Paloma Gil: “Los niños deben comer más alimentos y menos productos”
La Dra. Paloma Gil lo tiene claro: para que un niño se alimente bien, toda la familia debe seguir unos hábitos culinarios saludables. Esta endocrinóloga, que lleva más de 30 años ayudando a personas con problemas de sobrepeso, ha publicado recientemente ‘Los niños sí comen verdura’ (Ed. Cúpula), un libro donde incluye más de 80 recetas y en el que explica de forma sencilla y directa cómo alimentar adecuadamente a los más pequeños de la casa.
En su libro comenta que «casi de cada dos niños a uno le sobra peso». ¿Qué errores nos han llevado hasta aquí?
Está claro que las cifras crecientes de obesidad y sobrepeso se deben fundamentalmente a que los niños comen peor y además llevan una vida más sedentaria.
Apunta que «la base de una alimentación sana y equilibrada por encima de los 2 años debe contener mayoritariamente productos vegetales», pero muchos niños ni los prueban. ¿Cómo revertir esta tendencia?
La única manera de que los niños coman bien es que coman más productos vegetales y para ello hay que modificar la dieta de toda la familia. Los niños aprenden de lo que ven.
La información nutricional que reciben los padres está, a menudo, mediatizada por intereses comerciales. ¿Qué consejos clave pueden darse para elaborar un menú equilibrado en familia?
Independientemente de lo que les digan los anuncios, los padres deben saber que la comida mejor para sus hijos es aquella sin elaborar. Los niños deben comer comida real y no productos elaborados para ellos. Estos últimos están hechos para que les gusten, pero suelen tener mucho azúcar y/o mucha grasa poco recomendable.
Aboga en su libro por que la mesa no se convierta en un campo de batalla, pero si un niño se niega a probar algún producto saludable que se le ofrezca, ¿cómo deben actuar los padres?
Educar no es dejar al niño hacer siempre lo que quiera y un ejemplo de ello es la alimentación. Debemos explicar a nuestros niños que lo que se les ofrece para comer es lo mejor para su crecimiento y su salud. Aunque no se tomen un plato entero de algo que no les guste, deberían al menos probarlo.
«La única manera de que los niños coman bien es que coman más productos vegetales y para ello hay que modificar la dieta de toda la familia. Los niños aprenden de lo que ven»
¿Cuáles son las líneas rojas en alimentación que nunca deberían traspasarse a la hora de hacer la compra?
En el carro de la compra no deberíamos incluir como parte de la dieta productos como refrescos, bollería industrial, aperitivos salados… Estos deben considerarse caprichos y no alimentos. Y menos para los niños.
En su obra defiende no poner al niño con sobrepeso a régimen sino incluir en la dinámica familiar una serie de cambios. ¿De cuáles se trataría?
Si un niño come sano y alimentos en vez de productos, los kilos irán bajando. No se trata de que coma menos sino de que coma mejor y de que se mueva más. Si un niño ha cogido peso, es porque los adultos de los que depende le han dado más calorías de las que necesitaba. Esto es frecuente cuando en la dieta del niño hay muchos productos y poca comida no procesada.
Cuando un niño está delgado, parece que puede permitirse los caprichos culinarios sin problema, pero no es realmente así, según destaca en su libro. ¿Caprichos nunca y para nadie?
Uno de los problemas del exceso de comida ultraprocesada es el exceso de peso, pero no es el único. Una mala alimentación influye de forma negativa en la salud futura del niño y en su desarrollo cerebral y, por lo tanto también, en su coeficiente intelectual.
¿Cuántas comidas debería hacer un niño al día y cuáles serían buenos ejemplos de merienda de media mañana y de merienda de media tarde para un niño?
No es necesario para un adecuado crecimiento o desarrollo que un niño coma un número determinado de veces. Hay niños que necesitan comer más veces y otros no. Además del desayuno, la comida y la cena, los niños pueden tomar algo entre horas siempre que sea sano y nutritivo. Son buenas alternativas alimentos como la leche, el yogur o el queso, la fruta, los frutos secos o los bocadillos hechos con buen pan y con rellenos de calidad…
«Si un niño come sano y alimentos en vez de productos, los kilos irán bajando. No se trata de que coma menos sino de que coma mejor y de que se mueva más»
La responsabilidad de los padres es clave a la hora de una buena nutrición en los hijos, pero ¿qué papel juegan los comedores escolares?
Los comedores escolares son fundamentales para reforzar la educación alimentaria en los menores. Constituyen una ayuda fundamental para que el niño aprenda lo que es una dieta sana y lo que no debe formar parte de su alimentación.
¿De qué forma se puede contribuir en las instituciones educativas a crear una buena educación nutricional en los escolares?
Sería fundamental que en todas las escuelas se hiciera hincapié en la importancia de los alimentos para la salud y para el desarrollo cerebral. Si además se fomentará la práctica de ejercicio regular en los niños, toda la sociedad saldría ganando.