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Saber más para educar mejor

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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El pasado diciembre, el evento Gestionando Hijos reunió a un buen número de expertos en psicología y pedagogía. Repasamos los mejores consejos para las familias que se escucharon.

paloma díaz
Educar en los límites, sí. Pero también en el asombro, en el misterio, en la belleza, en la autonomía, en la responsabilidad de sus actos, en el talento, en la generosidad, en la seguridad…. La Educación de los hijos es tan poliédrica que a quienes le prestan atención, se informan y se forman para ello les da la sensación de que es imposible abarcarlo todo, de que si se presta atención a la disciplina, tal vez se estén descuidando las emociones; si se les motiva para la estudio y el esfuerzo, tal vez se esté quedando atrás la creatividad; si se les dedica mucho tiempo, tal vez no desarrollen bien su autonomía; si se juega con ellos, tal vez no se están aburriendo lo suficiente… Uf! A veces, cuanto más información y consejos, más abrumados nos sentimos. Pero cuánto ayudan y, sobre todo, cuánto nos hacen reflexionar.

Si bien somos quienes mejor conocemos a nuestros hijos, en muchas ocasiones son un misterio que no hay por dónde cogerlo.

Si al conocimiento que tenemos de ellos le añadimos la guía del conocimiento externo, el de los especialistas, podemos hacerlo mejor, abarcar más y, además, sentirnos acompañados. Lo dice el lema de Gestionando Hijos: “Saber más para educar mejor”.

Gestionando Hijos (gestionandohijos.com) es un proyecto educativo colectivo que parte de la responsabilidad conjunta en el crecimiento de los niños de nuestra sociedad. Según su director, Leo Farache, “es un espacio para que madres y padres podamos descubrir experiencias y estrategias para educar mejor”. No se trata de que nos digan lo que tenemos que hacer, sino de trasladar ideas que “podamos considerar y adaptar a cada circunstancia”. “Creemos que si tenemos madres y padres mejor preparados como educadores tendremos un presente y un futuro mejor”, dice en su web el equipo de Educar es todo, el proyecto matriz de Gestionando Hijos.

Porque “la responsabilidad de cada madre y padre”, precisa Leo Farache, “excede la de procurar que su hijo sea un buen profesional, tenga una familia, casa y comida. Su responsabilidad es la de evitar que su hijo sea un corrupto, un egoísta. Nuestra responsabilidad es ayudar a que nuestros hijos sean felices para hacer felices a los demás”.

La plataforma de lanzamiento de este proyecto no pudo ser más grande (y útil). Un macroevento que unió, el pasado 11 de diciembre, en Madrid, a padres, profesores, empresas y expertos (psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, artistas) y que resultó ser un pozo de sabiduría, además de optimismo, voluntarismo y buena sintonía.

La profusión de conferenciantes y de mensajes, si bien pudo abrumar, no dejó de resultar utilísima. Dejamos aquí un resumen de gran parte de las ponencias por su valor pedagógico para los progenitores.

L'Ecuyer
Por ejemplo, Catherine L’Ecuyer, autora del libro Educar en el Asombro, habló de la importancia del deseo en los niños y de que no lo “matemos” con tanto regalo y tanto capricho. “Lo tienen todo y no les dejamos desear”, afirmó la conferenciante canadiense, que alertó sobre el peligro del “consumismo y la ausencia de límites”. Tenerlo todo y dar por supuesto que se puede tener todo también mata el asombro, advirtió. Y cuando todo lo adaptamos a las apetencias y deseos de los pequeños, estamos cediendo paso al camino al niño tirano, fue otra de sus lecciones.

En su ponencia tocó diversos aspectos de la convivencia cotidiana, apoyándose en circunstancias que los padres presentes reconocieron como propias. Así, nos llevó a reconocer que un niño siempre comparte el asombro con sus padres. O que la rutina tiene sentido para un niño si en ella le acompañan las personas que él quiere.

L’Ecuyer transmitió mucho interés en educar en la Belleza con mayúsculas, en que los padres sepamos trasladar a los niños qué es verdaderamente bello, ajeno a la estética de las modas: la Naturaleza, el Amor… E hizo una advertencia, sobre todo a quienes tengan niñas, apoyada en el mensaje de un anuncio publicitario: “Habla con tus hijas de la belleza antes de que la industria de la belleza hable con ellas”.

En su polifacética intervención, también habló de la importancia del misterio para los niños y lo bien que sintonizan con él. Tampoco lo matemos porque “es una oportunidad infinita de aprender y conocer”

María Jesús Álava
La jornada nos dejó la enseñanza de la prestigiosa psicóloga María Jesús Álava Reyes, que dejó constancia de la cantidad de jóvenes que entran en las consultas de su gabinete porque se han hundido en la primera dificultad que se les ha presentado en la vida. En general, hoy en día, dijo, “tenemos jóvenes vulnerables, inseguros y muy manipulables, que no saben decir que no”.

En ese sentido advirtió del riesgo de la sobreprotección familiar y aconsejó dejar a los niños que hagan las cosas para las que sabemos que están preparados, aunque no les salga a la primera; dejarles que piensen cómo solucionar situaciones y problemas (por ejemplo, no ir de salvadores en una disputa); dejar que se frustren porque la frustración hace que se desarrolle su inteligencia (pero transmitirles que estamos seguros de que pueden hacer aquello que no les sale y de que están a punto de conseguirlo); y fomentar que se entretengan solos y aprendan a eso mismo.
“Si no aprenden a pensar, no van a saber reflexionar”, advirtió. Más frases para apuntar en la pizarra mental: “A un niño hay que enseñarle a ser su mejor amigo: a perdonarse por sus fallos y quererse por sus logros”.
Álava Reyes también insistió en la presencia de normas en la vida cotidiana sin que ello signifique una disciplina militar. “No hace falta que sean muchas, sino que estén claras” y que nosotros seamos también claros referentes de esas normas (no hoy una cosa y mañana otra). La psicóloga dio una receta con éxito prácticamente garantizado: Afecto + Comunicación + Normas. Sus investigaciones muestran que la esa suma da como resultado niños más inteligentes y emocionalmente más ricos y equilibrados. Ojo: las normas han de ser acordes a cada edad; y la comunicación no sólo es hablar, sino sobre todo, escuchar.

Un último consejo a propósito del ritmo frenético en el que vivimos y de la culpabilidad que sentimos por pasar más tiempo en el trabajo que con nuestros hijos: “Utilicemos el tiempo juntos para estar juntos”.

Maite Vallet
Y quién no se ha preguntado hasta dónde deben llegar los castigos y si son realmente eficaces o se nos vuelven en contra. La pedagoga Maite Vallet hizo reflexionar sobre todo ello. Y caer en la cuenta de cómo los castigos que infligimos son más o menos duros según estemos más o menos disgustados y según hayamos tenido un buen o mal día. Así, las normas se pierden en una nebulosa de subjetividad muy poco efectiva. Conclusión: en la medida de lo posible y de lo previsible, debemos pactar qué consecuencias tendrán sus actos para que, llegado el momento, las asuman como responsables que son del inc
umplimiento de las normas. Obviamente, ello implica que los niños y adolescentes tengan claras las normas: horarios, orden, tareas, etc.

El niño tiene que interiorizar que los actos tienen consecuencias y si éstas son malas no es porque lo decida el padre. Nadie me premia ni me castiga. Comunicación, normas claras y consecuencias pactadas. Y si una mala conducta nos sorprende por primera vez, “debemos actuar conforme a lo que creemos que sería lo correcto, pero en cuanto estemos tranquilos, hablemos de lo ocurrido con nuestro hijo y establezcamos que consecuencias tiene comportarse de esa manera si ocurre una próxima vez”.

Antonio Tobalina
Y de las bases infantiles para conseguir que nuestros hijos sean personas íntegras y felices a los inevitables conflictos de la adolescencia. El experto en jóvenes y alcohol Antonio Tobalina expuso los problemas que se encuentra cuando sale con los sanitarios del Samur por las noches de Madrid y cuando imparte charlas en los institutos. Para empezar, la mayoría de los chavales ven que el problema del alcohol es sólo de salud, es puntual y lo soluciona el Samur (servicios de emergencia): los vómitos, desmayos y comas etílicos se curan y a correr… Pocos tienen en cuenta los “malos rollos” que genera el consumo de alcohol. Tobalina también alertó de las cada vez más altas horas de la madrugada a la que están acostumbrados a volver a casa los chicos de 15 años.

Los padres, dijo, deben hacer todo lo posible que los hijos menores de edad beban. Podemos recurrir a mensajes como que ”sin alcohol las relaciones son más auténticas”, que “gastarás menos” y dedicar el dinero a cosas que te gustan. Pero lo más importante es el ejemplo que les damos desde pequeños. Los mayores no debemos beber y, si lo hacemos, dar a entender que es por el sabor, por el maridaje con determinadas comidas, no por los efectos. En caso de que bebamos, los hijos deben percibir que nos limitamos. Debemos poner a su alcance información sobre el alcohol y sus efectos (también de las drogas) y advertirles de que, ojo, pueden aparecer fotos o vídeos suyos, en condiciones penosas, en las redes sociales y hacerles mucho daño.
¿Qué chicos y chicas pueden pasar de puntillas por el alcohol, sin someterse a sus penosas consecuencias y dependencias?

  • Aquellos que se sientan bien consigo mismos –“si tienen problemas, beberán más; si están felices, tienen más conciencia de sí mismos y más perspectiva”-.
  • Aquellos que hayan sabido desarrollar habilidades de resistencia frente al grupo: no porque lo hagan todos es mejor para mí.
  • Aquellos que, desde pequeños, se hayan acostumbrado a pensar en consecuencias ante hipotéticas situaciones.
  • Aquellos que hayan desarrollado una actitud crítica.

Todos estos vértices de la personalidad parten de la enseñanza de los padres desde pequeños.

Íñigo Pirfano
El director de orquesta y filósofo Íñigo Pírfano, autor del reconocido libro Inteligencia Musical, llegó para hablarnos, entre elocuentes silencios, de grandeza y de cómo hacer que los niños aprendan a dar lo mejor de sí mismos. Para esto último, deben sentirse queridos, aseguró.

Por otro lado, dijo, “la grandeza no se enseña; hay que tenerla para transmitirla”. Pírfano puso el acento en el ejemplo que somos para nuestros hijos: “Nos jugamos el modelo de hombre que heredarán nuestros hijos, nuestros nietos y la sociedad entera en los años venideros”.

Más mensajes:
Hagámosles personas empáticas con el sentir ajeno; que sepan ponerse en la piel de otro; que conozcan su corazón para poder entender el corazón en general. Midamos cuándo ser exigentes y cuándo relajar la exigencia. Y transmitamos que “las mejores decisiones son las que se toman con prudencia”.

Y después vino Fernando Botella, bussiness trainer, experto en liderazgo y talento, a reclamar que vivamos con alegría y entusiasmo porque, al fin y al cabo, “la mayoría de los cambios en la vida no los vas a elegir tú, pero tú sí puedes decidir la transformación que tiene lugar; cómo te influye el cambio”.

Su intervención la dedicó a trasnmitir la importancia de tres pilares para la felicidad: Ilusión, Talento y Valentía. “El talento no es un don innato”, advirtió. “Es luchar por lo que crees que tienes; es ser valiente”. Y “el talento lo dispara el entusiasmo”. El entusiasmo, además, “modifica circunstancias negativas como el cansancio, por ejemplo”. También apuntó lo imprescindible que es la ilusión para llegar más alto porque “genera concentración”.

Botella reivindicó a los padres que enseñen a sus hijos que “la vida es chula”, y que entre progenitores y escuela se enseñe a los niños que se puede pintar fuera de la línea y no sólo dentro, para que sean capaces de cuestionar el statu quo y explorar sus propios caminos.

El éxito que tuvo de Gestionando Hijos se palpa en la encuesta que se hizo a los cientos de asistentes: el 79% volverá a una segunda edición y el 98% lo recomendaría a otros padres y madres.

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