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¿Qué se debe hacer ante el acoso?

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Solucionar el problema del acoso escolar no es nada fácil. Se suele realizar a espaldas de los educadores, con la ley del silencio entre los compañeros de la víctima. A veces, lo que tiene apariencia de “bromita sin importancia” no lo es en absoluto. Los expertos alertan de que existen situaciones muy dramáticas que pueden acabar incluso en suicidio.

Llamamos acoso escolar a los maltratos físicos y psicológicos que recibe un niño en un centro escolar por parte de sus compañeros. El acosador es alguien físicamente más fuerte, más popular entre sus compañeros que paradójicamente maltrata en busca de la aprobación de los demás. Según S.O.S Bullying “son hábiles manipuladores”. Suelen cebarse una y otra vez con las víctimas, siempre más introvertidos. Los niños pueden ser bastante crueles con aquellos chicos que tienen defectos físicos, a los que precisamente se debería apoyar más.

El bullying puede empezar a edades muy tempranas. “No sé si se podría calificar como acoso escolar ciertas actitudes que encontramos en niños ya desde los 4 años, pero desde luego que sí que podemos señalar ciertos comportamientos de algunos niños hacia otros que hieren sus emociones y les produce estrés y malestar. En algunas ocasiones este comportamiento se repite a lo largo del tiempo y siempre hacia la misma persona”, explica María Gamallo, maestra del centro religioso Santa Isabel, de Barcelona. No es un problema baladí.

Estas situaciones se perpetúan porque los “amigos” del agresor a veces no sólo no apoyan a su compañero agredido, sino que “le ríen la gracia” por miedo a ser considerado poco “guay” por el resto de la clase, o de convertirse en la próxima víctima. Y también tenemos bastante responsabilidad los padres y educadores, porque no estamos lo suficientemente alerta y se nos pasan situaciones que pueden derivar en que el alumno se aísle aún más, disminuya su autoestima, baje su rendimiento escolar, y en ocasiones más radicales, incluso en el suicidio.

De acosador a…

También es necesario parar el acoso escolar por el bien del propio acosador. Es importante que aprenda a respetar a los demás, para su desarrollo como persona, y porque a pequeña escala está actuando como los maltratadores, delincuentes, mafiosos y terroristas que intimidan a la ciudadanía. Si no le hacemos ver que su comportamiento es erróneo, podría tener problemas con la ley en el futuro.

El acosado tiende a ocultar su situación por vergüenza o porque teme empeorar las cosas. Conviene estar muy atentos para detectar este tipo de situaciones. “A menudo este fenómeno pasa desapercibido o es mal interpretado por los adultos”, explican en la asociación Protégeles.

Un ejemplo: a veces los moratones y pequeñas heridas son frecuentes en niños que juegan y hacen deportes, pero conviene preguntarles, y estar atento por si se repiten demasiado… Igual descubrimos algo extraño.

Como es bien sabido, existen niños un poco ‘vagos’ que no quieren ir a la escuela, pero conviene distinguir cuando el chico siente realmente miedo patológico cuando debe acudir a su centro, falta sin decirnos nada, o llega a simular enfermedades para quedarse en casa. Si realmente existe una razón de peso para que quiera faltar a la escuela, debemos conseguir que nos lo cuente para tratar de solucionar la situación.

Los chicos acosados suelen mostrarse desanimados y tristes, tienden a encerrarse en sí mismos y no tienen amigos.

A tener en cuenta

  • Lo más importante es la comunicación con el niño, al que le debemos dedicar mucho tiempo. Es importante ayudarle a reforzar su autoestima y a sentirse bien, apoyarle e interesarse por sus problemas y necesidades.
  • Según concluye el sociólogo holandés René Veenstra un factor clave es crear en clase un ambiente hostil hacia los acosadores. “Si las víctimas ven que el resto de sus compañeros siguen la corriente a los matones, el riesgo de depresión aumenta al considerarse unos inadaptados sociales”, explica Juan Meseguer en su artículo “Cómo parar los pies a los matones de la clase”, en Aceprensa. Para lograr la tolerancia cero hacia el bullying, los educadores deben concienciar a la clase de que esto no debe ocurrir.
  • “El comportamiento debe ser parado de inmediato”, explica la profesora María Gamallo, que también propone que el centro tenga un protocolo de actuación que les indique a los maestros cómo actuar de forma uniforme, con una serie de consecuencias para el acosador. “De esta forma hay un registro de las veces que un niño molesta a otro y a quién, porque a veces el acoso se produce en los pasillos, baños, o en clases diferentes, con lo que el acosador se encuentra con una situación de impunidad que encima le otorga más poder e impunidad”, comenta la maestra.
  • Existe un riesgo de sobreproteger al chico, por lo que se debe enseñarle a defenderse utilizando la palabra, y a exponer frente a los adultos y compañeros aquellas situaciones que son injustas. Si corre riesgo de agresión, hay que intervenir, pero es mejor que aprenda a defenderse de sí mismo.
  • Debe aprender a no perder el control. Cuando un chico encaja mal las bromas, se enfada o se pone nervioso, los demás tienden a aprovecharse de esta situación y se convertirá en el blanco de todo tipo de burlas. Si le dicen algo que le molesta un poco pero no tiene más importancia, puede seguir la broma o hacer otro comentario jocoso sobre su compañero en la misma línea. Si lo que le están diciendo realmente le molesta o es ofensivo, debería manifestar su desagrado con tranquilidad y marcharse a otro lado.
  • Es importante aclarar al chico que ser un “chivato” o “acusica” porque su hermanito se ha comido un caramelo antes de la cena es absurdo, pero esto no es lo mismo que callarse cuando un compañero lo está pasando muy mal, y está siendo sometido a vejaciones. Es muy interesante lo que comenta sobre este tema la experta en adolescentes Patricia Kelley Criswell, que señala que a veces les mandamos mensajes equivocados a los niños. “Se debe aclarar al niño que no es lo mismo ‘chivarse’ para dejar mal a alguien por algo sin importancia, que informar a los profesores sobre el bullying. Esto último es prestar un servicio a los demás. Es algo heroico porque supone dar la cara por alguien que está siendo maltratado”, explica Criswell.
  • Es interesante hacerle notar al chico que no debe desatar la envidia de los demás. Si le ‘restriega’ a los demás que tiene juguetes caros o ropa de marca puede caer mal y convertirse en víctima.
  • Por último, es bueno consultar a los expertos. La organización Protégeles ofrece una línea de ayuda online con orientación sobre este tema: www.acosoescolar.info.
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