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Un escudo protector

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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8:50 horas de la mañana en la A6 dirección Madrid. En el asiento trasero de una berlina azul marino viajan dos niñas de 2 años hacia su Escuela Infantil, en Collado Villalba. Es un día lluvioso, pero sin mucho tráfico.

De repente, su madre que es quien conduce el coche pierde el control del vehículo. Tras chocar varias veces contra los muros de contención de ambos lados de la autovía, el coche se detiene. Milagrosamente, y a pesar de atravesar los cuatro carriles de la carretera, en el accidente no se ve implicado ningún otro vehículo. El automóvil queda destrozado, pero ni las niñas ni la madre sufrieron un solo rasguño. La sillita en la que iban sentadas las pequeñas se convirtió en su escudo protector.

Actuó como un auténtico caparazón que envolvió todo su cuerpo y evitó que se golpearan contra algún elemento interno del vehículo como la palanca de cambios, las ventanillas o los asientos delanteros. Fue, además, lo primero que comprobaron los agentes de la Guardia Civil cuando acudieron al lugar del siniestro para tranquilizar a la madres, presea de un ataque de nervios:“No se preocupe, señora, las niñas están perfectamente, ni se han movido de su silla”.

Si esas sillas no hubieran estado bien ancladas y las pequeñas correctamente colocadas, el final de esta historia real hubiera sido muy distinto. Es inadmisible que hasta agosto de este año, unos 20 niños hayan fallecido por utilizar mal las sillas infantiles. En este caso, la culpa no se puede achacar a las condiciones externas de la circulación (mal tiempo, exceso de tráfico, mala señalización, imprudencias de otros vehículos…) sino a nuestra propia irresponsabilidad. Según la DGT alrededor de 40 niños que van como ocupantes del coche fallecen y unos 2.950 resultan heridos cada año en España. De ellos alrededor del 40% no hacía uso de ningún Sistema de Retención Infantil (SRI).

Y es que en seguridad infantil en carretera, se debe ser muy riguroso. Está en juego la vida de nuestros hijos. No cabe la frase: “si vamos aquí al lado”. Desde el primer momento en que un niño sube a un coche debe sentarse correctamente en la silla –que por peso y edad le corresponde– y con sus cinturones bien ajustados.

Como padres no tenemos excusa. Nos debemos concienciar sobre la eficacia de los SRI ya que reducen la gravedad de las lesiones en caso de accidente. También es bueno que los menores adquieran desde pequeños hábitos correctos de protección en los desplazamientos. Recordad que usar mal las sillas infantiles es una causa determinante en la mortalidad infantil en carretera. Seamos responsables, por favor.

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