Pepe Serrano: “Niños y adolescentes, independientemente del tipo de dieta, necesitan tener a su alcance alimentos saludables y evitar los malsanos”
Las dietas vegetarianas y veganas son perfectamente válidas en cualquier etapa de la vida. Incluida la infancia. De la falta de información en este ámbito, y de la necesidad de tenerla, nace Alimentación vegetariana en la infancia.
Por Diana Oliver
Las dietas vegetarianas y veganas son perfectamente válidas en cualquier etapa de la vida. Incluida la infancia. De la falta de información en este ámbito, y de la necesidad de tenerla, nace Alimentación vegetariana en la infancia (Debolsillo Clave), un libro escrito a cuatro manos por tres dietistas-nutricionistas, Julio Basulto, María Manera y María Blanquer, y por un pediatra, Pepe Serrano. Se trata de una amplia y rigurosa guía sobre alimentación vegetariana desde la infancia en la que encontramos información práctica, recomendaciones e ideas de menús y recetas. Pero no sólo está dirigida a quienes siguen este tipo de dietas, sino que podría ser perfectamente válida para familias que desean mejorar su alimentación, o reducir el consumo de proteína animal. Porque como dice Pepe Serrano en esta entrevista, todas las dietas, ya sean omnívoras o vegetarianas, deben planificarse y meditarse de forma adecuada para que sean realmente saludables. ¿La única diferencia entre unas dietas y otras? De dónde sale la proteína.
El entorno familiar y social no se lo pone muy fácil a las familias que optan por una dieta vegetariana. ¿Vamos cambiando, poco a poco, y normalizando este tipo de dietas?
En general, creo que sí. La alimentación vegetariana cada vez está más normalizada. No hay más que ver los anuncios de la tele, en los que cada vez se publicitan más alimentos etiquetados como veganos. Los mismos anunciantes que no hace demasiado hacían cierta sorna de productos de origen vegetal ahora promocionan productos veggies a todo trapo. No nos engañemos, si el lobby de la industria ha entrado ahí es que más que de una moda estamos hablando de una tendencia con una clara predisposición al alza.
¿Se nota una evolución en las consultas de pediatría en este sentido?
En consulta lo que cada vez vemos con más frecuencia son niñas y niños de siete u ocho años, o más mayores, que manifiestan su deseo de dejar de comer animales. En la gran mayoría de los casos lo hacen por motivos éticos. Y a mí, personalmente, me parecen posturas encomiables y siempre dignas de tener en cuenta.
¿Cómo planificar una dieta vegetariana de forma saludable?
La planificación de la dieta debería iniciarse en el momento en que tomamos papel y lápiz para diseñar los menús de la semana. En este aspecto no difiere en nada del diseño de una dieta omnívora. Y quiero resaltar este aspecto porque a menudo se nos olvida. Siempre apelamos a eso que dice la Academia Americana de Dietética de que “Una dieta vegetariana bien planificada es apta para cualquier etapa y circunstancia de la vida” y se repite la frase una y otra vez haciendo hincapié en lo de la buena planificación, como si en la alimentación omnívora esa planificación pudiera no ser tan determinante. Cualquier tipo de alimentación, y más en la infancia, debe estar meditada y, llegado el momento, asesorada. Y donde no llegue ese equipo de pediatría siempre se puede contar con la asesoría de un dietista-nutricionista.
La elaboración de la dieta vegetariana no tiene más complicación que sustituir la proteína de origen animal por la vegetal, teniendo en cuenta que se consuma la cantidad adecuada de aminoácidos esenciales (aquellos que nuestro organismo no puede sintetizar), algo que no es difícil de conseguir, y prestando atención a que se ingieran fuentes de todos los micronutrientes necesarios.
¿Es igual para niños que para adultos?
En esencia es exactamente igual para todos: conseguir que aquello que comemos nos aporte lo que necesitamos. Una vez superados los primeros seis meses de vida, en los que todo bebé debería tomar únicamente lactancia materna (o en su defecto lactancia artificial), empezamos con la alimentación complementaria que, obviamente, sigue siendo distinta al adulto. Sin embargo, a los 12 meses de vida, el tipo de comidas en esencia son cada vez más similares a las de los adultos, con la salvedad de algunos alimentos prohibidos por el riesgo que entrañan (frutos secos enteros), algunas texturas y el tamaño de las raciones. Pero fíjate que lo que estamos diciendo puede ser aplicable a un peque vegetariano, vegano u omnívoro.
¿Qué diría que necesita un niño, niña o adolescente a nivel alimentario?
En temas de nutrición, independientemente del tipo de dieta, necesitan tener a su alcance alimentos saludables y evitar los malsanos. Que las ingestas de esos alimentos estén racionalmente diseñadas. Hacer de los momentos de las comidas un espacio de tiempo que les resulte agradable, compartiendo con la familia o con los compañeros de la escuela. Tomar el ejemplo de sus progenitores o cuidadores alimentándose de forma correcta. Evitar que se emplee la comida bien como recompensa, bien como castigo. Permitir que sus hábitos y apetencias se vayan desarrollando con el tiempo y sin prisas. Y, por supuesto, no ser nunca forzados a comer.
La obesidad infantil es una gran epidemia de nuestro siglo en los países desarrollados. ¿Son las dietas vegetarianas más saludables?
Las dietas vegetarianas tienen dos aspectos que podrían hacerlas más saludables. En primer lugar, al suprimir los alimentos de origen animal, o que contienen ingredientes de esa procedencia, eliminas gran parte de los ultraprocesados, una de las principales causas de la obesidad por su gran densidad calórica, ser ricos en azúcares y en grasas saturadas. Sin esfuerzo alguno todo eso desaparece de la cesta de la compra e indudablemente tiene su importancia.
En segundo lugar, es posible que el diseño de una dieta vegetariana, al tener que excluir alimentos, te obligue a pensar más que cuando planeas una omnívora. Ese pensar más en el momento de decidir que es lo que se compra es posible que favorezca también el hecho de eliminar productos poco saludables.
Por los estudios hechos al respecto no queda claro si por si solas las dietas vegetarianas pueden ser más saludables, pero por lo apuntado pudiera haber una cierta tendencia a que, en el momento de diseñarlas, intervengan ciertos factores que propicien que, como mínimo, no se hagan tan mal cómo otras.
Los profesionales sanitarios, ¿están cada vez más formados en alimentación?
Empecemos por decir que la formación en alimentación y nutrición durante los estudios reglados de medicina y enfermería brillan por su presencia. Son escasos, por no decir inexistentes. La buena formación en alimentación y nutrición infantil depende de la voluntad de cada uno de los profesionales. Dicho esto, resaltar que es uno de los temas en los que tanto pediatras como enfermeras de pediatría tenemos más empeño en aprender y en actualizarnos a base de jornadas, cursos, congresos y similares y de leer las novedades que van apareciendo al respecto. Creo que la pediatría de atención primaria debería ser considerada una subespecialidad dentro del marco de la pediatría y eso comportaría, entre otras muchas cosas, una formación reglada, unificada y basada en la evidencia sobre alimentación en la infancia y en la adolescencia.
Apuntáis en el libro que la suplementación con B12 es necesaria en todas las dietas vegetarianas. ¿Es necesario también en el caso de bebés y niños que toman lactancia materna?
No, el bebé que toma lactancia materna cubre sus requerimientos de esa vitamina, y de todos los otros nutrientes que le son necesarios, de la leche de su madre. Es por ello importante que la madre, presumiblemente vegetariana, tome sus correspondientes suplementos siguiendo las indicaciones que el profesional le haya recomendado. Recordemos que, debido a los aportes de nutrientes que le hace al bebé, es especialmente importante recordar a las mujeres que durante la lactancia deben ser especialmente cuidadosas en la toma del suplemento de vitamina B12 y que, en esa época especialmente, se recomienda su ingesta a diario por encima de la semanal ya que se garantiza un aporte más continuo y una mayor absorción.
A partir del momento en que el pequeño empieza a tomar alimentación complementaria y hasta que la ingesta de leche materna no sea el alimento predominante en su alimentación se deben ir ajustando las dosis de vitamina B12 en función de la cantidad de leche materna que tome.
¿Son necesarios otros suplementos?
No, salvo los suplementos de vitamina B12, los niños y niñas vegetarianos o veganos (que deben tomarlo en ambos supuestos), no requieren ningún otro suplemento en su alimentación. Esa es una de las premisas de la buena planificación de la que hablábamos al principio, más allá de la recomendación universal de que toda la sal que tomen (que debería ser poca) este yodada.
Recomendaciones para familias que quieran reducir o eliminar su consumo de proteínas animales
Pepe Serrano enumera algunas claves que pueden servir para mejorar la alimentación y aumentar el consumo de vegetales en las familias que sigan una dieta omnívora:
- ¿Por dónde empezamos? Por la afirmación de Julio Basulto que dice “No lo compres que te lo comes” (en el caso de los pequeños de la casa diremos que “se lo comen”). Me parece de especial interés reducir alimentos superfluos que se consumen incluso sin hambre y muchas veces hasta de manera imperceptible. Eliminar esos productos de la compra de manera sistemática es una primera herramienta.
- Reducir el consumo de carnes rojas y alimentos cárnicos procesados (embutidos o salchichas) también es fundamental. Según la OMS su consumo está relacionado con la aparición de cáncer de colon.
- Otra herramienta a tener en cuenta es recordar como eran los guisos tradicionales de nuestras abuelas, con abundantes verduras, hortalizas y legumbres y con poca carne, que servían poco más que para dar sabor.
- No perdamos de vista el plato saludable de Harvard en el que se nos indica que tres cuartas partes de lo que contiene son alimentos de origen vegetal y el cuarto restante debe ser de proteína saludable, que, por supuesto incluye legumbres y frutos secos, buenas fuentes de proteína.
- ¿Puede ser de utilidad unirse a iniciativas como “Los lunes sin carne”, una opción con muy buena acogida en diversos lugares del planeta. Es otra buena herramienta para, en familia, compartir el hábito de comer menos alimentos de origen animal.