Repetir o no repetir
¿A quién beneficia repetir curso? ¿al alumno? ¿al resto del grupo? Son preguntas que nos hacemos y que, con los datos en la mano, intentamos responder.
En España hay tres variables en las que destacamos en Europa: la tercera tasa de abandono escolar más alta, una tasa de idoneidad a los 15 años de las más bajas (60%) y uno de los mayores porcentajes del coste de la repetición en el presupuesto para educación (11%). Una combinación explosiva.
Tasa de idoneidad
La tasa de idoneidad muestra el alumnado que realiza el curso que corresponde a su edad. Se mide en 1º y 5º de primaria, y en 1º, 3º y 4º de la ESO. A medida que se avanza en edad, la tasa disminuye, es decir hay menos niños en la clase con la edad que le corresponde. Por lo tanto, si con 15 años sólo un 60% está cursando 4º de la ESO, quiere decir que un 40% ha repetido o ha abandonado. O quizás las dos cosas, ya que el abandono escolar, que en España es de un 30% en varones frente al 14% de la media europea, se ceba especialmente con los repetidores. En los países de la OCDE la media de repetidores a los 15 años es un 13% y las mismas fuentes afirman que en España la media es del 25%. Pero si observamos al evolución de los últimos años no hay razones para pensar que vamos por buen camino ya que las tasas de idoneidad en los últimos diez años ha disminuido. A los 14 años hay una caída de 8 puntos porcentuales.
Alto coste
A la hora de plantear soluciones, que siempre suponen dedicar recursos económicos, nos detenemos en el coste que suponen para la Administración los repetidores. En este concepto se incluyen los gastos de proporcionar un año adicional de educación a un alumno y el coste para la sociedad de retrasar por lo menos un año la entrada al mercado laboral. Está estimado en un 11% del presupuesto total en educación lo que se traduce en 12.000€. Este dinero bien se podría dedicar a medidas de apoyo a la diversidad y de recuperación para el alumnado con dificultades de aprendizaje a lo largo del curso escolar.
Y después…
Parece que sólo se mira el beneficio a un año, tan sólo el curso que se repite. Pero ¿qué ocurre después? Los resultados en las pruebas de los estudiantes que repiten puede mejorar durante un par de años, y luego bajan por debajo de aquellos que tenían resultados académicos igualmente bajos pero que no repitieron.
A largo plazo, la mayoría de los informes indican que no existen beneficios en la repetición e incluso que tiene efectos negativos. Estudios internacionales afirman que los alumnos que repiten tienen mayores problemas de ajuste personal, social, más problemas de comportamiento en el aula, e incluso peores perspectivas laborales. De hecho, las estadísticas hablan de que los alumnos que repiten tienen más dificultades para encontrar empleo, y perciben salario más bajos que los alumnos promocionados.
Abandono escolar
A pesar de que ha disminuido diez puntos desde 2005, el abandono escolar es actualmente el doble de la media europea. En 2012 la cifra se sitúa en los chicos en un 28,8% y la de las chicas en un 20%. El Instituto de Estudios Económicos atribuye la bajada a la crisis económica y no a cambios en el sistema educativo. Afirma “En los años del boom del ladrillo, muchos chicos dejaban de estudiar para ir a trabajar a la construcción. Eso, ahora, se ha acabado”. De hecho, ahora suponen una mano de obra no cualificada mucho más difícil de reciclar.
El Consejo Europeo apremia a España a reducir esta tasa ya que su objetivo es lograr que menos del 10% abandonen prematuramente los estudios.
¿Qué ocurre en el resto de Europa?
El estudio “Repetición de Curso durante la Educación Obligatoria en Europa, realizado por Eurydice demuestra que no hay una relación evidente entre la normativa del país y los índices reales de repetición. En la mayoría de países europeos se permite repetir curso y la normativa básica es similar e impone restricción a la repetición de curso. Tan solo Islandia y Noruega tienen como principio oficial la promoción automática. Sin embargo los índices de repetición varían según el último informe PISA publicado. Mientras Eslovenia, Finlandia o Reino Unido tienen índices menores del 3%, otros países como Bélgica, España, Francia, Luxemburgo y Portugal reflejan índices superiores al 30%.