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Posible diagnóstico y actuación más temprana en el autismo

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Se abre la posibilidad de desarrollar un biomarcador de riesgo para el desarrollo del autismo ya que la enfermedad no se desarrolla rápidamente en el bebé sino que progresa durante la infancia del niño.

“Este descubrimiento permitirá interrumpir el proceso con una intervención dirigida a ello”, explica Jason J. Wolff, autor principal del Estudio de la Universidad de Carolina del Norte que ha encontrado evidencias sobre las evidencias anatómicas del cerebro de los niños con autismo desde los seis meses de vida.

Aunque las conductas que alertan sobre la enfermedad no aparezcan hasta alrededor de los 18 meses, los cambios se han producido mucho antes y este descubrimiento permite intervenir antes. El estudio se ha realizado durante dos años con recién nacidos y se han detectado diferencias en 12 de los 15 tractos de fibras de materia blanca del cerebro estudiados en el caso de los niños con autismo. Esta fibra es importante porque compone los caminos que conectan las regiones cerebrales.

Las medidas se realizaron analizando y midiendo la organización y el desarrollo de la sustancia blanca en el cerebro basada en el movimiento de las moléculas de agua en el tejido cerebral. “Esta evidencia, que implica vías fibrosas múltiples, sugiere que el autismo es un fenómeno en el cerebro completo y no está aislado a una región en particular”, concluye Wolf.

Metodología. Un equipo de 20 investigadores seleccionaron a 92 bebés de alto riesgo porque tenían un hermano autista. Los estudiaron con un tipo de resonancia magnética conocida como tensor de difusión, a los seis meses, a los doce y a los veinticuatro. Al cumplir los dos años también se les realizaba una evaluación conductual.

Pasado el tiempo y todas las pruebas, el 30% desarrolló autismo mientras el 70% no, es decir 28 niños eran autistas frente a 64 y los científicos encontraron diferencias en los cerebros de unos y otros.

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