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Un figura en casa

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Que tu hijo juegue al fútbol como Ronaldinho o pueda convertirse en el próximo Gasol suena maravilloso. Eso si sabes cómo dirigir sus pasos y organizar su tiempo y su formación convenientemente.

Autor: Sergio SÁNCHEZ

Imagina por un momento que ese sueño que tuvo cuando supo que iba a ser padre se convierte en realidad y que su hijo resulta tener un talento oculto. Suele traer los zapatos rotos por la puntera y la camisa arrugada por los agarrones de los compañeros. Algo después comienza a despuntar en el equipo del colegio. Una temporada excelente en el club local y un ojeador que le pide el teléfono al entrenador. Una llamada y comienza una historia diferente a la que pocos padres están acostumbrados.

En los Estatutos y Normativas de la Federación y en la Ley Española del Deporte se recoge explícitamente la irregularidad que supone proporcionar beneficios económicos a las familias como medida persuasiva para adquirir los derechos de la tutela futbolística de los chavales. Se entiende por esa tutela el derecho de traspasar o mantener al jugador menor de edad dentro de los clubes, y con ello asegurarse no sólo la preparación más adecuada, sino su debut profesional, así como una posible venta después a otro club.

Una práctica habitual

Sin embargo, comprobamos que es una práctica muy habitual que los clubes negocien con las familias honorarios más o menos enmascarados. Como nos cuenta Pedro de Felipe, representante de jugadores, puede hacerse en forma de ayudas para estudios o manutención: “Es lo que yo llamo el ‘Caballo de Troya’. Parece muy bonito por fuera, pero luego pueden existir engaños”. La proposición se le ofrece a los padres. Ellos, como representantes ante la ley de los niños, son quienes firman esas ‘ayudas’.

El asunto es como sigue: un equipo coge un chaval con 11 años. Promete. Lo une a sus equipos de fútbol base pagándole la manutención, los estudios y el material deportivo, junto con una pequeña ayuda mensual para transporte, unos 500 euros. A los 18 años sale Iniesta, Messi o Agüero. 24 millones de euros por traspaso que el club se lleva íntegros al ser de su ‘propiedad’. Un solo jugador de estas características consigue saldar la ‘deuda’ del 84% de los futbolistas de las categorías inferiores que nunca llegarán a ser profesionales. Un buen negocio para los clubes y para los representantes. Para los niños que llegan a ser estrellas, sin duda también. Pero hay un buen número de ellos que se quedan en el camino. Los chavales, de esta manera, entran en una cadena en la que la opinión de los adultos está por encima de muchas de las prioridades que los expertos en educación y desarrollo consideran esenciales, como la estabilidad y un entorno en el que se prime por la educación integral.

En manos del experto

Nos pusimos en contacto con la oficina del Defensor del Menor para conocer la opinión de un experto en la materia y allí conocimos a José Antonio Luengo, Secretario General del Defensor del Menor y psicólogo deportivo de las categorías inferiores del Getafe CF.

Según él, “Como en Fuenteovejuna, es un poco culpa de todos, pero la familia es quien tiene la última palabra. Los padres de los chicos que reciben la tentación del fútbol tienen varias alternativas: seguir apostando por la educación integral del chaval complementada por la aparición del deporte digamos de una manera más comprometida, o pueden perder un poco los papeles, vestir al niño de lagarterana si hace falta y pensar que el chaval va a llegar a ser el mejor del mundo. El problema mayor viene cuando son los padres los que priorizan el futuro deportivo de sus hijos por encima de todas las cosas, y esto con chicos de muy corta edad”. 

Si la opción es la de que sea deportista, hay que tener en cuenta algunos aspectos. Como vemos, no es sencillo asumir la responsabilidad de dotar a tu hijo de un ‘empleo’ a corta edad. Varios son los riesgos desde el punto de vista del padre. El primero, pensar que el niño no se está esforzando al realizar una práctica que a él le gusta. “Un deporte de elite”, nos comenta María José Ordóñez, psicólogo, “exige un esfuerzo al que el niño puede no estar acostumbrado, tanto en uso del tiempo como en el cese de otras actividades propias de su edad”.


DECÁLOGO VÍA AL ÉXITO

1- Prepárale para el exíto: los deportistas de elite son superdotados de alguna manera y por eso es importante que el niño se sitúe en su entorno.

2 -. . . y para el fracaso: un niño mal preparado psicológicamente puede sufrir depresión y obsesiones si fracasa. Hay que hacerle ver que perder es una parte de la vida igual a la que supone ganar.

3 – Abajo esos humos: el niño puede creerse superior o hacerse mayor antes de tiempo. No conviene que se sienta más que nadie.

4 – Que no se convierta en un consentido: el ‘mini deportista’ puede utilizar su esfuerzo para ‘conseguir rebajas’. Es necesario establecer normas que le igualen con los demás niños.

5 – Busca apoyos: sus profesores, su pedagogo en el colegio, su entrenador… Hay personas que pueden echarle una mano en esta situación.

6 -Que no se obsesione: la capacidad de superación es importante siempre y cuando no se convierta en obsesión.

7 – La gallina de los huevos de oro: tu hijo podría ganar dinero a corta edad y en abundancia. Ese flujo económico debe ser enfocado en su vida con mucha responsabilidad.

8 – Está en edad escolar: es difícil compaginar estudios, aficiones y obligaciones deportivas, pero es necesario.

9 – Relaciónale: deja que tenga novia y un grupo de amigos nutrido. Su mundo podría verse reducido al deporte, y si fracasa necesitará un grupo de apoyo.

10 – Comunicación: con sus   hermanos, su entorno, el resto de la familia. Que no se aísle.

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