ser niños autónomos con capacidad para interiorizar los aprendizajes y para convivir con los demás.

Lee la primera parte de este reportaje haciendo clic aquí.

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