Patrullas verdes para ahorrar energía en el colegio
Por Adrián Cordellat
A principios de los años ’90, en Alemania, diferentes colegios se sumaron a una iniciativa educativa pionera conocida como 50/50, que buscaba promover el ahorro y la eficiencia energética desde las escuelas implicando en la tarea a los alumnos. Aquel proyecto prendió como la pólvora por Europa hasta llegar a España en 2012 a través del Ayuntamiento de Rubí, que la implantó en todos sus centros escolares. Hoy el proyecto está instaurado en muchos colegios de España, que tienen entre sus filas a patrullas verdes de alumnos dispuestas a aprovechar hasta el último céntimo invertido en energía.
Uno de esos colegios es el CEIP Pi i Margall de Madrid, que decidió sumarse al proyecto a petición del Ayuntamiento de la capital y en vista del gasto que cada mes tenían que afrontar en consumos energéticos, tanto en electricidad como en calefacción y agua. La instauración del proyecto, como reconoce su jefe de estudios, Alberto Fernández, supuso una reorganización general del colegio. También un cambio en el proyecto educativo, ya que la iniciativa 50/50 “lleva implícita una dedicación muy grande de tiempo en el currículo, sobre todo en las asignaturas de ciencias naturales y de ciencias sociales”.
Una percepción que corrobora Laura Ramos, responsable de marketing y comunicación de la empresa sin ánimo de lucro Ecooo, que se encuentra detrás de la implantación de la iniciativa 50/50 en España. “El ahorro energético es un tema totalmente transversal en el currículo y nos encanta ver cómo los profesores de los centros están integrando el proyecto en su actividad curricular. Al final el ahorro y la eficiencia puede tocar tantas materias que se acaba convirtiendo en un proyecto global del centro”.
Patrullas verdes
La metodología del proyecto busca la colaboración de todos los agentes implicados en una comunidad educativa, desde profesores, hasta personal no docente, pasando por los alumnos y los padres y madres. Para ello, para garantizar esa colaboración, se crean en las escuelas equipos energéticos, a los que se forma y se les ofrecen pautas y pequeños trucos para el ahorro de energía y agua. “Estos equipos, que suelen estar encabezados por los niños, se encargan de controlar, medir la temperatura, ver gastos, facturas y desarrollar medidas de ahorro y eficiencia energética”, afirma Laura Ramos.
“El ahorro energético es un tema totalmente transversal en el currículo y nos encanta ver cómo los profesores de los centros están integrando el proyecto en su actividad curricular»
En el Colegio Pi i Margall las charlas y talleres para concienciar a profesores y alumnos se completaron con la creación de lo que han llamado Patrullas verdes, que son patrullas formadas por alumnos que, según explica Alberto Fernández, “se encargan de ir cerrando grifos que se quedan abiertos y apagar luces y ordenadores cuando no se están utilizando”. Las patrullas van cambiando cada semana, para de esta forma implicar a todos los niños en el proyecto, algo que resulta fundamental para el éxito del mismo.
¿Y qué aprenden los niños con este proyecto? ¿Qué les aporta el proyecto 50/50? “Para mí lo más importante es que todo lo que están aprendiendo se lo llevan a casa. Así nos lo transmiten los padres. Al final están adquiriendo unos conceptos que luego pueden aplicar en su vida”, reflexiona el jefe de estudios.
Una opinión que comparte la portavoz de Ecooo (“eso es lo bonito del proyecto, que acaba impactando en el ahorro energético doméstico”), que asegura que los niños, que por regla general no suelen saber lo que nos gastamos en energía, “se quedan asombrados cuando conocen las cifras”. Reducirlas, saber que eso está en sus manos, que pueden ayudar aportando ideas y soluciones, supone un reto para ellos que, según Laura Ramos, “se sienten como pequeños héroes” al ver cómo van consiguiendo los objetivos.
Un ahorro que revierte en todos
Desde Ecooo, en los colegios participantes en el proyecto, se hace un seguimiento mensual del ahorro, que se evalúa de forma definitiva a final de año. De ese ahorro, el 50% se reinvierte en la adopción de nuevas medidas de ahorro y eficiencia energética en el cole. El destino otorgado al otro 50% lo deciden los miembros de la comunidad educativa. De ahí el nombre del proyecto.
El Ayuntamiento de Rubí, en el marco de la iniciativa “Rubí Brilla”, comenzó a aplicar el proyecto 50/50 en el curso 2012/2013. Durante el mismo, las doce escuelas del municipio, todas ellas implicadas en el proyecto, consiguieron ahorrar un 13% del consumo energético respecto al curso anterior, lo que traducido en dinero contante y sonante supuso más de 57.000 euros. Desde el año 2012 hasta la actualidad han alcanzado un ahorro acumulado de más de 300.000 euros gracias a la aplicación de la metodología propuesta por el proyecto 50/50.
«Lo más importante del proyecto es que todo lo que están aprendiendo los niños se lo llevan a casa. Así nos lo transmiten los padres. Al final están adquiriendo unos conceptos que luego pueden aplicar en su vida”
Este es el ejemplo más paradigmático del éxito de la iniciativa, ya que engloba a muchos colegios. Sin embargo, los colegios pequeños también recogen sus frutos. El ejemplo es el CEIP Pi i Margall, que el curso pasado consiguió ahorrar 1.600€ en las facturas energéticas. “El 50% de ese ahorro lo hemos destinado a mejoras energéticas en el colegio, como la instalación de luces LED y de algunos grifos de pulsador. El otro 50% los alumnos decidieron invertirlo en unas excursiones a la naturaleza y en una salida de tres días al Aula de la Naturaleza de Cercedilla”, explica Alberto Fernández.
Y lo bueno es que una vez implicados en el programa, las ideas para seguir ahorrando no cesan. Así en el colegio Pi i Margall ya están esperando a conocer el ahorro de este año para invertir parte de ese dinero en acabar de instalar grifos de pulsador en todos los baños. Y también, dadas las circunstancias del centro, que comparte edificio con una escuela infantil, están estudiando la forma de seguir ahorrando. “La escuela infantil tiene más días lectivos y el problema es que al encender la calefacción para la escuela infantil, se enciende la de todo el colegio. Ahora estamos luchando para cambiar eso, para que se desvinculen las calefacciones, porque de esa forma tendríamos un ahorro enorme”, concluye el jefe de estudios del CEIP madrileño.